Punto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vida

J. Benito Iglesias
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El desmantelamiento de la instalación de producción eléctrica da paso a un futuro incierto en la Montaña Palentina tras la descarbonización y los proyectos que traiga la transición ecológica

Punto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vida - Foto: Juan Mellado

El 30 de junio era la fecha límite fijada para la desconexión de la central térmica de Velilla del Río Carrión junto a otras seis en el país, mientras cuatro instalaciones más de este tipo seguirán el mismo destino en dos años, ya que las empresas propietarias han solicitado su clausura para reducir emisiones de CO2. Con su apagón, la industria velillense deja atrás más de 55 años de historia en la Montaña Palentina plagada de millones de toneladas de carbón quemadas y extraídas con el sudor e incluso la muerte de mineros de una amplia estirpe en la comarca, que vivió durante décadas del oro negro.

La crónica de la muerte anunciada de la central térmica de Velilla se inició el pasado 27 de octubre de 2017 cuando en el Congreso de los Diputados se aprueba una moción de Podemos para adelantar a 2020 el cierre de este tipo de industria de generación de energía eléctrica, lo que suponía el avance hacia la descarbonización total del país. El siguiente y definitivo paso lo dio Iberdrola al comunicar el 10 de noviembre de 2017 al Ministerio de Energía el cierre de la instalación de Velilla, de la que entonces en la comarca de Guardo dependían 200 empleos indirectos y 80 directos que serían recolocados en otras plantas del grupo.

De esta forma, ayer se dio por terminado el periodo de vigencia del Plan Nacional Transitorio (PNT), que  autorizó a estas instalaciones a funcionar desde el 1 de enero de 2016 sin cumplir con los límites de emisión que fija la normativa europea. Junto a la de Velilla, propiedad de Iberdrola, se clausuran las centrales de Compostilla II (en León) y Andorra (en Teruel), ambas propiedad de Endesa; Narcea (Asturias), La Robla (León) y Meirama (A Coruña), de Naturgy, y Puente Nuevo (Córdoba) de Electra del Viesgo. Entre todas ellas suman unos 1.100 empleos directos e indirectos.

Punto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vidaPunto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vida - Foto: Juan MelladoEl Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) propuso autorizar el cierre de las centrales térmicas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) emitió informes en los que no ponía objeciones de acuerdo con las normativas europea y estatal que establece un nuevo marco de emisiones a partir del 1 de julio que estas centrales no podrían cumplir sin realizar importantes inversiones. En el proceso de cierre y, en su caso, desmantelamiento de una térmica, se exige una serie de trámites previos, entre ellos el informe de Red Eléctrica de España (REE) en su calidad de operador del sistema eléctrico, antes de su autorización por el Miteco, cuando como en este caso la competencia corresponde a la administración estatal.

Además, la CNMC emite un informe preceptivo en el que analiza la propuesta de resolución ministerial y puede o no realizar observaciones a la misma. Para la clausura de cualquier central de generación eléctrica, las empresas titulares deben presentar un plan ordenado de cierre y la justificación económica para ello.

Este plan de transformación en la zona incluye, además, inversiones en redes inteligentes y movilidad sostenible, la instalación de una planta de valorización de residuos, programas de formación y la creación de una Plataforma de Innovación Ciudadana para incentivar el emprendimiento en la comarca.

Punto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vidaPunto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vida - Foto: Juan MelladoProyecto de iberdrola.

En el caso de Velilla, la compañía Iberdrola tiene previsto construir en sus entornos el mayor complejo fotovoltaico de la región, con un total de 400 MW de potencia instalada, que será también uno de los mayores de España y representará una inversión de 300 millones de euros, junto a la creación de más de 4.000 empleos, según la estimación basada en los cálculos utilizados en el denominado Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2021-2030 del Miteco.

Punto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vida
Punto y final a la térmica de Velilla tras 55 años de vida - Foto: Juan Mellado
Este Plan gubernamental define los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de penetración de energías renovables y eficiencia energética. Determina las líneas de actuación y la senda que, según los modelos utilizados, es la más adecuada, maximizando las oportunidades y beneficios para la economía, el empleo, la salud y el medio ambiente; minimizando costes y respetando las necesidades de adecuación a los sectores más intensivos en CO2.

Valoraciones.

La alcaldesa de Velilla, Belinda Mencía, explica que aunque «era la crónica de una muerte anunciada», el cierre de la térmica después de 55 años «no deja de ser una noticia triste» y que, ahora, lo que toca es «mirar al futuro y trabajar duro para que se concrete bien todo el contenido del Plan de Acompañamiento de Iberdrola, ya que el anunciado parque fotovoltaico beneficiará a Villalba y Mantinos», junto a los fondos públicos que lleguen del Ministerio  para la Transición Ecológica. Por ello, recordó que Velilla tiene que ser compensada con alternativas, ya que cuando termine el desmantelamiento de la central «cesa el canon del IBI de características especiales que supone un 30% del presupuesto municipal» y es por ello el municipio «más perjudicado». Así, se ha propuesto a Ibredrola crear en el poblado de la térmica un complejo residencial de mayores «muy necesario y que crearía empleo estable», sin descartar apartamentos turísticos y negocios tecnológicos al llegar la fibra óptica en breve.

El alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, aún mantiene vivo el recuerdo de lo que supuso la térmica «para que las minas sacaran su máximo rendimiento al carbón y fueran viables dada la gran demanda energética en el país». Por ello, se lamenta de que las «decisiones e intereses políticos y económicos» priven a la comarca de una industria «de forma acelerada y antes de lo esperado». Al respecto añade que la denominada transición energética debe hacerse «de forma previa al cierre porque después solo queda un solar, desaparece el capital humano y se pierden inversiones pagadas por todos para haber prolongado la quema de carbón con  medidas ambientales». Así, el regidor se postula a favor de «compaginar lo verde con lo económico», ya que al final «se ha encarecido la energía con una pérdida de competitividad de todo el país», y pide apoyo público y privado para, junto al trabajo municipal «poner facilidades y nunca trabas a industrias alternativas que fijen población y creen riqueza con servicios suficientes».

El responsable comarcal de UGT, Carlos Mesa, sostiene que las políticas de los últimos siete años de gobiernos de distinto signo sobre la transición energética «son equivocadas en cuanto a los  procesos iniciados», y aún estando de acuerdo en la necesidad de producir de forma limpia, «solo se prima a las industrias del sector que van a ganar dinero y han encarecido tres veces el precio pagado por la luz en 15 años después de casi tres sin quemar carbón». En su opinión, la industria energética busca producir más y que «con lo solar o eólica no se gaste gasoil pero se consuma más electricidad y, como no habrá suficiente si fallan los saltos de agua con la sequìa, se tenga que traer de fuera y más cara». Así, critica el ecologismo encubierto. «Primero cerraron  minas y ahora la térmica, con empresas subcontratadas y 60 empleados y la gente se va. La ecología está bien en las ciudades pero aquí nadie va a restituir lo perdido. Antes de cerrar ya debía haber instalada otra industria con 100 puestos de trabajo», se lamenta.

José Ramón Pelaz, máximo dirigente de Comisiones Obreras, opina que la desaparición de la térmica es «un varapalo más» a las ya  castigadas cuencas mineras de Palencia y León, y confió en el desarrollo «de una transición ecológica justa» que propone la ministra del ramo, Teresa Ribera. «Se trata de algo muy consensuado pero que hay que aplicar en tiempo y forma, desmontando cuando antes la térmica y luego concretar rápido los proyectos industriales alternativos». El sindicalista pide que no pase como con el progresivo cierre de las explotaciones, «cuando al final lo propuesto se queda en un escrito de buena voluntad y poco más». Asimismo, indica que las iniciativas deben ser «eficaces para la gente que vive en la comarca y quien se quiera empadronar». En suma, considera que los planes de transición públicos y privados en las  antiguas zonas que han vivido solo del carbón «deben ser de verdad los definitivos a la hora de crear un empleo estabilizado y que pueda volver a traer riqueza en la comarca».