Una lenteja de excelente calidad

Rubén Abad
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La IGPTierra de Campos reclama actuaciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica como sello de calidad. El cultivo supone el 74% del producido a nivel nacional

Una lenteja de excelente calidad - Foto: medina

El Consejo Regulador de la IGP  (Indicación Geográfica Protegida) Lenteja de Tierra de Campos reunió en su sede de Mayorga (Valladolid) a diputados nacionales del PP y el PSOE (entre ellos las palentinas María Luz Martínez Seijo y Milagros Marcos) para abordar los problemas que sufre esta legumbre y solicitarles su ayuda para intentar darles solución. El reconocimiento social de la IGP, el control de las ventas a granel, una mayor claridad y exigencia en los etiquetados o destinar ayudas específicas a la producción de estos cultivos fueron las principales demandas, que los representantes políticos se comprometieron a abordar y apoyar.

En el transcurso de la reunión, el presidente de la IPG Lenteja de Tierra de Campos, José Andrés García Moro, hizo llegar a los representantes políticos que «una de las luchas que tenemos es que la sociedad llegue a identificar las IGP con calidad, lo mismo que han conseguido las Denominaciones de Origen (DO). Y ahí tenemos que trabajar entre todos». 

Y es que la IGP es un marchamo de calidad vinculado a un territorio otorgado por la Unión Europea que exige unos estrictos controles para que los productos puedan llevar el sello. Pero siendo así, de una manera muy similar a lo que sucede con las DO, el consumidor aún no es capaz de identificarlo. «Tenemos que conseguir que cuando una persona vaya al supermercado y vea el sello IGP en un envase, sea de la zona que sea, sepa que es una garantía de calidad y que, además, se trata de un producto tradicional ligado a la tierra, que asienta población y crea riqueza en el medio rural», puntualizó.

Gran peso a nivel nacional

Cabe destacar que en España hay diez legumbres amparadas bajo alguna de estas dos figuras de calidad, las únicas reconocidas a nivel europeo: DO Mongeta del Ganxet, DO Fesols de Santa Pau, IGP Alubia de La Bañeza León, IGP Faba Asturiana, IGP Faba de Lourenzá, IGP Garbanzo de Escena, IGP Garbanzo de Fuentesaúco, IGP Judía del Barco de Ávila, IGP Lenteja de la Armuña e IGP Lenteja de Tierra de Campos. 

En el año 2018, últimos datos cerrados, entre todas ellas se sembraron 8.158 hectáreas, de las cuales 5.219 correspondieron a la lenteja de Tierra de Campos (provincias de Valladolid, Palencia, León y Zamora), lo que supone el 74 por ciento de toda la legumbre de calidad que se produce en España. Pero siendo así, es una parte ínfima (el 4,5 por ciento), de la legumbre que se consume en España ya que la gran mayoría procede de la importación, principalmente de América. «Tenemos una capacidad de crecimiento que tendrá el techo que nos queramos marcar», afirmó García Moro.

Otro de los problemas existentes en la actualidad es la proliferación de las ventas a granel que el consumidor identifica con calidad, cuando en realidad apenas existe control sobre los mismos. «Pones una legumbre en un saco de cuerda y todo el mundo piensa que es buena, cuando no es cierto. Desde las administraciones se deberían tener unos controles más estrictos sobre ello porque hay muchos fraudes», dijo el presidente de la IGP Lenteja de Tierra de Campos. 

A ello se viene a sumar el incremento de las marcas blancas y los precocinados. Las grandes cadenas de alimentación están apostando por fomentar sus propias marcas dejando de lado los sellos de calidad (DO o IGP) lo que supone una «mayor inseguridad» para el consumidor ya que existen etiquetajes «que inducen al error y confunden al consumidor que no es capaz de saber si el producto que compra es nacional o importado o si tiene una garantía de calidad», afirmó. «Si lográramos que el consumidor buscase el sello de IGP como garantía de calidad, tendríamos mucho camino recorrido», argumentó García Moro.

Ayudas

Otra de las demandas es la necesidad de incrementar las ayudas a la producción de legumbres de calidad. En este sentido, el presidente de la IGP señaló que en España desde 2014 se destina un millón de euros al fomento del cultivo de legumbres de calidad y agricultura ecológica, con un máximo de ayuda de 100 euros por hectárea. 

Pero el auge de los ecológicos en los últimos años ha hecho que estos se lleven la gran parte de la partida. Por eso García Moro reclama que en las próximas ayudas de la PAC se establezcan líneas diferenciadas y que se destine ese millón de euros exclusivamente para las legumbres de calidad. «No pedimos demasiado, un millón de euros para toda España», apuntó. Y es que, según señaló, las legumbres son productos deficitarios en España, ayudan a la fijación de nitrógeno en el terreno de manera natural contribuyendo así a reducir la huella de carbono y, con ello, al respeto por el medio ambiente, y aportan una proteína saludable y sostenible.