Con el alma como brújula y Palencia como destino

Rubén Abad
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El joven galo Charles Attonaty inició en 2020 una gira internacional solo, sin dinero en el bolsillo ni límite de tiempo en una aventura que le ha llevado a viajar por una veintena de naciones, entre ellas España · Estos días recorre la provincia

Con el alma como brújula y Palencia como destino

Siempre solo, sin dinero en el bolsillo ni límite de tiempo para completar su gesta; solo con su mochila a la espalda y su buena energía. Estas son las tres condiciones que se impuso a sí mismo el francés Charles Attonatycuando en 2020 comenzó una gira mundial que en estos tres años de andadura le han llevado a recorrer Francia, Mónaco, Italia, Croacia, Hungría, Rumanía, Bulgaria, Turquía, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Noruega, Reino Unido, Irlanda, Islandia, Andorra y España, donde se encuentra en estos momentos.

«Cada día es una nueva vida para mí. No sé con quién me encontraré, dónde dormiré o si comeré o no; pero es una aventura enriquecedora», explica este joven galo de 30 años que estos días está de paso por varios pueblos de la provincia. Destinos a los que llega con el corazón como GPSy el alma como brújula.

En Palencia está descubriendo un territorio que le ha dejado fascinado, por la espectacularidad de sus paisajes y por la bondad de su gentes. Un paraíso de 8.052 km2 en el que se ha encontrado con palentinos «maravillosos» que no se lo pensaron dos veces a la hora de ayudarle a completar sus metas. 

Así lo pudo comprobar en Cobos de Cerrato, donde compartió charla y fotografía con unas vecinas. «Allí conocí gente encantadora que me ayudó sin conocer mi historia. Pregunté dónde podía montar mi tienda y volvieron con comida y bebida», relata el joven francés.

La suya es una tarea nada sencilla, pues Attonaty, que se presenta en Instagram, Tik Tok y YouTube como @TourDuMondeSansArgent (Gira mundial sin dinero),  tiene como norma no desayunar antes de cada etapa, no llevar comida ni bebida en la mochila, no usar la tarjeta del banco y no navegar por internet salvo cuando accede a un punto WiFi.

Es así, precisamente, como ha contactado con Diario Palentino, al remanso de la tienda de campaña en la que se resguarda de las frías temperaturas que todavía afloran en las noches de primavera palentinas. 

Una conversación en un fluido inglés que atrapa a quienes tienen la suerte de compartir su historia con él, un alma libre que no deja de aprender de cada nueva experiencia. «Nunca pierdo, gano o aprendo. Eso es todo. Tengo una maestría en recursos humanos, pero al final de mi aventura tendré otra en humanidades», sentencia @TourDuMondeSansArgent. 

SIN PLAN NI DESTINO

No tener plan es su único plan; es el destino quien le guía en este viaje que dura ya tres años en cinco etapas distintas. «La gente me pregunta cuántos kilómetros estoy haciendo o hacia dónde me dirijo. Pero no lo sé y para mí eso no es importante, lo más importante es la intensidad del día. Eso es todo», explica a DP. 

En esta aventura internacional, el francés está recibiendo «lo mejor» de la naturaleza humana. Attonaty está convencido de ello y así lo ha aprendido en estos tres años: «no tenía conocimientos para sobrevivir, nunca había montado una tienda de campaña ni hecho autostop». «Aprendí más durante mi viaje que en toda mi vida», subraya visiblemente orgulloso.

EL VIRUS, EL DETONANTE

Attonaty nunca planeó esta «loca aventura», en absoluto, sino que fue consecuencia directa de la crisis del covid. Y es que, como relata el joven aventurero a este periódico, en 2020 tenía organizado un viaje a a Tailandia que el coronavirus le truncó. Esta situación le frustró, le hizo «implosionar» y decidió tomar su propio camino. Un giro radical de 180 grados a su vida, hasta el punto que afirma que aquel 27 de julio, a las 19,40 horas, es como su «segunda fecha de nacimiento».

Hasta entonces, disfrutaba de una vida cómoda y normalizada, a los mandos de su propia empresa de comida a domicilio, que entregó de forma gratuita a una de sus empleadas. «Ya no tengo nada, y ahora soy mucho más feliz», concluye.