Corría el año 1925 cuando, con maquinaria agrícola, fundición y ferretería, Fidel Diego García abría las puertas del negocio que hoy conocemos como ferretería industrial Pablo Llamas. La avenida Casado del Alisal, 57, fue su primer emplazamiento. Sin embargo, el crecimiento del mismo les llevó a trasladarse al polígono industrial capitalino en los años 70.
Tomar la decisión de abrir un nuevo negocio traía consigo más consignas. De hecho, los comienzos no fueron fáciles pues «eran años difíciles, terminaba la guerra y se comercializaban grupos de riesgo sobre bancadas de bombas y motores de gasolina, pero sin dejar la venta de rodamientos, correas, cadenas, etc.», relata José María.
Con el paso del tiempo no solo la situación mejoró, sino que las generaciones posteriores decidieron hacerse cargo de la empresa. Y es que, el relevo generacional ha estado asegurado por eso han podido seguir ofreciendo sus servicios después de más de 90 años.
En este sentido, fue en 1939 cuando Pablo Llamas Alonso sucedió a su tío, para en 1964 incorporarse la tercera generación: José María, Enrique y Pablo, sus hijos.
Además, la ubicación de esta ferretería industrial también ha cambiado, pues «en 1972 nos trasladamos a Jacinto Benavente, número 2, siendo unos años maravillosos, hasta que en 1996 nos trasladamos a la calle Andalucía, parcela 212 del polígono industrial», asegura Pablo Llamas Lois, quien reconoce que ya era «imposible» aparcar el coche cerca del establecimiento, y quien se ha convertido en el único relevo de la cuarta generación.
Todo un logro. La ferretería ha crecido paulatinamente hasta disponer de unas instalaciones de 1.000 metros cuadrados y 30.000 artículos en stock, pero nunca ha olvidado su política empresarial: «trabajar para nuestros clientes y ofrecerles un gran abanico de productos y, en caso de no disponer de ellos, conseguirlos a la mayor brevedad posible», afirma Llamas Lois. A lo que se suma la personalización de su servicio, para particulares y empresas.
Sin embargo, hoy en día encontramos diferencias «desde la fabricación en la fundición de rejas, vertederas, parrillas de calderas, bocas de riego... y lo más significativo: los registros de alcantarillado, que hoy en día se pueden ver por todo Palencia y provincia», explica Llamas. Además, están las nuevas tecnologías que han permitido la actualización del este negocio, pues en enero incorporaron la venta online para ofrecer «un abanico mayor de los productos que no disponíamos con la facilidad de recogida en tienda o entrega directa en domicilio», añade.