Los incendios acaban con 60 hectáreas de superficie forestal

Jesús Hoyos
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La Junta registró entre julio y septiembre 75 fuegos que arrasaron también casi 120 ha de terrenos agrícolas

Los incendios acaban con 60 hectáreas de superficie forestal - Foto: Bragimo

Terreno seco y altas temperaturas son dos de los ingredientes más peligrosos para que, durante los meses de verano, se produzcan grandes incendios. Por esa razón, la Junta de Castilla y León puso el foco en la prevención para luchar contra el fuego, con un dispositivo principal en la provincia formado por 246 profesionales y varios medios técnicos.

Afortunadamente, y a pesar de que en la provincia podemos encontrar ambos factores, el número de intervenciones y hectáreas calcinadas no es tan elevado como se podría suponer. Entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, el organismo autonómico registró 27 incendios forestales que quemaron 62,4 hectáreas de superficie forestal. De ellas, 22,8 correspondieron a arbolado, 37,7 a herbáceas y 1,79 a matorral, según los datos facilitados por la Junta.

Estas más de 62 hectáreas de superficie forestal son muchas menos que las que se quemaron en 2020, cuando se alcanzaron las 237 (la mayor parte en el incendio registrado en la localidad de Tabanera de Valdavia).

Estos 27 incendios, de los que 22 fueron conatos, calcinaron también casi 36 hectáreas de superficie agrícola, por lo que el total de hectáreas quemadas por incendios forestales fueron 98.

En total, los servicios de extinción de incendios de la Junta intervinieron en 75 ocasiones, ya que también atendieron 48 fuegos exclusivamente no forestales, que se llevaron por delante casi 84 hectáreas de superficie agrícola. El total, por tanto, de toda la superficie quemada por los más de setenta incendios declarados durante el verano, asciende a 244 hectáreas.

La estadística facilitada por la Junta revela la existencia de 37 falsas alarmas durante el verano y 25 intervenciones de las unidades helitransportadas en apoyo a los equipos de tierra.

Astudillo. Uno de los incendios más llamativos fue el declarado en Astudillo el 23 de agosto, que calcinó casi cuatro hectáreas de arbolado (pinar), quince de pasto y 35 de superficie agrícola. 

El fuego, que era visible desde varios kilómetros y cuyo olor llegó incluso a la capital, requirió la intervención de dos técnicos, tres agentes medioambientales, un bulldozer, cuatro autobombas, un tractor, tres cuadrillas de tierra y la presencia de otras tres helitransportadas. Y es que al habitual helicóptero de la base de Villaeles se sumaron los de Quintanilla y Pradoluengo.

Solo uno de los incendios provocó daños personales: el declarado en Amusco el 15 de julio. Un hombre de 75 años tuvo que ser evacuado al hospital Río Carrión tras sufrir quemaduras e inhalar humo al intentar apagar un incendio en un campo de cereal. 

Durante los primeros seis meses del año, el fuego fue benevolente con los bosques de la provincia. De enero a junio se quemaron apenas 0,1 hectáreas de arbolado, casi 14 de matorral y únicamente cuatro de herbáceas, situándose el total en menos de 18 hectáreas calcinadas en incendios forestales. 

Sumando los tres meses de la campaña antiincendios del verano, la masa de arbolado quemada se sitúa en 23 hectáreas, mientras que el matorral queda actualmente en 15,7 hectáreas y las herbáceas en 41,5. El total, por tanto, de superficie exclusivamente forestal calcinada en lo que va de año supera las 80 hectáreas, muy lejos de las casi 300 que se quemaron en todo 2020 y unas treinta menos que las que se perdieron en 2019 (113,98 hectáreas).

Diputación. La Diputación cuenta con once parques comarcales de bomberos de titularidad municipal, con cuyos ayuntamientos la institución provincial ha suscrito un convenio de colaboración en materia de extinción de incendios. Se trata de Aguilar, Ampudia, Baltanás, Cervera, Frómista, Guardo, Herrera, Paredes, Saldaña, Venta de Baños y Villada.

Estos parques extienden su servicio a los 189 municipios adheridos a los convenios de colaboración como beneficiarios de las prestaciones realizadas por los mismos, cooperando con su mantenimiento a través de una aportación económica según su número de habitantes. Además, los integrantes de estos parques comarcales apoyan cuando es necesario la actuación de los equipos de extinción de incendios forestales de la Junta.