Javier Pérez Andrés presume de identidad palentina

Carlos H. Sanz / Palencia
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'Palentino ausente'. El periodista pregonó la gala en homenaje a todos los que emigraron y pidió que alardeemos de ser de Palencia y de su gran riqueza patrimonial

Qué mejor forma de terminar las Fiestas de San Antolín que homenajeando a quienes no renuncian a su condición de palentinos pese a residir a decenas o cientos de kilómetros de la tierra que les vio nacer.

El honor de brindar ese reconocimiento correspondió este año al periodista Javier Pérez Andrés, quien abrió su corazón para detallar cómo, pese a no haber nacido en la provincia, es en Palencia donde se asientan las raíces que sostienen a la persona que es hoy.

En el pregón contó cómo fue su «enganche» con Palencia, habló de su niñez en el pueblo de sus abuelos, Villavega de Ojeda; de sus estudios en los Maristas, de los primeros caminos que recorrió junto al Canal de Castilla o de cómo hizo suyos los términos chiguito y corito.

Recuerdos que, según contó, siempre le han confirmado que «tiene mucho que ver con Palencia», y que, a lo largo de los años le hicieron ver que «tenía que recuperar y asumir su identidad palentina».

Es muy posible que pocas personas conozcan la provincia de Palencia como la conoce Javier Pérez Andrés, pero es que, además, el periodista confesó ser un «defensor de la pequeñez tan magnífica de la capital palentina». «Pocas capitales tienen la ubicación, los espacios verdes o una Calle Mayor como Palencia», enfatizó ante los asistentes.

Así, con esa mochila de recuerdos y los conocimientos palentinos que este periodista ha adquirido con los años, Javier Pérez Andrés defendió la necesidad de no cejar en el empeño de dar a conocer y presumir de Palencia porque guarda los suficientes «activos de promoción turística y cultural» para ello.

«En la riqueza patrimonial que atesora esta provincia hay personajes como los Berruguete o Jorge Manrique que han hecho historia del mundo. El problema es que los damos por hecho cuando están por hacer», aseveró Javier Pérez Andrés, que también animó a los palentinos a explotar promocionalmente el Canal de Castilla, el Camino de Santiago, el Románico o el Museo Diocesano, por nombrar algunos; y, como dijo, a presumir de ser palentinos.

Las últimas palabras de su pregón fueron para las Casas de Palencia, que definió como «ventanas a la cultura palentina», y para las que pidió «inversión para convertirlas en embajadas».

Tras el discurso de Javier Pérez Andrés, la gala -que estuvo conducida por otro periodista, Borja Domínguez, continuó con el Homenaje a la Mujer Palentina. Tal y como manda la tradición, se entregó la banda dorada a seis galardonadas, una de cada Casa de Palencia presente.

Así, las galardonadas fueron Mª Pilar Pérez Sierra (Barakaldo), Mª Teresa Vega Echevarría (Bilbao), Matilde Celis Rojo (Cantabria), Pili Vallejo Fernández (Durango), Mª Luisa Gómez Campo (Madrid) y Gloria Santiago Tazo (Vitoria).

Salvador Carretón Villaizán, presidente de la Casa de Palencia en Cantabria, fue el encargado de pronunciar unas palabras como representante del resto. En su discurso, destacó la importancia de este día como «homenaje merecido» a los más de 73.000 palentinos que se marcharon a otra tierra, y, en especial, a la mujer palentina.

Banda de Oro de Honor a la mujer palentina. Ese reconocimiento a la mujer palentina en forma de Banda de Oro de Honor de la Ciudad, un homenaje que el Ayuntamiento implantó por primera vez el año pasado, no recayó esta vez en una persona concreta sino en varias: las misioneras palentinas.

Fue «en agradecimiento a su impagable labor, dedicando su vida a servir a los necesitados de todo el mundo, y actuando como embajadoras de Palencia, llevando a todos los rincones de los cinco continentes la generosidad y el sacrificio más abnegado», aseveró el alcalde, Alfonso Polanco.

Fue la hermana Mª Luisa Martínez Garrido, de la congregación de las Dominicas de la Anunciata, la que recogió los honores en nombre de todas las palentinas de las diferentes órdenes religiosas en reconocimiento a «la ejemplaridad de unas vidas ejerciendo de palentinas ausentes, pero siempre presentes en los corazones».

Después, Alfonso Polanco tomó la palabra para recordar a todos los palentinos ausentes que «cuentan con el cariño y reconocimiento de toda Palencia y que siempre tienen las puertas abiertas».

«Vivimos en esta tierra y luchamos día a día por que mejore y sea más conocida y reconocida, contamos con vuestro apoyo, el de los mejores embajadores que nadie pueda imaginar», manifestó.

Finalmente, Alfonso Polanco les cursó invitación para las próximas Fiestas de San Antolín y para la edición de este Día del Palentino Ausente.

El Grupo de Danzas Jorge Manrique interpretó una jota popular castellana que dio paso a la Banda de Música, que con el Teatro Principal en pie, interpretó el Himno a Palencia  con el que se puso punto y final al acto.