Un frontón con uso pero sin mantenimiento

Carlos H. Sanz
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El hospital de día de Psiquiatría de San Telmo reclama al Patronato de Deportes que arregle las instalaciones en las que desarrolla una actividad terapéutica a través de este juego

Un frontón con uso pero sin mantenimiento - Foto: Óscar Navarro

Fran es una de las doce personas que se reúnen cada semana en el frontón de San Telmo para dar unos raquetazos. Lo hacen porque les gusta ese deporte, pero también porque esta actividad es parte del programa terapéutico que lleva a cabo el hospital de día de Psiquiatría de San Telmo. 

Un rato de actividad física que debería ser beneficioso, placentero, estimulante y divertido, pero al que no ayuda nada el paupérrimo estado en el que se encuentran estas instalaciones del Patronato Municipal de Deportes.

El gran desconchón que se aprecia en el frontis frustra cualquier golpe que impacte sobre el ladrillo, ya que la pelota sale rebotada en una dirección distinta a la que debería salir; por no hablar de que la red superior está caída o llena de agujeros más grandes que una pelota, por lo que un golpe mal dado acaba con ellas en un solar anexo lleno de maleza que se traga las pelotas.

Es lo más parecido a una zona de guerra: falta gran parte de la chapa que con su sonido marca si el punto ha sido bueno o no; la pared izquierda no está mucho mejor y necesita una intervención seria; y el suelo está más que desgastado. 

La parte de iniciación, una especie de frontón en miniatura, también está plagada de desconchones que dejan al aire el ladrillo, pintadas, un suelo más que desgastado...

En definitiva, una instalación deportiva municipal impropia para una capital que se enorgullece de su inversión en deporte, pero que no es un caso aislado en San Telmo, ya que el frontón comparte un mal estado con las canchas de futbito y baloncesto que están al lado. Solo las pistas de tenis, que son de pago, lucen en perfecto estado de revista.

Para el hospital de día de psiquiatría, esta instalación deportiva es importante para llevar a cabo su terapia. «Cada persona tiene una experiencia, práctica deportiva, interés o relación distinta con el frontón. Por ejemplo, en el pequeño están los que no saben o nunca lo han practicado y quieren aprender, de forma que uno que sí sabe -y necesitamos que trabaje su confianza y seguridad personal en las actividades de la vida diaria- les enseñe», comenta Sofía del Pozo, terapeuta ocupacional del Complejo Asistencial Universitario de Palencia y, concretamente, de este hospital de día en San Telmo.

«Esto les viene bien en su proceso terapéutico, en su enfermedad, pero claro, con un frontón en ese estado se dificulta que esas personas con problemas de salud mental mejoren y se cuiden porque no podemos llevar a cabo esta prescripción terapéutica de forma adecuada», añade Sofía del Pozo.

«No es una prioridad». Esta situación les ha llevado a solicitar al Patronato Municipal de Deportes el arreglo de las instalaciones para «una práctica deportiva digna, ahora más necesaria que nunca en este tiempo de Covid-19».

El 9 de septiembre registraron un escrito explicando el problema al Ayuntamiento, pero en dos meses no obtuvieron contestación por parte de los responsables del Patronato Municipal de Deportes.

Eso hizo que la propia Sofía del Pozo se pusiese en contacto con el responsable del PMD, y, según cuenta, su respuesta fue que esta actuación «no es una prioridad» porque el frontón «no se usa mucho».

Del Pozo recalca que la práctica deportiva es «indispensable para mejorar la salud mental», ya que permite canalizar los pensamientos y sentimientos a través del ejercicio físico. 

«Muchas personas lo están pasando mal en nuestra ciudad y no creemos que todo vaya a salir bien si no damos pasos en determinados ámbitos como la mejora de las condiciones en la que se realiza deporte en esta situación de pandemia», opina. «La pregunta viene, tristemente, sola. ¿Ahora que el deporte es más necesario que nunca es solo para los que pagan?», sentencia.

Múltiples quejas. Para Eduardo Fernández, las excusas del Ayuntamiento no son nuevas. «Mis amigos y yo llevamos 30 años jugando en este frontón y hemos visto cómo lo han ido dejando sin mantenimiento poco a poco», señala, y es que no estas instalaciones deportivas no solo las utiliza el hospital de día, también reúne a otros aficionados a este deporte de raqueta.

«He ido a hablar con ellos en multitud de ocasiones para explicarles los desperfectos que existen. En una ocasión me tuvieron que dar 12 puntos tras chocar con una barra de una valla de obras que soldaron a la estructura; e incluso yo mismo he tenido que fijar a la pared con un taladro la chapa que un día amaneció caída...», relata este jugador.

«No lo han tocado cuando con cuatro duros podían haberlo mantenido en perfecto estado. Al final, dejamos de pagar por usarlo. Vamos cada sábado y nadie nos dice nada», destaca Eduardo Fernández que, reconoce, al final sus amigos y él han tenido que adaptar su juego a la situación del frontón.

«Si da en un desconchón y la pelota entra, lo llamamos punto Facundo, en honor del anterior concejal de Deportes, Facundo Pelayo  [responsable de Obras en este mandato]», sentencia.

No se usa, dice el Patronato, pero quizá si se estuviese correctamente arreglado se usaría mucho más.