De niño pasaba horas mirando los toros de la ganadería de Ignacio Encina que pastaban junto a la finca familiar y, con apenas 15 años, le encantaba ir a la puerta de la plaza vieja para ver el ambiente que se vivía antes de las corridas. «A día de hoy, sigo yendo una hora antes para disfrutar de esos momentos previos que también forman parte de la actividad taurina». Sin duda, el hecho de que Alberto Pérez Villar haya sido reconocido como aficionado ejemplar durante la entrega de premios a los triunfadores de la Feria de San Antolín 2018 es más que un merecimiento.
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