El próximo curso el Palencia Cristo deberá afrontar, entre los cambios que supondrá el debut en una nueva categoría, ya nacional, mayores kilometrajes en sus viajes en autobús para disputar sus 17 duelos como visitante, hasta completar una cifra global, contando idas y vueltas, que supera los 10.000 kilómetros.

Serán seis desplazamientos a Galicia, cinco de ellos por encima de los 400 km de ida. Redondeando, unos 5.000 kilómetros, sumando los regresos a casa (con los tres puntos en el equipaje serán más alegres), solo en esos seis viajes. Los 370 km que separan Palencia de Carballino (Ourense), localidad en la que juega el Atenteiro, serán la salida gallega más próxima. Las más lejanas, las que le llevarám a Villagarcía de Arosa (Pontevedra) y a Bergantiños (La Coruña), de 486 y 480 km.

Cinco viajes a tierras asturianas afrontarán las expediciones lideradas por Rubén Gala, entre los 245 km hasta Langreo y los 287 a Luanco para medirse al Marino. Similares serán los cuatro desplazamientos a la Comunidad de Madrid (Navalcarnero, Leganés, Móstoles y el barrio del Pilar de la capital -Adarve-). 

Y los dos más próximos, a Segovia y Salamanca, con poco más de 160 km por carretera. Nada parecido a viajar a Becerril. Pero los ascensos conllevan distancias.