«La construcción podría absorber empleados de otros gremios»

A. Benito
-

Arquitecta-urbanista, Pilar Díez lleva más de dos décadas ejerciendo en el medio rural palentino. Especializada en Restauración del Patrimonio, se considera una «activista» en este campo y es también defensora de la arquitectura tradicional

«La construcción podría absorber empleados de otros gremios» - Foto: Juan Mellado

Hace solo unos días, tras ocho años en el cargo, Pilar Díez cedía el testigo a Ana Espegel como presidenta de la delegación palentina del Colegio Oficial de Arquitectos de León (COAL). Junto a Diario Palentino, Díez hace balance de su mandato y destaca el importante papel que podría jugar el sector de la construcción en la recuperación económica del país ante la crisis sanitaria. 

En primer lugar, para quienes lo conozcan poco, háblenos del COAL de Palencia

Los colegios profesionales son corporaciones de derecho público que están reconocidas en la Constitución, de hecho, nacen con ella. La delegación palentina del COAL viene de la segregación de lo que en un primer momento fue el Colegio Oficial de Arquitectos de León, Galicia y Asturias, que con el establecimiento de las autonomías se convirtió en el Colegio Oficial de Arquitectos de León, en el que también están Palencia, Salamanca, Zamora y El Bierzo, con su sede de Ponferrada. 

«La construcción podría absorber empleados de otros gremios»«La construcción podría absorber empleados de otros gremios» - Foto: Juan MelladoSus primeros cuatro años de mandato estuvieron marcados por la reestructuración del COAL, mientras que en los cuatro últimos buscó la consolidación del mismo. Desde la perspectiva actual, ¿qué balance hace de su paso por la presidencia del organismo?

La verdad es que lo veo positivo. Los primeros años de reestructuración, golpeados por la crisis y por las propuestas que había en ese momento, nos llevaban a la desaparición de las delegaciones. Fue una pelea bastante grande en la que estuvimos implicadas muchas personas; de hecho, creo que es el movimiento más importante de arquitectos que se ha dado hasta el momento en Palencia. Estábamos todos a una e incluso se llegó a solicitar la segregación del Colegio. Esa propuesta no salió adelante, pero sí que hubo un cambio en el planteamiento global desde los órganos centrales y desde las demás delegaciones, cuyas atribuciones se consolidaron en el nuevo estatuto en base a la idea de apostar por la presencia en los diferentes territorios de la región. 

¿Hay alguna espinita que se le haya quedado clavada?

Hablando de espinas, me quedo con la hecatombe que se nos ha venido encima este año. Ahora que la crisis anterior estaba casi superada, que parecía que había perspectivas de trabajo para todo el mundo y que habíamos puesto en marcha colaboraciones con otras instituciones para el desarrollo de diferentes actividades, esa dinámica de asentamiento se ha visto afectada de lleno por la situación actual. Esto nos ha golpeado muchísimo, como a todos. Se plantea un futuro incierto en el sector y eso va a suponer replantear muchas formas de hacer.

Estos últimos meses hemos intentado trabajar en positivo con el planteamiento de ideas que ayuden a superar la crisis, sobre todo en cuanto a la pérdida de empleo. La construcción y la rehabilitación pueden absorber a gente con poca formación o de otros gremios, pero para eso tiene que haber una apuesta por el sector desde las instituciones públicas. Esta propuesta se la hemos hecho llegar a los organismos de aquí, pero también al Consejo Superior para que llegue directamente al Ministerio y se nos tenga en cuenta como medio rural que somos. Muchas veces se embarcan en líneas y propuestas muy pensadas desde el ámbito urbano que no encajan en una ciudad pequeña, capital de una provincia con un medio rural muy amplio como la nuestra. 

Según una encuesta realizada por el COAL, los profesionales de la arquitectura han visto mermada su carga de trabajo y reducidos los encargos en porcentajes muy amplios a consecuencia de la crisis sanitaria. ¿Cómo se presenta el futuro de la profesión teniendo en cuenta la situación actual?

La incertidumbre es lo peor que hay para sacar adelante cualquier proyecto o promoción de viviendas, pero también para ampliar un negocio. En tiempos de incertidumbre se vuelve todo muy complicado y eso lo que hace es paralizar la actividad completamente. Lo que hay que intentar es activarla desde los ámbitos públicos, sobre todo en sectores como el nuestro, que tienen muchísimo peso en el mercado laboral. 

Activar la obra pública, la rehabilitación, las ayudas a particulares, la mejora energética, la formación en oficios o la recuperación de patrimonio, es activar el empleo. Hay muchas formas de acometer un tema que está en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que, por lo tanto, entra directamente en las posibles vías de financiación europea. Lo importante, desde aquí, es que algo de todo eso llegue a nuestro territorio. Por eso los enfoques que se están planteando tienen que recoger nuestra escala de medio rural, España despoblada o como se quiera llamar. 

En declaraciones a Diario Palentino, señalaba hace unos meses que la administración «tiene que ponerse las pilas», porque a diferencia de otros sectores, el ritmo de reactivación en la construcción depende de las políticas públicas de impulso, tal y como defiende el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España. ¿Se ha tenido en cuenta esta demanda o tiene esperanza de que se vaya a atender?

De momento lo único que hay son buenas palabras. Se han recogido las demandas, pero todavía falta el impulso de la concreción, que las ayudas se convoquen, que lleguen. Necesitamos medidas concretas, como todos los sectores, pero de momento yo no he visto ninguna. En cualquier caso, para nosotros es un éxito que desde el Consejo Superior hayan recogido las propuestas que hemos planteado. 

En aquel momento también hablaba del «alto efecto positivo» de la reactivación de la construcción, especialmente de la rehabilitación y la renovación urbana, en el empleo. Sin embargo, España no sale muy bien parada en la comparativa con otros países

En otros países europeos se está invirtiendo mucho más, por lo tanto esa reactivación ya estaba en marcha antes de que empezara la crisis sanitaria. También ha habido muchos planes europeos centrados en el ahorro energético y la bajada de emisiones. En este sentido, el sector de la construcción es uno de los más importantes a la hora de cambiar las formas de hacer. No se trata solo del cambio de caldera, sino que optimizar la eficiencia también tiene que ver con los aislamientos, las mejoras de la envolvente y otros temas que ocupan un papel secundario, pero que necesitan mayores ayudas. 

Áreas de rehabilitación sí que ha habido unas cuantas en Palencia, pero en comparación con las que se han llevado a cabo en otras provincias son muchísimas menos. Una forma de activar sería poner esas áreas de rehabilitación en marcha, porque el parque inmobiliario sobre el que actuar lo tenemos. Es algo necesario en Palencia y en el resto de municipios de la provincia. 

Palencia tiene un gran filón en el medio rural

Sí, ahora mismo esa peculiaridad de nuestra provincia es una ventaja. Entre estar viviendo en un piso de 30 m2 sin casi espacio para teletrabajar y estar en un pueblo lleno de patrimonio, con la naturaleza al lado y una casa amplia, creo que mucha gente elegiría lo segundo. En la situación actual, Palencia es un lujo, y ese es un valor sobre el que se debería hacer más marketing. 

Volviendo a la actividad del COAL de Palencia, a lo largo de estos años el órgano también ha estrechado sus lazos con administraciones como la Diputación. Como resultado de esa colaboración, viene desarrollándose desde hace años el proyecto Palomares de Palencia y, hace dos, se puso en marcha el Meeting Terra Ibérica

Sí, creo que son dos proyectos importantes para fomentar la incorporación de los jóvenes colegiados a temas que tienen que ver con el patrimonio y la arquitectura de la provincia. Palomares de Palencia nos ha colocado en el punto de mira internacional como un destino con una arquitectura tradicional, sobre todo construida con tierra cruda, que es ejemplo de sostenibilidad, así como de unión al territorio y a los materiales locales. 

Las distintas ediciones que se han celebrado del Terra Ibérica han tenido mucha repercusión y han servido como punto de encuentro para muchos arquitectos cuyo referente es la sostenibilidad basada en los materiales naturales y ligados al territorio. La arquitectura del patrimonio que tenemos en Palencia es un referente, por eso las rutas que hemos hecho para darlo a conocer no han dejado a nadie indiferente, ha sido una sorpresa para los técnicos que se han desplazado por aquí en estos años. Otro de los objetivos del Terra Ibérica es dar visibilidad a la arquitectura contemporánea ligada a las raíces vernáculas.

En cuanto a la colaboración de la Diputación, la verdad es que la presidenta se embarcó en el proyecto sin dudarlo, y es esa cooperación institucional la que puede propiciar que las cosas se hagan grandes o impliquen a un público muchísimo más grande del que inicialmente se podría mover. 

¿Qué va a pasar este año con el Terra Ibérica?

Vamos a hacer un encuentro virtual. No es lo mismo, porque lo interesante es el contacto con el lugar. Una provincia con tanto patrimonio no deja de ser una sorpresa para los que vienen, de ahí la importancia de que este encuentro sea presencial. Sin embargo, vamos a intentar mantenerlo con este nuevo formato, sobre todo conexiones internacionales como el grupo Terra Cruda, que el año pasado vino desde Italia.

¿Podría hablar un poco más de la arquitectura tradicional palentina?

En Palencia hay una arquitectura tradicional muy potente porque, afortunadamente, todavía se conserva. Ese es el lado bueno de ser una provincia que no ha tenido un gran desarrollo. Aparte de los palomares, también tenemos las bodegas, los chozos y las construcciones vernáculas de las propias viviendas. Lo que ocurre es que como también contamos con mucho patrimonio como los castillos, las iglesias, el románico o el Canal, la arquitectura tradicional ha pasado a ser la hermana menor, pero es muy importante y espectacular. Por eso, y aunque hemos empezado con los palomares, la perspectivas es que el trabajo sea mucho más amplio.

Esto es importante porque llama la atención de los profesionales, pero también puede ser un interesante recurso turístico

Desde luego, la vertiente turística existe. En Palencia nunca vamos a tener un turismo masivo, sino que nuestro atractivo es más cultural, minoritario y selectivo. En ese sentido, esto es algo más. 

Este tipo de proyectos demuestran que, en estos tiempos en los que se habla tanto de caminar hacia el futuro, lo que hay que hacer a veces es mirar hacia atrás

Bueno, esto es un planteamiento, pero yo sí que creo que hay que mirar hacia atrás, con una visión contemporánea, con la tecnología que tenemos ahora y con otros objetivos, pero hay que rescatar el aprendizaje de lo que nos ha llegado como un referente. 

¿Hacia dónde se deben dirigir los pasos para que esa arquitectura tradicional sea, a la vez, un elemento creador de identidad?

Se trata de tener un respeto en la aproximación al lugar. Cuando se proyecta en un municipio hay que dialogar con su arquitectura, con sus elementos, materiales y colores, para que los lugares sean acogedores y para que cuando alguien llegue a visitarlos, le llene verlos y recorrerlos, incluso llegue a plantearse vivir allí. Esos son los pueblos que tienen marcada su identidad, los que mantienen su autenticidad y huyen de los elementos de catálogo traídos de la ciudad.

Ha participado en la iniciativa Territorios e Innovación Social: Cocreación para una nueva ruralidad. ¿Hasta qué punto la arquitectura puede ser una aliada en la lucha contra la despoblación?

Yo creo que, desde la arquitectura, hay muchas propuestas que se pueden llevar a cabo para revitalizar los pueblos, tanto en lo que se refiere a recuperación de patrimonio, como en la rehabilitación de viviendas. 

Entré a formar parte de este proyecto hace dos años. Se buscaba crear un equipo liderado por El Hueco de Soria con cincuenta hombres y cincuenta mujeres que propusieran ideas para definir cuál es la nueva ruralidad, porque vivir en el pueblo no significa vivir como nuestros ancestros, actualmente tenemos unos parámetros de confort, de calidad de vida y de necesidades muy diferentes a los que había antes. 

Por temáticas, personas de toda España nos unimos con la idea de elaborar propuestas que se pudieran replicar y activar en cualquier municipio. En mi grupo sacamos un proyecto bastante interesante sobre la reactivación de la vivienda. Para las personas que llegan de la ciudad, a veces es muy difícil encontrar información sobre cómo encontrar una casa en un pueblo. Por eso, hicimos una especie de Ruralista, haciendo un guiño a Idealista, de cómo localizar todo lo que te puede ofrecer un territorio para vivir en él. 

Las apuestas en todas las líneas fueron muy interesantes, de hecho, algunas de estas ideas se están ejecutando a través de la plataforma abierta Nueva Ruralidad, con la que seguimos en contacto. 

O sea, que también se hizo red

El tema de la red es fundamental. A veces es muy fácil organizar unas jornadas y debatir sobre cómo poner soluciones, pero luego hay que hacer proyectos concretos. Ese fue, precisamente, el valor añadido de este proyecto. 

 

Es, además, cofundadora de la plataforma Made in Tierra Spain y de Assur, un laboratorio de arte contemporáneo en Monzón

Con Made in Tierra Spain comenzamos a desarrollar actividades en 2014 para dar a conocer el oficio de trabajar con tierra cruda o técnicas compatibles para la restauración de estos edificios. Queremos que haya profesionales y técnicos formados en esta materia, pero a la vez, los talleres son una apuesta por la recuperación de espacios periféricos o patrimoniales. Hemos construido bóvedas de tierra en Astudillo, en Monzón de Campos y en Ayerbe (Huesca), intervenciones a escala real que han implicado a  más de 40 personas de diferentes países. También las dos ediciones del Workshop de Arquitectura Tradicional e Identidad Local en Paredes de Nava, junto a colaboradores que vinieron desde Italia para proyectar sobre el espacio público del medio rural, dan muestra de nuestro activismo. En definitiva, estamos colaborando en la generación de una red internacional de personas implicadas en la apuesta por la sostenibilidad para que España y Palencia tengan su sitio. 

Assur es un Laboratorio Cultural, nuestra base de operaciones aquí. Está situado en un edificio con un gran valor patrimonial que hemos restaurado nosotros mismos en Monzón. En él arquitectura, arte y urbanismo comparten protagonismo con una mirada vernácula y contemporánea. La apertura será en 2021, si es posible, pero algunas actividades ya están en curso, como el taller de grabado, la próxima bóveda de tierra y una publicación.

Para finalizar, ¿cuál va ser su relación a partir de ahora con el Colegio de Arquitectos y qué cree que puede aportar Ana Espegel a la delegación palentina del COAL?

Yo voy a seguir colaborando, sobre todo en el tema cultural, pero desde mi punto de vista, el Colegio se queda en las mejores manos. Al final, las actividades de este tipo de asociaciones salen adelante porque hay mucha gente implicada. Lo de todos estos años no ha sido un trabajo individual, sino una cuestión de equipo, por eso creo que el COAL de Palencia tiene asegurado su futuro.