Después de dos años de ausencia, motivados por las obras de ampliación, el torneo regresó a su casa, al pabellón, donde se había jugado en 21 de las 22 ediciones. Se demostró que el pabellón también es polideportivo, no sólo para el baloncesto. Eso sí, respetando los horarios del Chocolates Trapa, el club más representativo de Palencia, y la labor de los trabajadores del Patronato Municipal, a los que la organización agradece su trabajo en este torneo.
La despedida la protagonizaron La Salle y el CIA C, sin duda, por el potencial de los equipos, el encuentro más atractivo de esta fase. En esta categoría chiguito hay un claro candidato, La Salle. Por algo fue campeón regional benjamín. Cuenta con jugadores con mucho talento y un bloque compacto, con niños que llevan jugando juntos casi desde la cuna, y eso se nota. Juega en la Primera División de la liga provincial y pese a la inferioridad en edad con el resto de equipos está en una excelente sexta plaza.

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