El parón del tráfico reduce a la mitad la contaminación

A. Benito
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Un estudio de Ecologistas en Acción demuestra la incidencia de las emisiones de los vehículos en la calidad del aire urbano

El parón del tráfico reduce a la mitad la contaminación - Foto: Juan Mellado

Ecologistas en Acción (EeA) dio a conocer hace unos días los resultados del informe Efectos de la crisis de la Covid-19 en la calidad del aire urbano en España, un estudio que analiza los datos oficiales de dióxido de nitrógeno (NO2) recogidos en 129 estaciones de medición repartidas entre las 26 principales ciudades del Estado español (todas las mayores de 150.000 habitantes con más de una estación), durante los meses de marzo y abril de 2020 y los diez años anteriores. Presenta, por tanto, una foto fija de la calidad del aire urbano antes y después de la declaración del estado de alarma y las medidas de confinamiento, actualizada a 30 de abril.


El informe no incluye a la capital palentina en el análisis, pero tal y como explica Alberto Fuentes, portavoz de Ecologistas en Acción Palencia, «los datos se pueden perfectamente extrapolar». En este sentido, la cuarentena podría haber supuesto una reducción de, al menos, el 50 por ciento de los niveles de contaminación atmosférica por NO2 en la ciudad. De hecho, a escala nacional, EeA cuantifica el descenso en un 58 por ciento respecto a la contaminación habitual de la última década.


«Este estudio viene a demostrar que la reducción estructural del tráfico motorizado y los cambios en las pautas de movilidad son la mejor herramienta para rebajar la contaminación del aire en las ciudades, algo que a su vez supone una importante mejora de la salud pública», apunta Fuentes al tiempo que recuerda que EeA lleva años tratando de concienciar en este sentido.

El parón del tráfico reduce a la mitad la contaminaciónEl parón del tráfico reduce a la mitad la contaminación - Foto: Óscar Navarro


Y es que el dióxido de nitrógeno (NO2) es el contaminante emitido por los tubos de escape de los automóviles (además de por las calderas industriales y domésticas), por lo que su evolución está directamente ligada a las emisiones del tráfico motorizado. Es esta su principal fuente en las ciudades y el factor que más influye en la calidad del aire urbano.


«Por otro lado, hay estudios que constatan una mayor propagación del virus y de otras baterias en las grandes ciudades, donde la contaminación es mayor y afecta directamente a los sistemas inmunológicos de la población», continúa el representante del colectivo ecologista. Por eso, Fuentes insiste en que «hay que hacer caso a la ciencia y tratar de reducir al máximo el número de emisiones a la atmósfera». También lamenta que las estaciones de medición palentinas se encuentren ubicadas lejos del centro de la ciudad. «No lo decimos por fastidiar, es una cuestión de salud», manifiesta. 


Fomentar el uso de la bicicleta, el transporte urbano y los desplazamientos a pie es, para el portavoz de EeA, la mejor herramienta para reducir el protagonismo de los vehículos a motor. «Sin embargo, lo primero que se hizo en Palencia al declararse el estado de alarma fue suspender el servicio de autobús», critica a la vez que expresa su temor por lo que pueda suceder en los próximos meses. «Es una opinión personal, pero creo que tenemos la memoria muy corta. La reflexión sobre hacia dónde vamos y qué uso hacemos de los recursos no tiene que ser solo de la sociedad y a nivel individual, sino también de los políticos», indica.  


«La situación es complicada y aunque habría que poner en una balanza lo económico y lo ecológico, mucho me temo que lo que va a primar una vez más va a ser únicamente el negocio. La verdad es que no tengo mucha esperanza en que todo esto vaya a suponer un cambio de rumbo. Como dice Fernando Valladares, teníamos la vacuna y la estamos destruyendo», añade. 


DETALLES DEL INFORME. Según el estudio realizado por EeA, los niveles de NO2  registrados durante el estado de alarma son los más bajos para los meses de marzo y abril de la última década en toda la geografía nacional. Se mantienen, además, muy por debajo del valor límite legal y de la guía anual de la Organización Mundial de la Salud, ya que en las estaciones de tráfico dicho umbral se supera frecuentemente, especialmente en el mes de marzo. 


Territorialmente, se aprecia una menor reducción de la contaminación en las ciudades de la cornisa cantábrica, debida quizás a factores meteorológicos no bien precisados. En cambio, las ciudades del litoral mediterráneo son las que más han rebajado los niveles de NO2, hasta concentraciones en ocasiones propias de estaciones rurales de fondo.


Así, las mayores reducciones se habrían producido en las ciudades de Alicante (72 %) y Valencia (69 %), y las menores en Oviedo (42 %) y Zaragoza (45 %). Madrid ha rebajado los niveles de NO2 el 59 % y Barcelona el 62 %, de promedio. No obstante, es importante señalar que las redes de medición de las ciudades son muy dispares, por lo que sus datos no pueden compararse con un rigor absoluto.


Las precipitaciones y la inestabilidad atmosférica predominantes durante la primavera también han contribuido de manera importante a mejorar de la calidad general del aire. Este ha sido el abril más lluvioso desde que se tienen registros y marzo fue también muy húmedo. «Todo ello, unido al confinamiento de la población, ha hecho que se haya producido un boom de plantas en lugares donde normalmente son pisoteadas, como caminos y cunetas agrícola», indica al respecto el naturalista palentino Fernando Jubete. 


«Por lo que he podido observar en mis escasas salidas durante estos días, la ausencia de humanos ha provocado ciertos cambios en algunas especies animales. Un ejemplo es el de los grandes mamíferos que se acercan a las ciudades, como los corzos, y otro el de la existencia de nidos de aves rapaces en lugares donde antes no criaban para evitar molestias. Esto demuestra nuestra incidencia en el comportamiento de la naturaleza», explica Jubete.


Este también recuerda que la información difundida por Ecologistas en Acción certifica que el confinamiento ha sido positivo para la salud del planeta, «pero también para los animales, ya que estos sufren igual que los seres humanos los problemas y enfermedades en las vías respiratorias que provoca la contaminación atmosférica». 


Paradójicamente, EeA advierte que la salida de esta dura crisis podría conllevar el aumento de las emisiones por encima de los niveles precedentes, una opinión que comparten Fuentes y Jubete. Por ello, para la desescalada en curso, el colectivo propone mantener buenas prácticas como la compra de proximidad, el teletrabajo voluntario, la administración electrónica o el escalonamiento de horarios laborales. También solicita la «potenciación inmediata» de la movilidad activa peatonal y ciclista, el fomento del transporte público y el establecimiento de límites de velocidad urbana en 30 km/h.