Los regantes se ponen las pilas

P. Velasco
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El establecimiento de turnos de riego y la intensificación de la vigilancia por parte de la guardería fluvial son algunas de las medidas con las que se intenta paliar la escasez de agua principalmente en los sistemas Adaja, Cega y Alto Tormes

Aspersores con los que se riega un campo de cereales - Foto: Rueda Villaverde

A las limitaciones de dotaciones ya establecidas el pasado mes de abril en la Comisión de Desembalse para la Cuenca del Duero, los regantes castellanos y leoneses deben sumar ahora las medidas de racionalización del uso de agua aprobadas recientemente por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). Los turnos de riego y una mayor vigilancia se extienden a la mayoría de comunidades de regantes de la cuenca, aunque las que presentan un peor panorama son las unidades de Cega, Adaja y Alto Tormes, para las que ya se ha solicitado al Ministerio la declaración de «situación excepcional por sequía extraordinaria». 

La situación no es nueva para los agricultores de la Comunidad, que no han olvidado las restricciones que tuvieron que adoptar en 2017 por la extrema sequía que atravesó la región y «han aprendido de aquello en lo que se equivocaron», asegura el presidente de la Federación de Regantes del Duero (Ferduero), Ángel González Quintanilla.

Una experiencia que ha concienciado mucho más a las comunidades de regantes sobre el cambio climático y sus consecuencias para el campo, y pone como ejemplo la zona del Adaja, donde ya conocían que solo dispondrían de 2.200 metros cúbicos por hectárea, por lo que se han dejado muchas parcelas sin sembrar.

Precisamente esta zona, junto con las del Alto Tormes y el Cega son las que presentan un «gran problema de sequía», mientras que en el resto parece que la campaña está salvada pese a que se prevé un caluroso verano, como confirma González Quintanilla.

Medidas

Entre las medidas publicadas por la CHD se incluyen las restricciones a los usuarios en tramos de ríos no regulados por lo que se han efectuado 110 requerimientos a ayuntamientos y 78 a usuarios de riego correspondientes a cinco ríos.

El documento publicado en la web de este organismo de cuenca establece los volúmenes para riego garantizados en estos momentos para el sistema Pisuerga-Bajo Duero, con 5.250 metros cúbicos por hectárea cuando la dotación máxima en los años sin restricción son 6.500, lo que supone una reducción del 19,2 por ciento; para el Carrión con 5.000 metros cúbicos por hectárea cuando lo habitual son 6.000; y para el Adaja con 2.100 metros cúbicos por hectárea cuando lo normal son 5.500, con una reducción del 61,8 por ciento.

Actualmente, los embalses de la cuenca gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero se encuentran al 69,9 por ciento de su capacidad total, más de siete puntos por debajo de la media de los últimos diez años y 21 con respecto al año pasado. Desde la CHD recordaron que el agua es «un recurso valioso y escaso» en cuya gestión debe colaborar todo el mundo, por lo que apeló a un «consumo cuidadoso y responsable», sobre todo en épocas de sequía como la actual.