«Para mí la ópera lo es todo»

Fernando Iñigo
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Soraya Pérez Alonso es cantante de lírica y actualmente está terminando los estudios superiores en Plasencia. Tiene la carrera de piano y estudió Historia del Arte. Trabaja como docente y es profesora en el Centro de Formación e Innovación Educativa

«Para mí la ópera lo es todo» - Foto: Juan Mellado

Soraya Pérez se dedica a la ópera, es soprano lírica y lleva estudiando canto desde los 21 años. Durante su carrera ha tenido la oportunidad de actuar con artistas  de la talla de Ainhoa Arteta o Isabel Rey. 


¿Cómo comenzó en el mundo de la música?


Desde que tenía cuatro años, venía un amigo de mis padres a casa con discos de música clásica y yo hacía como que los dirigía, porque quería ser directora de orquesta. A partir de ahí empecé a ir a una academia, después me apunte al conservatorio y me saqué la carrera de piano. También porque es una herencia familiar: mi abuela cantaba y mi abuelo materno era director de orquesta, por lo que tengo antecedentes musicales. Ya en mi época de universitaria vieron que tenia buena voz y me dijeron que tenía que hacer los solos. En un viaje a Argentina me dijeron que estudiara canto y así lo hice, hasta hoy que me dedico a ello.


¿Cuántos años ha estado estudiando canto?


Llevo estudiando canto 25 años, empece con 21 y actualmente estoy terminando los estudios superiores en Plasencia. En la comunidad he estado estudiando en Valladolid, Salamanca y Segovia. También me he formando en Madrid y Bilbao, y he tenido la oportunidad de formarme en Florencia.


¿Qué es para usted la ópera?


 Para mí la ópera lo es todo porque desde el escenario tengo la posibilidad de conectar con el alma de las personas. Por ejemplo, en Plasencia, cuando estuve el mes de junio cantando en la catedral con una compositora colombiana. Había hecho una obra de mucho sufrimiento sobre las desgracias que han ocurrido en su país y,  al finalizar, vino una señora del público y me empezó a abrazar y a llorar. Para mí es sensacional que después de la actuación venga gente a darme las gracias.


¿Cómo se siente cuando está encima de un escenario?


Encima del escenario siento una libertad tremenda y un poder maravilloso para hacer que las personas salgan mejor de lo que han entrado. Intento no pensar en nada cuando entro porque si empiezas a darle vueltas te viene el miedo escénico, te quedas en blanco o te vienen a la cabeza muchas cosas que te dificultan. Por lo tanto, tienes que estar muy concentrado y ese es el vehículo para dar lo mejor de ti mismo. Es lo más parecido a un gladiador expuesto a todo el mundo y a todas las críticas. Para ello, siempre tienes que tener un entrenamiento y un estudio muy grande. 


¿Cuántas horas ensaya al día?


Nunca se puede sobrepasar las dos o tres horas de ensayo porque la voz es un instrumento muy delicado y que varía con el tiempo, con la forma y con la edad e influyen muchas cosas como, por ejemplo, el nivel hormonal.  No te puedes sobrepasar entrenando las cuerdas vocales. Aquí, por ejemplo, el clima es muy seco y tenemos que tener humidificadores para mantener la voz.


¿Cómo se prepara los días previos a una actuación?


Intento cuidar la voz constantemente, no beber ni fumar. Además, lo más importante es dormir porque, como canto sin micrófono, hay que tener una capacidad respiratoria impresionante. Normalmente suelo tomar un té o  una bebida fría para desinflamar la laringe.
Forma parte de Athenea Musical ¿Cuándo surgió esta agrupación y quiénes la conforman?


El grupo Athenea Musical se creó en diciembre de 2013. Lo formamos Nuria García y yo. Tenemos mucha química porque somos profesoras. En el escenario, ella es la que actúa y yo me encargo de la parte musical. Nos encanta interactuar con los espectadores y antes del Covid-19 sacábamos a escena parte del público, pero ahora con las medidas sanitarias no podemos.


Su sector ha sido uno de los más damnificados por la situación del Covid-19 ¿Cree que se deberían de haber hecho las cosas de otra manera en la vuelta del público a los teatros?


En mi opinión, creo que deberían  haber tomado las medidas que se están imponiendo ahora y fomentar más la cultura porque yo creo que es un espacio seguro. Tendrían que haberse gestionado mejor. Nosotros también somos como la medicina para esta situación de pandemia que por desgracia hemos estado viviendo. No solo necesitamos a los sanitarios, que han hecho un trabajo estupendo, también necesitamos la cultura que es otro sector que ha servido para desinhibirnos.  

 

Y usted, ¿cómo lleva la situación de la pandemia del coronavirus?


Desde mayo hasta julio no pude cantar porque estuve ronca y tuve que hacer mucha terapia con los pulmones. Salí un par de veces a cantar y no pude porque no tenía fuerza. Tuve neumonía bilateral, pero nunca llegue a saber si cogí el covid-19.

 
También es docente. ¿Qué le gusta más: dar clases de o cantar?


 No creo que me pudiera decantar por una de las dos porque tengo una vocación docente muy grande. Sin embargo, la sensación de cantar es grandiosa, es un sentimiento de felicidad y de privilegio muy grande.


¿Qué tienen en común la ópera y la docencia?


Yo sí veo que existe un vínculo entre las dos, ya que  se ofrece un servicio en el que te entregas a los demás, ya sea en el escenario donde influyes en las emociones de las personas, o en clase, que incides en los  alumnos  de manera directa a partir de la enseñanza.


¿Cómo ha sido la vuelta a los escenarios tras la pandemia ?


Lo cierto es que yo, al principio, estaba preocupada y tenía algo de miedo por lo que pudiera ocurrir. Nos tomábamos la temperatura a menudo, ya que  estoy con mi equipo en el escenario y teníamos que tener cuidado de no coger el virus. También antes del coronavirus, a la salida de los espectáculos, los gente que estaba viéndonos, venía a felicitarnos por  el trabajo realizado y ahora eso ya se limita más por el peligro a contagiarnos.