La mitad de los jóvenes que se van de CyL tienen una carrera

SPC
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Un 13,4 por mil de los jóvenes castellanos y leoneses abandonan las capitales de provincia; un 9,25 por mil deja otros municipios urbanos, y un 9,6 por mil sale del medio rural

La mitad de los jóvenes que se van de CyL tienen una carrera

Castilla y León es la comunidad con las tasas más altas de ‘fuga de cerebros’, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ya que un 54 por ciento de los jóvenes que emigran hacia otras partes de la geografía española tienen un título universitario, frente al 37 por ciento de los titulados nativos de otras autonomías que residen en la Comunidad.

Según este estudio, titulado ‘Descapitalización educativa y segunda oleada de despoblación’ y elaborado por el Centro de Estudios Demográficos de la UAB, Castilla y León registra las mayores pérdidas migratorias anuales por movilidad de larga distancia -desplazamientos interregionales y exteriores. En concreto, el 13,4 por mil de los jóvenes castellanos y leoneses deciden abandonar las capitales de provincia, un 9,25 por mil deja otros municipios urbanos, y por último un 9,6 por mil que opta por abandonar el medio rural para emigrar a otras municipios más grandes.

El informe sentencia que los jóvenes con alta cualificación que residen en la ‘España vaciada’ deciden abandonar sus lugares de origen en busca de mejores oportunidades laborales y esta problemática no ocurre solamente en los pueblos, actualmente se está extendiendo también a pequeñas ciudades.

En cuanto a la procedencia de los emigrantes, Madrid está posicionada “como la principal portadora de talento oriundo de otras partes de España y como centro del sistema migratorio de capital humano cualificado”. El 35 por ciento de estos inmigrantes, cerca de 10.000 proceden de Castilla-La Mancha y Castilla y León, aunque esta última, registra entradas desde la capital, muy escasas.

Los autores del estudio, determinan además que Castilla y León está, junto con Galicia, Asturias, Cantabria, Navarra, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana, entre las autonomías con una “selectividad migratoria más marcada”, entre el 45 y 55 por ciento de los jóvenes de entre 25 y 39 años que emigraron a otras zonas de España, cuentan con estudios universitarios, frente al 30-35 por ciento de los que permanecen en la zona donde nacieron.

La publicación realiza además el perfil educativo de la población emigrante, que destaca por tener una mejor cualificación que aquellos que llegan a las comunidades donde la selectividad emigratoria está más marcada. En Castilla y León, un 54 por ciento de los jóvenes que emigran hacia otras partes de la geografía española tienen un título universitario, frente al 37 por ciento de los titulados nativos de otras autonomías que residen en la Comunidad.

Sin embargo, en la Comunidad de Madrid, el 65 por ciento de los jóvenes procedentes de otros lugares tienen estudios universitarios. Estos datos consolidan a Madrid como el “principal importador de talento oriundo” de otras partes de España, y centro del sistema migratorio del capital humano cualificado. Al mismo tiempo, la Comunidad de la capital, expulsa jóvenes sin estudios a aquellos lugares donde es más barato vivir. Únicamente en Cataluña, Madrid y Murcia los inmigrantes tienen un nivel educativo más alto que los emigrantes.

Las capitales de provincia de las regiones emisoras son los municipios que más jóvenes entre 25 y 39 años pierden a consecuencias de las migraciones de larga distancia, por encima del ámbito rural. Una vez más, Castilla y León es la autonomía más perjudicada, con una tasa anual neta negativa del 13,4 por mil en las capitales provinciales. El Centro de Estudios Demográficos determinan que estas capitales no solo pierden población nacida en el municipio, sino que también son utilizadas como trampolín de ciudades más pequeñas para estudiar o incorporarse al mercado laboral, con vistas a emigrar hacia ámbitos urbanos de mayor entidad.

Las comunidades autónomas secularmente expulsoras no solo tienen balances migratorios negativos de población joven, sino que los flujos de salida se caracterizan por un éxodo de titulados universitarios, bastante intenso, mientras que las entradas tienen un nivel educativo más bajo. El informe determina también que las capitales de provincia tienen serias dificultades para retener a los jóvenes locales en el territorio, sobre todo a los más preparados, que emigran hacia lugares “de primer nivel” en la jerarquía territorial. Las principales afectadas son las zonas del interior y norte de España, principalmente aquellas de Castilla y León.

Finalmente, precisa que las ciudades de las autonomías con grandes tasas de emigración han quedado al margen de grandes inversiones de capital, tanto nacional como internacional, y no han sido capaces de crear una economía basada en nuevas tecnologías aprovechando el capital humano endógeno. En muchos casos, estas ciudades “no se han recuperado de los procesos de desindustrialización, o tratan de mantener un tejido productivo con cierta obsolescencia”, concluye el estudio.