«Visitamos mucho esa España Vaciada de la que tanto hablan»

A. Benito
-

La pandemia ha provocado un gran parón en la actividad de la Asociación Campista El Otero, un colectivo que cuenta con casi un centenar de integrantes y que en noviembre cumplirá 32 años. Diario Palentino charla con su presidente, Santiago Alonso

«Visitamos mucho esa España Vaciada de la que tanto hablan» - Foto: Sara Muniosguren

Realizar turismo en autocaravana o furgoneta es una práctica cada vez más habitual, una opción que se ha ido extendiendo en los últimos años y que la crisis del coronavirus impulsó aún más el verano pasado. No obstante, la pandemia también ha limitado el movimiento y la actividad de quienes gustan de viajar en este tipo de vehículos. Santiago Alonso es el presidente de la Asociación Campista El Otero y Diario Palentino habla con él sobre estos y otros temas.

Es usted el presidente de un club que cuenta con casi un centenar de integrantes. Cuéntenos cómo surgió este colectivo y cuál es su finalidad

Yo trabajaba en Renault y allí éramos unos cuantos compañeros con caravana. Algunos pertenecían al club de Valladolid, así que, en el año 89, decidimos poner en marcha uno en Palencia. En noviembre hará 32 años que lo formamos. Las primeras reuniones las hicimos en casa de un compañero y, después, los Salesianos de Villamuriel nos dejaron una sala para reunirnos. Una vez redactados los estatutos, el club echó a andar. La primera actividad a la que asistimos fue la acampada nacional que se celebró en La Manga, Murcia. Fuimos 16 instalaciones y ya la Federación Española de Camping y Caravaning (FECC) nos aceptó como club.

«Visitamos mucho esa España Vaciada de la que tanto hablan»«Visitamos mucho esa España Vaciada de la que tanto hablan» - Foto: Sara MuniosgurenAntes de la llegada de la pandemia, ¿qué tipo de iniciativas desarrollaba el club?

El año 2020 se produjo un parón total en nuestra actividad, pero normalmente en el club hay un calendario de acampadas establecido. Solemos arrancar por San Blas con la acampada del nabo en Monzón y, a partir de ahí, hasta noviembre -que es cuando celebramos el aniversario- tenemos una o dos actividades todos los meses. En total, salimos a unas 20 o 25 acampadas al año que concretamos en la asamblea de enero, el 80 o 90% de ellas dentro de la provincia y el resto fuera. A esa primera acampada invitamos a otros clubes de Castilla y León, por lo que solemos ser 40 o 50 instalaciones o, lo que es lo mismo, 100 o 120 personas. Por lo general, el sábado hacemos comida y cena comunitaria y el domingo organizamos un lunch al que invitamos a la corporación municipal del pueblo en el que estemos. Además, siempre aprovechamos para hacer turismo por la zona y la acampada aniversario intentamos hacerla en pueblos que tengan un poquito de empaque. 

Además de esas acampadas ordinarias, están la acampada nacional -que siempre se hace en Semana Santa y corre a cargo de quien quiere y puede organizarla- y la acampada regional -que suele coincidir con el puente de mayo o con la fiesta de la comunidad y cuya organización es rotativa, por tanto, depende de la provincia a la que le toque-. La última la hizo Soria y, la anterior, nosotros en Saldaña. En estas se suelen juntar 100 o 120 instalaciones, o sea que llevan una infraestructura importante. La nacional le tocaba el año pasado a Valladolid, pero la pandemia la impidió y este año tampoco se podrá desarrollar. La regional también le tocaba a Valladolid, pero pasó lo mismo. 

«Visitamos mucho esa España Vaciada de la que tanto hablan»«Visitamos mucho esa España Vaciada de la que tanto hablan» - Foto: Sara MuniosgurenLa relación con otros clubes, sobre todo con los de Castilla y León, es muy buena. De hecho, nos invitamos mutuamente a nuestras respectivas acampadas e intentamos no solaparnos. Eso sí, procuramos organizar actividades cuando hay alguna fiesta porque no cabe duda de que es bueno para nosotros y también para el pueblo hasta elque nos desplazamos. 

La limitación de movimientos y los controles perimetrales han incidido directamente en el turismo. ¿En qué ha afectado la situación actual a su actividad?

Estamos parados, pero con muchas ganas de volver a la actividad. Sí que hemos hecho alguna salida individual o, como mucho, con algún compañero, pero de manera oficial a través del club, nada.  Yo, por ejemplo, estuve hace poco en Barruelo con un amigo. Hicimos una marcha hasta el Golobar, comimos cada uno en nuestra autocaravana en el aparcamiento de la Mina Visitable y nos fuimos a pernoctar a Cervera para hacer al día siguiente la Ruta de los Pantanos. Fuimos hasta Puente Agudín, picamos algo y vuelta para casa. Pero, de momento, lo de juntarnos 40 o 50 personas es imposible; la salud es lo primero. 

Palencia fue pionera en la puesta en marcha de áreas de autocaravanas. Háblenos de la infraestructura que alberga la provincia

Yo creo que se tienen que implicar más las administraciones autonómicas y las corporaciones locales, eso es evidente. En Palencia, la Diputación nos ha apoyado mucho, en gran medida gracias a Ángel Cantera, un pilar importantísimo y una persona trabajadora donde las haya. También hay que agradecer la labor de Mónica Delgado, jefa del servicio de Turismo, que también ha apostado mucho por este tema. 

La obra civil y el coste de un área de autocaravanas son muy pequeños, pero el beneficio es importante. Por eso, es fundamental que se implanten estas infraestructuras, pero que se mantengan lo es aún más. Eso hay que recalcarlo porque, a veces, hemos ido a algún área y daba hasta vergüenza. El mantenimiento es muy sencillo y, a la vez, muy necesario.Si hay un área en malas condiciones, estamos engañando al usuario. 

Ahora mismo hay 17 áreas públicas en la provincia, incluyendo la de San Salvador de Cantamuda, que aún no se ha inaugurado, pero ya está en uso. También hay 7 privadas, ya que algunas gasolineras se han dado cuenta de que dejar un área para que las autocaravanas vacíen es también una forma de conseguir que los usuarios echen allí gasoil.

¿Qué tiene que tener un área para prestar un correcto servicio?

Un aparcamiento, la bancada para tirar las aguas grises, el desagüe para las fecales y una fuente. Electricidad no hace falta porque somos perfectamente autónomos al llevar placas que se van cargando según nos movemos. En algunas áreas, como la de Baltanás, están poniendo una máquina para coger agua que, por un módico precio, te llena el depósito. El objetivo es que no haya abusos.

Además de servicio, un área de autocaravanas da seguridad. Obviamente, los robos existen, pero por lo general estos lugares suelen ser seguros porque, bajo ningún concepto, un Ayuntamiento quiere que tengan lugar este tipo de hechos en una zona que está bajo su responsabilidad. 

¿Qué valoración hace de las infraestructuras del resto del país?

Por hacer una comparación, el año pasado en España había unas 1.500 áreas de autocaravanas, y en Francia, nuestro país vecino, cerca de 6.000. Nos queda mucho trecho para ir recortando esa distancia tan abismal. Portugal, por su parte, está empezando a implantar este tipo de infraestructuras. 

¿Cree usted que para mejorar las dotaciones se debe hacer un esfuerzo mayor de divulgación de este tipo de turismo?

Por supuesto. El de la autocaravana es un mundo desconocido que hay que promocionar mucho más. Ahora que los políticos hablan tanto de la España Vaciada, tenemos que recordar que nosotros llevamos muchos años visitándola. 

¿Cuál es la repercusión económica del turismo sobre ruedas?

Si vas a Cervera, tienes que pasar por La Cascarita, o comprar amarguillos en caso de que pases por Villoldo. Donde vamos consumimos, sí o sí. Claro que llevamos cosas para desayunar, comer o cenar, pero siempre nos tomamos un café, una cerveza o una tapa, y si el menú del día nos encaja, pues también. Además, siempre solemos volver con algún producto típico del lugar en el que estamos. En general, hay mucho desconocimiento sobre este turismo. En La Pernía, por ejemplo, se acaba de poner en marcha una nueva área de autocaravanas. Aún no se ha inaugurado, pero estoy convencido de que va a tener mucho tránsito, porque la zona es muy bonita con Los Redondos, la Cueva el Cobre, la Peña Tremaya o el Mirador de Piedrasluengas, entre otras cosas. Hoy en día cientos de personas van a disfrutar de las rutas al aire libre y, si tienes la posibilidad de dejar el vehículo en unas instalaciones bien acondicionadas y con toda la seguridad del mundo, mejor. 

En cuanto a la publicidad de las áreas, ¿cree que es la adecuada?

Hay una guía a nivel europeo en la que viene la localización de todas las áreas de autocaravanas que hayan sido inauguradas. Un alemán o un francés no vienen por casualidad a un determinado lugar, sino que se van guiando por ese listado, que incluye las coordenadas y permite al turista obtener más información sobre el entorno. En definitiva, estas dotaciones son también un reclamo turístico. En España, por ejemplo, la FECC nos manda todos los años a los socios la guía de campings y la de áreas de autocaravanas. 

El miedo y las dificultades para salir al extranjero impulsaron el pasado verano el turismo de interior, así como el alquiler de furgonetas y autocaravanas. ¿Percibió usted ese incremento?

Sí, muchísimo, fue un boom. Las áreas y los campings por los que me moví el año pasado estaban llenos de autocaravanas de alquiler. Sé que el precio, en temporada alta, ronda los 160-170 euros al día. 

Para algunas personas, esa opción será más viable que hacerse con un vehículo

Hombre, la inversión es fuerte, porque son vehículos muy caros, pero si te gusta y lo usas, compensa. Yo empecé con una caravana chiquitita, luego otra un poco más grande y ya cuando me jubilé compré una autocaravana de segunda mano. Al final me he cogido otra nueva, pero ha sido todo de manera progresiva. La cuestión es encontrar algo adaptado a las necesidades de cada uno. Lo bueno es que las caravanas y autocaravanas son productos que pierden muy poco valor. 

Muchas personas han optado en los últimos meses por el turismo de naturaleza. Algunas muestran un nulo respeto por el entorno y eso se ha notado en la mayor presencia de basura en el campo. ¿Ha ocurrido lo mismo en el sector del campismo y el autocaravanismo?

La falta de ética y de respeto ocurre en todos los ámbitos, pero los que somos campistas porque nos gusta disfrutar de la naturaleza, mostramos un gran respeto hacia el medio ambiente y con los servicios que nos dan. Por ejemplo, en las áreas sabemos que hay unas normas establecidas que hay que respetar. Normalmente no hay problemas, pero sí que es verdad que a veces pagamos justos por pecadores. También es verdad que, en algunas ocasiones, sobre todo cuando se trata de personas que se están iniciando en esto, el incumplimiento de algunas normas se debe a la falta de información. Por eso quienes alquilan las caravanas tienen la obligación de dar a conocer las normas al usuario y de hacerle saber que un área no es un camping. 

Un aspecto que preocupa a los autocaravanistas es el de la libre circulación y pernocta. La situación actual en España provoca un desamparo y hace que todo dependa de la comunidad o incluso del municipio. Muchas personas exigen una unificación de criterios. ¿Qué opina usted al respecto?

Sí, esta queja no es nueva. Llevamos muchos años exigiendo que se unifiquen los criterios, porque en cada municipio hay una normativa. Muchas veces tenemos problemas para hacerle entender a la gente que no estamos acampados, sino simplemente aparcados. Si a un furgón de reparto se le permite estacionar en un determinado lugar, nosotros también tenemos todo el derecho del mundo a hacerlo. En Cantabria, por ejemplo, la lucha ha sido muy dura.

Detrás de todo esto hay ciertas presiones por parte de algunos campings, porque hoy en día miles de personas se mueven en autocaravanas y campers. Es un turismo que a ellos les resta mucho, pero lo que no se puede hacer es entrar a un camping y por limpiar o estar una noche pagar 40 euros. Nosotros pedimos que haya una zona específica para autocaravanas, porque lo que necesitamos, casi exclusivamente, es limpiar. Algunos campings ya están habilitando este servicio. 

En definitiva, queremos que quede bien claro lo que se puede y lo que no se puede hacer, porque lo cierto es que nos encontramos con muchos impedimentos a menudo. Se están consiguiendo muchas mejoras que nos benefician, pero seguimos en la lucha. 

La regulación de las autocaravanas llegó hace unos meses al Congreso en forma de Proposición No de Ley. ¿Qué espera usted de este proceso?

Yo creo que la gente está tomando conciencia de que la sociedad está cambiando y de que este turismo es tan válido como cualquier otro, porque consume y es bueno para todo el mundo. Hay gente implicada que está apostando por ello y, por tanto, tengo esperanza en ese proceso.

En los últimos años estamos hablando de un incremento anual en la matriculación de campers y autocaravanas cercano al 150 o 200% y eso no se puede obviar. 

¿Qué tipos de caravanas y autocaravanas existen?

Hay tres tipos de autocaravanas: la capuchina, que lleva el biombo arriba y es la más aprovechable para niños, porque la cama superior siempre está fija; la perfilada, cuya cama baja está encima del salón; y la integral, que tiene la cabina igual que la de un autocar. 

También hay caravanas que se enganchan a otro vehículo, aunque estas se estilan cada vez menos. Cuando arrancamos en el 89, por ejemplo, muchos iban con carro-tienda, y hoy más del 90% tiene autocaravana. También es verdad que muchos nos hemos hecho mayores y lo que prima es la comodidad. 

En la Asociación Campista El Otero no discriminamos a nadie, así que si unos amigos quieren venir con su tienda de campaña, no hay ningún problema, nosotros lo que más apreciamos es a la persona. 

En cuanto a los permisos, hasta 4.200 kilos únicamente se necesita el B1. A partir de ese peso, hay que sacarse el A. 

De alguna forma, el autocaravanismo y el furgonetismo constituyen un estilo de vida. ¿Qué aporta la práctica de este turismo que no ofrecen otras opciones?

Este tipo de vehículos da mucha autonomía. Es un estilo de vida que o te gusta o no te gusta, pero yo lo que más valoro es la libertad. Yo siempre he hecho campismo y creo que no hay cosa mejor para los niños que pasar las vacaciones en un camping. Mis hijos solo venían a la tienda cuando tenían hambre, el resto del tiempo estaban jugando con los demás. Un apartamento no te da eso.

¿Cuáles son los retos inmediatos de la asociación?

Mi caballo de batalla, desde que asumí la presidencia hace algunos años, es que entre gente joven al club. Yo me preocupo por organizar algunas actividades y demás, pero el futuro del campismo y de esta asociación son los jóvenes. En los últimos cuatro años han entrado 7 parejas con niños y eso es una maravilla. 

Creo que la asociación tiene futuro, no hay malos rollos de ningún tipo, somos como una familia. Obviamente la afinidad es mayor con unas personas que con otras y también se forman pequeños grupos, pero la verdad es que somos una asociación envidiable. Hay una armonía y un compañerismo dignos de admirar. Tenemos una muy buena salud, yo estoy superencantado con los socios. 

Para finalizar, ¿cómo se presenta el verano?

Con mucha incertidumbre. Veremos cuando llegue junio o julio cómo está la situación, pero de momento está todo parado. Mientras no haya seguridad plena, no vamos a hacer ninguna acampada. Lo primero es la salud, así que estamos un poco en compás de espera. Si avanza la vacunación y la cosa va a mejor, ya veremos, pero ahora mismo no podemos hacer nada más que esperar, como todo el mundo.