Un viaje para aquellos que lo tienen prohibido

David Herrero (Ical)
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Los internos de la prisión eldanense de La Moralejason los primeros de Castilla y León en disfrutar de la iniciativa cultural del fotógrafo Igor Gonzalo

Un viaje para aquellos que lo tienen prohibido

«Hacer viajar a la gente que no tiene la posibilidad de desplazarse». Esa es la principal pretensión del proyecto Voyage Photo Tour del burgalés Igor Gonzalo que, en la novena y actual edición, hace honor a la ciudad de París y a la población reclusa con una ruta expositiva por diez centros penitenciarios españoles, entre los que hay tres de Castilla y León.


Con su parada en la cárcel de Dueñas, primera de la Comunidad en acoger la iniciativa cultural, que se prolongará hasta el 3 de octubre, Gonzalo explica a Ical que el proyecto cambia su ubicación habitual, tras 16 años de andadura recorriendo las galerías, museos y salas tradicionales. Su principal pretensión se fusiona a la perfección con su público potencial, de la mano de la población reclusa, que «nunca puede moverse del centro».


La exposición, conformada por 30 fotografías, «cuenta la vida de los ciudadanos de un lugar, razón por la que no tienen cabida en las guías tradicionales». La edición actual, que tiene su justificación en el aniversario del incendio que sufrió la Catedral de Notre Dame, persigue «distanciarse de las imágenes a las que la población está habituada», bajo el título de Voyage París.

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Tradicionalmente, en el caso de la capital francesa, las instantáneas más famosas se relacionan con «las puestas de sol idílicas, la Torre Eiffel, los museos o la visión poética y romántica de los lugares emblemáticos». Por ello, la exposición es la «cara b de los viajes, que se quiere ver, pero que no se suele publicitar», subraya el autor.


LA OTRA CARA DEL VIAJE

El burgalés explica que, de entre todas las fotografías, destacan las imágenes en las que se pueden ver grupos de personas en el Arco de la Defensa, dado que, «en vez de centrarse en el monumento, se ha buscado la linealidad de las escaleras y cómo las personas se separaban».

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Las pequeñas peculiaridades del día a día se plasman «a la perfección» en la exposición, como es el caso, en otra de las imágenes seleccionadas, de las personas que hacen taxis de sus bicicletas o reuniones de aficionados al tango que se congregan en las escaleras de la Ópera parisina, «a modo de culto a la música, pero alejado de la visión poética de los bailarines del Palacio de la Ópera», comenta Gonzalo.

Un viaje para aquellos que lo tienen prohibido
Un viaje para aquellos que lo tienen prohibido


La cara b se define a través de fotografías de personas hipnotizadas con la entrada de la luz por las vidrieras de las iglesias o del movimiento en los mercados y transportes, los cuales «son dos de los focos donde se obtienen mejores piezas, al desarrollarse allí gran parte de la vida», apostilla el fotógrafo.