El día que la ciencia dejó de ser una cosa de hombres

EFE
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La campaña #nomorematildas denuncia cómo se ha silenciado a las mujeres investigadoras en la Historia y la necesidad de recuperar los referentes en áreas como la tecnología, la ingeniería y las matemáticas

La iniciativa se enmarca en la celebración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia este jueves.

Es probable que si Albert Einstein hubiera nacido mujer, hoy apenas nos sonaría su apellido porque los méritos de sus estudios se los habría llevado un hombre, es el efecto Matilda, el nombre que designa la injusticia sistemática cometida contra las científicas que durante décadas han visto invisibilizado su trabajo solo por ser mujeres.

A lo largo de la historia, han sido muchas las investigadoras que han visto cómo sus descubrimientos eran merecedores de un Premio Nobel que se otorgaba a un hombre: Nettie Stevens, descubridora de los cromosomas sexuales; Rosalind Frankin, descubridora de la estructura de doble hélice del ADN, o Lise Meitner, experta en radiactividad y física nuclear, entre otras muchas.

La consecuencia directa de silenciar el trabajo de estas mujeres tiene efectos para las niñas de las generaciones futuras que crecen y se educan sin referentes femeninos en los libros de texto o en los libros de historia. 

Para acabar con esta injusticia, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) ha desarrollado la campaña #NoMoreMatildas, que pretende recuperar las referencias al trabajo de las científicas en los libros de texto escolares para despertar la vocación científica en las niñas y contrarrestar los estereotipos que desde pequeñas les hacen creer que son menos inteligentes o válidas para la ciencia que los chicos.

 

Pioneras ‘perdidas’

La campaña se presentó ayer en la oficina del Parlamento Europeo de Madrid, un acto al que ha asistido la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, los ministros de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, varias eurodiputadas y los creadores de la campaña, desarrollada de manera altruista.

«Son miles de referentes que se les han hurtado a las niñas y que han estado ausentes de los libros de texto pero que hoy pueden volver a inspirar a las niñas», explicó la ministra Celaá.

«Las mujeres hemos sido pioneras en muchas cosas pero siempre se nos ha vetado porque la historia la han escrito los hombres», una injusticia a la que hay que poner fin «democrática y progresivamente» a través de la educación, que es la herramienta más poderosa para cambiar la sociedad, acabar con la brecha de género y aprovechar el talento, subrayó.

Pero lo más grave de esto no es solo la evidente pérdida de talento humano, sino que en el futuro los empleos de las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)serán los mejor remunerados y si no cambian las cosas, las mujeres serán las más perjudicadas por la exclusión.

Desde AMIT, la catedrática Carmen Fenoll subrayó que ya no hacen falta más datos para saber que las mujeres están infrarrepresentadas en los ámbitos STEM, sino que ahora hay que poner el ímpetu en desarrollar acciones que mejoren la vida de las niñas que quieran dedicarse a la ciencia y la tecnología porque «no podemos alimentar estas vocaciones para después abandonarlas en callejones sin salida».

«Es hora de pasar a la acción» y de que las instituciones y gobiernos comprometan fondos para combatir los estereotipos y dejar que las niñas ocupen el lugar que se merecen, reclamó.

En España y con el respaldo de escritoras, científicas, instituciones y medios de comunicación, la iniciativa ha arrancado con la publicación de tres biografías imaginarias de Einstein, Alexander Fleming y Schrödinger que pueden descargarse en la web www.nomorematildas.com.