La Universidad de Santiago analizará si tomó drogas

ALBERTO ABASCAL
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El conductor del accidente en la calle La Cestilla asegura que sufrió un desvanecimiento y por la noche otro, por lo que tuvo que acudir al hospital para ser tratado · La víctima del atropello sigue grave, pero estable

La Universidad de Santiago analizará si tomó drogas - Foto: Óscar Navarro

El Laboratorio de Toxicología de la Universidad de Santiago de Compostela determinará si el conductor del turismo que en la tarde del jueves arrolló a un peatón de 44 años en la calle La Cestilla para acabar empotrado en el muro de la iglesia de La Compañía, catalogada como Bien de Interés Cultural, conducía o no bajo los efectos de las sustancias estupefacientes.

Fuentes municipales confirmaron a este periódico poco después de producirse el siniestro que I.G., de 49 años y guarda jurado de profesión, al parecer, había dado positivo al test  indiciario de drogas realizado por el equipo de atestados de la Policía Local. Horas más tarde, el conductor fue derivado a petición propia hasta el Complejo Hospitalario para que realizaran una analítica en sangre. Con todo, las pruebas realizadas han sido enviadas hasta el citado centro universitario puesto que alberga el laboratorio de referencia a nivel nacional en cuanto a las analíticas o narcotest que se practican por los distintos cuerpos de seguridad a pie de carretera.

De hecho, el Tribunal Constitucional dictó a comienzos del pasado año un auto que tumbaba cualquier duda sobre la validez de los narcotest, con indiferencia del tiempo que se hubiera consumido sustancias antes de ponerse al volante. 

El coordinador de la creación y puesta en marcha de los narcotest, el catedrático de Toxicología de la Universidad de Santiago Manuel López-Rivadulla, explicaba en una reciente entrevista mantenida con La Opinión de La Coruña, el alcance de las drogas al volante. Apuntaba que el aparato de control parte de un «punto de corte» que el legislador ha establecido para determinar que esos niveles de consumo afectan a la conducción y, por tanto, da como resultado positivo en la prueba. En el caso del cannabis, el narcotest arroja un positivo si se ha fumado hasta 9 horas antes y en cocaína, si se ha consumido entre tres y cuatro horas.

Con independencia de los test de saliva, orina o sangre, un juez puede pedir una analítica que puede ser aún más efectiva para determinar  si un conductor ha tomado estupefacientes: el análisis del cuero cabelludo.El pelo crece de manera cíclica, aproximadamente un centímetro al mes mediante la sangre, lo que implica que si una persona consume sustancias se puede detectar. Mediante el test de drogas en el pelo, se puede conocer de forma precisa el periodo de consumo de la persona y la sustancia o sustancias que ha estado consumiendo durante ese periodo.

Las drogas no se hacen presentes en el cabello de forma inmediata, empiezan a aparecer en el cabello de 7 a 10 días después del consumo, puesto que es el tiempo que tarda el pelo en salir del folículo a la base del cuero cabelludo.

Sin embargo, una vez que comienza a salir el pelo, permite un periodo de detección del consumo de sustancias mayor que cualquier otra prueba como puede ser saliva u orina. A diferencia de la orina o la sangre, las drogas pueden permanecer en el cabello de forma indefinida, es decir, mientras la porción de cabello donde se ha alojado la droga permanezca.

El conductor del turismo implicado en el accidente, negó ayer en declaraciones a Diario Palentino que hubiera consumido sustancias estupefacientes: «Lo que puedo decir es que acababa de salir de trabajar y me dirigía comprar a un supermercado; sufrí un desvanecimiento, pasaron varios segundos y luego me ví empotrado contra la iglesia tras perder el control del coche. No me acuerdo de nada. Puedo decir que ahora estoy tomando medicamentos y sufro desvanecimientos», que él lo achaca a posible estrés laboral. De hecho, apuntó que después de pedir voluntariamente una analítica de sangre que se le practicó en el complejo hospitalario, por la noche tuvo que volver al mismo recinto hospitalario porque sufrió un nuevo desvanecimiento. «Por la mañana he salido de allí, pero estoy totalmente destrozado», añadió.

Por lo demás, la víctima del accidente, un hombre de 44 años que paseaba por la acera de la calle La Cestilla, se encontraba ayer estable dentro de la gravedad. A falta de una confirmación oficial, la víctima, un trabajador de las obras de construcción del nuevo aparcamiento hospitalario, fue intervenido quirúrgicamente en la tarde-noche del jueves al sufrir politraumatismo, con afectación en piernas, un brazo, así como un fuerte golpe en la cabeza. «En cuanto pueda, tengo intención de visitarle para ver cómo se encuentra y cómo evoluciona su estado», apuntó I.G.

Desde el punto de vista del procedimiento judicial, la Policía Local inicialmente trasladó al conductor del vehículo hasta el Cuartel en calidad de investigado y allí se elaboró el atestado y se corroboró las primeras pruebas realizadas. Al concluir las mismas, el investigado no sufrió ninguna medida cautelar. En este punto hay que subrayar que la Policía Local tiene la potestad de elaborar los informes preliminares en caso de producirse un supuesto caso de delito contra la seguridad vial. 

El presente proceso seguirá su trámite en forma de diligencias previas a través del juzgado de guardia puesto que el conductor del turismo ha solicitado la práctica de pruebas para intentar demostrar que no cometió una imprudencia. De haber asumido su responsabilidad, el procedimiento habría acabado en un juicio rápido, según informaron expertos en derecho.

Por lo demás, la empresa Archivolta acometerá a partir del lunes una evaluación de los daños sufridos por el muro y verja que rodea a la iglesia de La Compañía después de que se empotrara contra estos elementos el coche implicado en el siniestro del jueves, según confirmó a este periódico el delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo.

De hecho, responsables de Patrimonio de la Junta de Castilla y León y de la delegación diocesana de Patrimonio mantuvieron ayer un encuentro en el mismo lugar de los hechos para realizar una primera inspección de los daños causados después de producirse el accidente de tráfico. Como se puede observar en la imagen contigua, el impacto fue tan severo que varios pilares y la verja de hierro forjado quedaron esparcidos por el lugar, incluso la plataforma informativa que explica la historia y las características arquitectónicas del templo religioso.

Fuentes de la Diócesis indicaron a este periódico que ya se han cursado o se cursarán en breve las pertinentes licencias de obra al Ayuntamiento y a la Comisión de Patrimonio Histórico con el objetivo de acelerar al máximo el inicio de la reparación cuyo montante aún no ha sido cuantificado. No hay que olvidar que desde 1982 esta céntrica iglesia de la capital es Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento Histórico-Artístico de interés nacional. 

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