Los efectos económicos de la crisis sanitaria alcanzan a todo tipo de empresas a nivel nacional. También, las encargadas de hacer posibles las fiestas de ciudades y pueblos. Las diferentes promotoras palentinas de eventos que se dedican al sector de los eventos en vivo -espectáculos, orquestas, pirotecnia, fiestas privadas- cuantifican, en conjunto, en más de dos millones de euros las pérdidas de este verano en inversiones de equipo e infraestructura. 

Los propietarios, en previsión de unos ingresos determinados este verano adquirieron, como cada año, nuevo equipamiento para los eventos y, en algunos casos, aumentaron la plantilla. Sin embargo, debido a la crisis sanitaria, el dinero destinado a mejorar los servicios de las empresas cayó en saco roto al ser cancelados gran parte de los contratos este verano.

El principal problema, en el que coinciden empresarios y administraciones públicas, es la incertidumbre de cara al futuro de la Covid-19. «Esas dudas llevan a que sean pocos los ayuntamientos que se atreven a hacer eventos» afirma José San Millán, propietario de Espectáculos San Millán. 

El recelo de cara al futuro se ceban en concreto con este sector debido al período en el que inician la firma de contratos de los eventos del verano -entre septiembre y enero-y, por consiguiente, cuando realizan las inversiones correspondientes, en base al volúmen de trabajo e ingresos que calculan recibir.

«Pasamos en dos años de 4 empleados a 65 a base de inversiones, crear nuevas orquestas y mejorar infraestructuras. Este verano, con todo cancelado, era insostenible y ahora somos 5 trabajando» explica San Millán, quien pasa, aproximadamente, de hacer 1.000 eventos firmados de cara a este verano a realizar 30, finalmente. 

Laura Lombraña, concejala de Cultura, Turismo, Fiestas y Deportes, explica que «desde el Ayuntamiento se hace todo lo permitido por las autoridades para apoyarles y, desde luego, pondrá en marcha todo lo que nos permita la pandemia». La concejala resaltó el caso de la Muestra de Artistas de Calle, en la que el patrocinador de SeñoRP Producciones canceló el contrato de mecenazgo y «el Ayuntamiento asumió el ingreso de la cuantía».

Por su parte, Rafael Paniagua, propietario de SeñoRPProducciones, opina que «esta es una provincia que siempre ha apostado por la cultura». Sin embargo, tanto Paniagua como el resto de empresarios  del gremio comparten el sentimiento de olvido por parte del Gobierno central ya que, según Miguel Ángel Martino, dueño de Espectáculos Pirofiesta, «prohibieron las verbenas y, pese a que la administración dijo que ninguna empresa se quedaría atrás, seguimos pagando de nuestros ahorros los impuestos de una actividad que no podemos realizar»

Los efectos colaterales de la cancelación de los eventos previstos para este verano los sufren, de una manera proporcional, los diferentes artistas que se suben a los escenarios para animar una boda, una verbena de pueblo o un gran concierto en San Antolín.Pedro Sarmiento, dj palentino, explica que «lleva sin llegar un euro de todo lo relacionado con la música y el ocio nocturno desde marzo». Al igual que las empresas, los artistas firman contratos con meses de adelanto y «a raíz de la cancelación de eventos y de que el disco-bar en el que trabajo (Geographic) permanezca cerrado, redondeando, habré perdido 5.000 euros en estos meses que, junto a mi otro trabajo me permitían tener un sueldo decente», explica Sarmiento.

El diputado de Turismo, Francisco Pérez, afirma que «desde la Diputación se está trabajando día a día con las empresas y grupos palentinos en el programa Volver a ser cultura con un número de actuaciones similar al de otros años, ya que la intención es hacer lo posible para que ninguna empresa palentina cese en su actividad».

La reducción de aforo, en eventos tanto públicos como privados, implica, en general, una reducción de ingresos para las empresas y los artistas que «aunque es una tirita para nuestros ingresos, la herida es una hemorragia abierta»,  manifiesta Juan Ramón Pérez, propietario de Dinámica Producciones.

En este punto, las empresas ya tienen puestas sus miras hacia el 2021, aunque con el miedo y la incertidumbre que supone el no saber cuándo podrán realizar su actividad de manera normal y si, hasta ese momento, podrán aguantar.