Sobre gustos hay mucho escrito

Cristina Zapatero Flórez
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Cada vez es más frecuente buscar en Internet opiniones sobre un lugar antes de decidirse a visitarlo, pero tampoco faltan los usuarios especialmente exigentes que siempre encuentran detalles curiosos que se podrían mejorar.

En la era de Internet, cualquiera, desde cualquier lugar del mundo, puede acceder a una reseña turística antes de visitar, por ejemplo, La Olmeda o la catedral de Palencia, así como de disfrutar de sugerencias gastronómicas y de hospedaje que, habitualmente, contribuyen a facilitar el viaje y hacer que la estancia sea más agradable.

Pero no es oro todo lo que reluce y, en ocasiones, las valoraciones en la red de los usuarios más exigentes pueden no hacer justicia a un monumento o a un lugar, a veces por motivos tan anecdóticos como las limitaciones de tráfico o la proyección de un audiovisual que no complace lo suficiente al visitante de turno.

Afortunadamente, los enclaves turísticos de Palencia capital y provincia reciben sobre todo comentarios positivos y dejan con buen sabor de boca a todo el que se acerca… o, más bien, a la mayoría de ellos. Desde la Cueva de los Franceses hasta el mismo Cristo del Otero, siempre hay quien no queda del todo conforme y no duda en expresarlo sin tapujos en Internet. Para gustos, colores; y, ante la duda, lo mejor es acercarse y comprobar por uno mismo si la visita merece la pena. A continuación, algunas de las quejas más reseñables de los internautas sobre los enclaves turísticos palentinos.

Los atractivos del norte de la provincia quedan fuera de toda duda, salvo para algunos de sus visitantes. Ni las condiciones meteorológicas acompañan siempre, ni todos los turistas saben apreciar la importancia de la seguridad vial.

Así, en la página web de TripAdvisor dedicada a la ruta de los pantanos, un 30% de las opiniones la eleva a la categoría de excelente y un nada desdeñable 22% la califica de muy buena. Sin embargo, uno de los internautas prefiere describirla como un «paisaje desolado» ya que «varios pantanos estaban totalmente secos». Otra usuaria, además de criticar la escasa cantidad de agua, lamenta la «línea verde pintada en todo su recorrido», para después admitir que no sabía lo que significaba. «Luego nos dimos cuenta de que es una carretera controlada por radares de tramos, con lo que hay que ir con cuidado», añade. Una buena advertencia para el resto de turistas pero no un motivo para desvalorizar esta ruta de montaña.

En las inmediaciones de Revilla de Pomar se ubica la Cueva de los Franceses, que cuenta con un 87% de opiniones positivas, la mayoría otorgándole la mayor puntuación posible. Sin embargo, hay quien prefiere reprochar el estilo de la entrada o la imposibilidad de tomar fotografías. «Es un edifico espectacular, modernista», concede un visitante, «pero no para el enclave en el que se encuentra», concluyendo con el seco, y hasta lapidario, «un atentado para la vista».

Otro protesta por su localización y la vincula directamente con la actitud de los guías: «Vale, estáis en medio de ninguna parte… pero tenéis delante a varias personas que requieren de vuestra atención… haced vuestro trabajo», invita, para seguir insistiendo en la supuesta desgana de la que, según él, hacen gala los empleados. A un tercero le molesta especialmente la prohibición de hacer fotos, aunque al menos sabe expresar su descontento con humor: «Te amenazan penalmente con los derechos de autor de las imágenes, eso me dijo literalmente la guía, no le pregunté a cuál de los cromañones pertenecen los derechos».

Algo más al sur se encuentra una de las atracciones turísticas más conocidas de la provincia, la villa romana de La Olmeda, con un apabullante 98% de opiniones positivas, la mayoría de las cuales se decanta por el calificativo de excelente. Sin embargo, un turista opina que la «instalación mastodóntica» es «del todo excesiva» e impide apreciar las teselas, a lo que desde la organización, al parecer, sugieren una búsqueda online: «Nos dijeron que, si queríamos ver bien el mosaico, que lo buscáramos por Internet». Para que luego se hable de la brecha tecnológica en el mundo rural.

en la capital. Ya en la capital, prosigue la diversidad de opiniones sobre los distintos atractivos turísticos de Palencia y, aunque predominan claramente las valoraciones positivas y los visitantes que acaban muy satisfechos de su paso por la ciudad, siempre hay alguien que estima que se podrían mejorar algunos aspectos.

El emblemático Cristo del Otero, que acumula 355 opiniones en el conocido portal de viajes TripAdvisor, consigue un 52% de valoraciones «excelentes» y un 29% de «muy buenas». Pero, a decir verdad, nunca llueve a gusto de todos, ni siquiera sobre el otero.

Por ejemplo, una turista que venía convencida de que le iba a «impresionar» expresa sinceramente y sin rodeos que «sin que nadie se ofenda, el Cristo es feo», rematándolo con un «y si encima le colocan una antena o lo que sea en la cabeza, más todavía». No obstante, sugería que, de verlo más de cerca, quizás le hubiera gustado más.

Es una opinión compartida por varios visitantes, que afirman que «se agradecería una mejor visión y acceso al Cristo», o que «si tanto le queréis qué poco le cuidáis», criticando a un tiempo los accesos, la falta de aparcamiento o los andamios que estuvieron a sus pies «para hacer caja», según los propios comentarios. Esta acción un internauta la califica de «vergonzosa». Mientras tanto, otro se pregunta si el lugar «está abandonado», con un elocuente e irónico, «aquí no hay ni dios».

Sin embargo, uno de los viajeros que más contentos quedaron con el monumento no tiene reparos en afirmar que el lugar cuenta con «un aspecto un tanto misterioso» y que «el Cristo tenía un aire mágico y parecía proteger a Palencia y darnos su bendición a los visitantes», para concluir su aportación de manera espontánea y efusiva: «¡¡¡En fin, que me gustó!!!».

Uno de los enclaves que menos entusiasman al público es el Museo del Agua. Pese a contar con un 25% de opiniones que lo puntúan como excelente y un 20% como muy bueno, la mayoría se limitan a otorgarle el calificativo de normal. Los usuarios más decepcionados afirman que, para un tema tan «amplio e importante» como el agua, es el «museo menos didáctico que debe de existir», una categoría que quizás no esté contemplada en el Libro Guinness de los Récords pero que se podría instaurar con el objetivo de atraer a más turistas. Otra internauta lamenta que el museo se reduzca «exclusivamente a la visualización de unos documentales», con el agravante de que, en el momento de su visita, «algunos no funcionaban».

Tampoco faltan las opiniones sobre el parque del Salón, en este caso predominando los nostálgicos de su antiguo aspecto. En la web Foursquare, un usuario comenta que prefiere «el estilo clásico al modernista-futurista que tiene ahora», mientras que otra afirma que es «demasiado moderno» para su gusto, aunque, como sentencia un tercero, «pasear por aquí es pasear por la historia de Palencia, miles de generaciones lo hemos hecho».

De este parque sale la arteria principal de la ciudad, la calle Mayor, de la que un visitante de Foursquare sostiene que «la palentinización definitiva pasa por un callearriba/calleabajo por lo menos una vez a la semana», y otro recuerda lo que es «dar un paseo y encontrarte con mil conocidos».

Sobre la catedral, la primera visita que hacer en Palencia de acuerdo con TripAdvisor, predominan las reseñas positivas, con un 69% de opiniones que la califican de excelente y un 26% de muy buena. Sin embargo, otros no acabaron tan satisfechos, habitualmente por los guías, o la falta de ellos. En primer lugar, un visitante que se desplazó «expresamente» a la ciudad para conocer la catedral quiere explicar en la página web de TripAdvisor que la entrada incluía la «visita guiada por una monja abducida, que aprovechaba cada ocasión para someternos a una inclemente sesión de catequesis» y, en lugar de agradecer la lección magistral, recomienda «profesionalizar el sector de los guías turísticos».

Por su parte, otro usuario afirma que es un «abuso» pagar cinco euros por la entrada al no disponer en ese momento de visitas guiadas. Un tercero puntualiza que es una «vergüenza» tener que abonar esta cantidad y afirma, jocoso, que prefiere gastársela en «cervezas». No está de más recordarle que para esta alternativa, que siempre se puede materializar después de la visita, también existe una gran cantidad de locales muy bien valorados por los internautas.