Rebeca, Leonor, Romina, Rosa, Kelly, Daría, Sheyla, Estrella, Gloria, María Jesús y así un largo etcétera hasta completar las 55 víctimas mortales en lo que va de año, más de un millar desde que empezaron a contabilizarse en 2003. La violencia machista preocupa, asusta y alarma, más aún cuando se dejan a un lado las cifras y se ponen nombres y apellidos a las mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas sentimentales. 

Aquellas que dan un paso al frente y se arman de valor para denunciar los hechos, tienen a su lado un gran equipo humano que se vuelca en cada caso. Y es que al trabajo que realizan, por ejemplo, la Guardia Civil y la Policía Nacional, se suma el del Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León, cuyos profesionales ofrecen a las víctimas atención de urgencia en sede policial y judicial gracias al convenio suscrito con la Junta en Astudillo en abril de pasado año. 

En el conjunto de Castilla y León, el órgano colegial cuenta con un centenar de expertos en la materia, que acuden de inmediato en cuanto reciben un aviso. Nueve de ellos (el número varía según la época del año) prestan sus servicios a lo largo y ancho de la geografía provincial, personándose en la Comisaría de Policía, en cualquier cuartel de la Benemérita o en los juzgados en un tiempo máximo de 30 minutos.

En estos 18 primeros meses de programa se han contabilizado 296 casos a nivel regional, 204 de ellos atendidos en dependencias de la Policía Nacional, 90 en las de la Guardia Civil y tan solo dos en sede judicial. En términos absolutos, Valladolid es la provincia en la que se atendió a más mujeres, un total de 155 (31 en la Benemérita y 124 en la Policía); seguida a bastante distancia por Burgos, con 44, y Zamora, con 29. A la cola, y con tan solo siete mujeres asistidas al amparo de este protocolo de atención psicológica urgente, se sitúan Palencia (5 en la Guardia Civil y 2 en la Policía), Segovia y Soria.

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