La bestia negra del Liberbank Oviedo, el Chocolates Trapa Palencia, pasó de nuevo por el polideportivo Pumarín y volvió a llevarse el triunfo, en esta ocasión por 66-73 tras un encuentro muy reñido.

El partido mantuvo la tensión hasta el último instante, incluso cuando los locales perdían por 11 puntos, pero con la grada llevándolos en volandas en busca de un imposible. También se hicieron notar cerca de 200 aficionados morados que, en un gran ambiente, se dejaron la garganta animando a los suyos en una estupenda tarde de baloncesto en la que no faltó la tensión, pues hubo hasta cuatro técnicas, dos para el técnico local Javi Rodríguez, que por reglamento le valieron la expulsión, una para el entrenador visitante, el exentrenador del Oviedo, Carles Marco, y la restante para el base local Sergio Llorente. Los puntos viajaron hacia Palencia, igual que el liderato de la tabla, tras la derrota del Valladolid en Almansa (67-64).

Los locales partían con muchas bajas, especialmente sensibles las de sus dos pívots, Óliver Arteaga y Devin Wright, pero demostraron desde el inicio que nada estaba decidido y ya suyo fue el primer balón en el salto.

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