El negocio equino: una pasión

Lara Arias
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La empresa de Jesús Lobete Antolín, localizada en el municipio paredeño, ha conseguido el premio a la mejor ganadería en el concurso de Valdestillas. Una afición de su dueño, con un futuro «incierto»

El negocio equino: una pasión - Foto: Raúl MartÁ­nez

La ganadería de Jesús Lobete, llamada Yeguada Lobete, nació hace unos 25 años en el seno de una familia de Paredes de Nava que siempre convivió con caballos, como el abuelo del dueño que utilizó estos animales para la agricultura. Durante mucho tiempo no tuvo ningún caballo, pero hace casi tres décadas decidió comprar animales como una simple afición, para ir a los encierros o para su tiempo libre. Esto  pasó a ser su negocio, el cual «está mal pagado». El pasado 13 de julio consiguió hacerse con el premio especial de mejor ganadería en el concurso de Valdestillas (Valladolid), confirmando el buen trabajo realizado los dos meses previos al concurso. Jesús Lobete y Juan José Hernández, amigo y colaborador de la ganadería, definen este negocio como una afición. Disfrutan de cada exhibición juntos «porque nos da la oportunidad de trabajar con los amigos y de este gusto del que tan poca tradición hay en Paredes».

Hace ya casi tres décadas que Jesús Lobete dedició convertir este  hobbie, en su trabajo. En un  principio criaba caballos cruzados, de capas negras o albinas y castañas, «pero a partir del 2007-2008 la ganadería Flor de Lis nos cedió un semental, llamado Facateco, y ese fue el comienzo de como empezamos a criar sementales, que es el resultado de juntar un pura raza española con un árabe o bien dos hispano-árabes», explica Juan José Hernández. A día de hoy, únicamente crían hispano-árabes y árabes puros, porque «tras ver los resultados que obtuvimos con el anterior cruce, decidimos continuar con ello», apunta.

La decisión de crear esta ganadería en la localidad paredeña nació «porque Jesús Lobete, dueño de los caballos, es de Paredes de toda la vida, y al tener estos animales desde hace tiempo siguió criando a los caballos hispano-árabes en las mismas instalaciones en las que criaba a los cruzados», indica Juan José Hernández. El negocio de esta actividad es únicamente la venta de animales, como fue el caso de la yegua Carejas, nombre que recibe en homenaje a la patrona de la localidad paredeña.

El negocio  equino: una pasiónEl negocio equino: una pasión - Foto: Raúl MartÁ­nezProblemas. La mayor tradición de cría caballar se encuentra en zonas ubicadas en el sur de España. Eso genera problemas a ganaderías como la paredeña porque «al estar alejados de los núcleos de mayor aficción a los caballos no podemos  promocionarnos bien o vender de la misma forma que en otras zonas. Incluso también para concursar», explica Juan José Hernández. Uno de los casos más señalados para ellos fue la venta de la yegua Carejas, porque su objetivo era «verla competir, porque en esta zona era imposible», indican. Pero,para ellos, la mayor ventaja de este negocio «es que nos juntamos amigos para hacer esto, con gente que nos ayuda a la hora de rapar y tusar los animales, elaborar las cabezadas y los ramales y montar a los caballos que pueden llegar a concursar en la prueba de montados, entre otras cosas. Es una forma de disfrutar dos meses del concurso y la relación entre los amigos que nos juntamos», señalan Lobete y Hernández.

El trabajo diario de la ganadería es «darles de comer dos veces al día, por la mañana y por la tarde; después se revisan las yeguas y los sementales, se controla a los potros por si tuvieran algún problema. Además, se vigilan los temas reproductivos, pero según el año en el que esté, porque de eso depende el tema de cubriciones y el de los partos», manifiestan. 

Para hacer frente a este negocio es importante tener un capital económico, que corre a cuenta del dueño, «porque no recibimos ninguna ayuda por parte de ninguna administración pública», expone Juan José Hernández. Para el dueño de esta ganadería, «cuesta bastante dinero todos los años, aunque venda algún caballo a buen precio» apunta Jesús Lobete, pero, para él, «son las vacaciones que tomo. Sí un mes de descanso cuesta 2,000 euros, eso lo invierto en la ganadería». También alega que este negocio «está destinado a desaparecer, porque mis hijos tienen sus trabajos y no quieren seguir con ello. Es muy difícil que una ganadería se transmita en el tiempo, pero lo que me enorgullecería es que con el paso del tiempo se reconozca a los descendientes de mis animales», afirma el ganadero paredeño. El gasto anual destinado al cuidado de estos animales «ronda los 600-1.000 euros si los tienes bien cuidados», indica Juan José Hernández. 

Concurso de valdestillas. El concurso celebrado en Valdestillas el 13 de julio dió a la ganadería de Jesús Lobete un total de cinco medallas: cuatro galardones de plata y uno de bronce. Además, la competición incluye tres premios especiales, como es el de mejor ganadería, que consiguieron gracias «a un cómputo de todas las medias de resultados obtenidos de los ejemplares presentados», explica Juan José Hernández. Es decir, la suma de todas las notas de los cinco caballos que presentaron. «Fuimos merecedores de este premio porque llevamos una serie de caballos muy homogéneos, que han puntuado todos muy arriba. De los que hemos llevado la plata y el bronce los hemos obtenido en la misma sección», manifiesta el colaborador de la ganadería.

«Este trabajo no hubiera sido posible sin la colaboración de Juanjo», subraya Jesús Lobete, porque «gracias a Juanjo participamos en distintos concursos, ya que es el que se encarga de todo ello», agradece el dueño. Además, ambos dan las gracias a sus colaboradores. «De Paredes de Nava nos han apoyado Alejandro León y Victorino Hoyos en la creación de las cabeceras. De Medina de Rioseco nos ha ayudado Jesús Rodríguez. También nos echa una mano Samuel Berrocal, que es el encargado de los potros, y nuestra veterinaria Ángela Montalvo», concluyen.