La crisis arrasó con muchos de los pilares de la economía nacional, entre ellos el estado del bienestar sustentado en los servicios públicos y en sus empleados, por lo que estos se vieron seriamente dañados a consecuencia de la recesión. No hubo distinción, en todo el país hubo recortes pero no cabe duda de que unas zonas se vieron más resentidas que otras.
El número actual de empleados públicos en la provincia es de 10.539 y dista mucho de la cifra existente cuando empezaron los recortes presupuestarios más importante en la administración pública, en el año 2012 había 11.744 trabajadores públicos. Es decir, hay 1.205 empleados públicos menos que en 2012, un 10,26% menos y 526 menos que en 2011 (un 4,75% menos).
Un estudio elaborado por el sociólogo Javier Gómez Caloca analiza si la provincia tiene una buena relación de plantilla en las administraciones públicas o, por el contrario, es maltratada en este aspecto. En base a los datos publicados por el Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, la conclusión que obtiene Gómez Caloca es que no hay suficientes personal. «Solo las noticias de este verano relacionadas con la falta de médicos en las zonas rurales, ya sea la montaña o Tierra de Campos, reflejan que faltan empleados públicos, cuando menos, en servicios esenciales como la sanidad y la educación y sobre todo en el medio rural», indica.
Esta afirmación se sustenta cruzando datos sobre población, número de ocupados totales de la provincia y empleados públicos de la provincia. Si se analizan las 10 provincias del Estado con menos habitantes se obtienen resultados preocupantes: Es la séptima provincia menos poblada de España (161.967 habitantes en enero 2018), la octava con menos población ocupada (64.400 en la EPA del segundo trimestre de este año), y la cuarta por la cola con menos empleados públicos en cifras absolutas (10.539 el 1 de enero de 2018); el resultado es que es la segunda con menos empleados públicos por cada 100 habitantes. (6,51 empleados públicos por cada 100 habitantes) y la peor en la ratio de empleados públicos por cada 100 ocupados (16,36 empleados públicos por cada 100 ocupados).
Ante esta situación, y comparativamente con el resto de las diez provincias menos pobladas de España, la conclusión que obtiene Gómez Caloca es que «Palencia tiene pocos empleados públicos tanto en términos absolutos (cuarta por la cola), como relativos (la segunda por la cola en número de empleados públicos cada 100 habitantes y la peor en cuanto al número de empleados públicos por cada 100 ocupados)».
Es evidente que hay una correlación entre número de habitantes y número de empleados públicos. Es lógico que a más habitantes, más empleados públicos pero tal y como se desprende del estudio elaborado por el sociólogo «la pérdida de empleados públicos en Palencia comparando el año de mayor número de empleados públicos (2012, con 11.744 ) y 2018 (con 10.539) porcentualmente es más del doble que la ya de por sí enorme pérdida de población. Se ha perdido el 4,95 de nuestra población (8.480 habitantes) y un 10,89% de los empleados públicos (-1.205)».
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