El 13 de marzo pasado estaba previsto que se disputase en el pabellón el partido entre el por aquel entonces Chocolates Trapa y el Oviedo. Una semana antes había firmado Natxo Lezkano por los asturianos. El morbo estaba servido, la vuelta del entrenador más exitoso en la historia de la entidad morada.

 Sin embargo,  no llegó a disputarse aquel partido de la temporada 2019-20. La situación del país por la pandemia lo aplazó, dos días más tarde se declaró el estado de alarma y ya no hubo más partidos, la liga quedó suspendida. Ocho meses y un día después estaba previsto este encuentro, dentro de otra temporada, en otro escenario, Pumarín, y con otros protagonistas. Entre ellos, el entrenador asturiano del Destino Palencia, Arturo Álvarez, que se formó como técnico en Oviedo, en el Vetusta.

Estar, en pretérito imperfecto. Estaba previsto porque el Club Oviedo Baloncesto comunicó en la tarde de ayer un positivo por Covid de un jugador de su plantilla, por lo que se ha puesto en marcha el protocolo estipulado. El jugador queda confinado, los entrenamientos del club asturiano se han suspendido, sus compañeros deberán pasar nuevos tests y el partido entre asturianos y morados ha sido suspendido. Habrá que buscar nueva fecha.