Escaso botín

Alberto Moreno
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El Becerril fue superior en todo al filial del Salamanca UDS salvo en el marcador

Escaso botín - Foto: Óscar Navarro

CD BECERRIL. Sevi, Peli, Sierra, Merino, Varo, Diestro (4’ Jesús), Riki, Kike, Guti, (74’ Adri), Melero, (67’ David), Eloy.

Salamanca cf uds b. Martín, Nono (53’ Adri), Leo, Valdez, Daniel, Alan, Gustavo, Issa, Vargas, Albert Martín, De Lucio (81’ More),

árbitro. César Domínguez Zapatero, leonés. Asistido por Eduardo José de Ponga Díez y Pablo Cuesta Valbuena. Amarillas a los jugadores locales Melero, Peli, Jesús, Rubén Sierra y al primer y segundo entrenador morado, RubénMaeso y Eduardo Narganes. Por los visitantes, a  Leo, Issa y Valdez. Protestado por la afición especial, especialmente en dos jugadas en área visitante, una de las cuales sí pareció penalti.

 

Punto tan meritorio como escaso del Becerril ante el profesionalizado filial del Salamanca UDS, plagado de jóvenes promesas mejicanas. El cuadro morado en la primera parte no le permitió al conjunto charro hacer su fútbol combinativo y en la segunda le obligó a jugar a lo que no sabe, fútbol directo. Los locales tuvieron dos mano a mano con el portero visitante en las botas de Melero y los salmantinos no hicieron ni cosquillas. Si hubo un equipo que se mereció la victoria por juego, actitud y ocasiones, fue el Bece, que además se sobrepuso a la adversidad.

Edu Narganes no pudo contar por diversas razones de inicio con Kuko, Diego, Carlos y David. Cuatro jugadores de mucho peso y entidad. Y a los cuatro minutos de iniciarse en encuentro perdía a su brújula, a su estandarte, al jugador que le da equilibrio, Diestro, cuyo alcance de su lesión de rodilla se conocerá hoy tras la exploración a la que será sometido en Valladolid. 

Su relevo provocó cambio de posiciones, pasando Varo del lateral izquierdo (ocupado por Jesús tras el cambio) al central zurdo y Rubén Sierra a cabecero de la medular en el 4-1-4-1, o 4-3-3, como se quiera interpretar.

Con Sierra, Kike y Peli se formó un inédito centro del campo, pero tremendamente trabajador e intenso. El Becerril leyó muy bien el partido. El filial charro insistía una y otra vez en sacar el balón controlado desde atrás, pero le era imposible poder manejarlo con fluidez dada la intensa, alta y escalonada presión ejercida por los morados. Fueron contadas las ocasiones en las que el Salamanca pasaba al campo rival con el balón controlado y con ventaja. El Becerril funcionaba como un acordeón, presión alta, repliegue cuando en las contadas ocasiones era superada la primera línea de presión. Y en ataque, tuvo dos ocasiones claras, la del joven Eloy a los cinco minutos y especialmente la de Melero a los 11, ocupando la demarcación de 9, salvando de forma milagrosa Martín en el mano a mano.

En la segunda mitad, el Salamanca B se dio cuenta que poco iba a adelantar siguiendo con su deseo de sacar el balón jugado desde atrás. Entre otras cosas, porque perdía muchos balones en zonas muy peligrosas. Por ello, optó por jugar un fútbol más directo, pero tampoco la medida dio resultado. Primero, porque no es un equipo que por sus cualidades sepa jugar de esa forma y segundo, porque tampoco sorprendía a la ordenada defensa local. Así que el partido seguía decantándose más por el lado morado. De hecho, Melero, a los 57 minutos, en otro mano a mano con Martín, pudo adelantar a los terracampinos, pero volvía a encontrarse con el acertado cancerbero vasco.

La entrada de David por el agotado Melero, le dio mayor mordiente al ataque morado. En un par de arrancadas marca de la casa pudo marcar también el joven punta palentino. Y mientras tanto, Sevi, pasando una tarde mucho más tranquila de lo esperado. Un espectador más del partido. El colegiado tuvo su protagonismo, especialmente en una acción en la que bien pudo pitar penalti sobre Kike.