Soy ecléctico; tengo la virtud de absorber lo que está bien

Carmen Centeno
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Tuvo muy buenos profesores en Valladolid y en Madrid y aprendió de ellos la máxima de que la arquitectura tiene que ser sólida, con la proporción y dimensiones adecuadas

Soy ecléctico; tengo la virtud de absorber lo que está bien

Nació en la ciudad marroquí de Tetuán en 1951 y vivió allí los once primeros años de su vida, un tiempo rico en recuerdos y juegos, plagado de anécdotas y sustentado en todo lo compartido con sus hermanos -es el cuarto de nueve- y en el constante aprendizaje de la vida que tanto favorece una familia numerosa y bien avenida.

Conserva esos recuerdos de infancia en su memoria y acaba de plasmarlos en el libro Té con hierbabuena y chuparquía (Ediciones Ende), dedicado a sus hijas Regina, Alejandra y Claudia y a su nieto Martín, ilustrado con un buen número de fotografías y algunos dibujos, y presidido en todo momento por el espíritu de una tribu fraterna que, a día de hoy, sigue organizando juegos y concursos todas las semanas. 

 

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