Cara a cara con la montaña

Jesús Hoyos
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El cada vez mayor número de inexpertos que se lanzan a las rutas en los montes de la provincia provoca que los rescates sean algo habitual para cuerpos como el Greim de la Guardia Civil. Experimentados montañeros aportan sus consejos

Cara a cara con la montaña

Tras el confinamiento domicilario comenzó un período de desescalada a partir de mayo del año pasado en el que muchos descubrieron el aire y pureza de la montaña y se lanzaron a realizar rutas y subidas por los picos más emblemáticos. En varias ocasiones, sin la preparación necesaria, según los expertos.

Fueron ocho los rescates realizados a lo largo de junio, julio y agosto por los diferentes cuerpos de la Guardia Civil y el servicio de emergencias 112, a tenor de los datos de la Benemérita. Precisamente, Espigüete y Curavacas concentraron la mitad de los rescates -dos en cada pico-. El resto se produjo en las Agujas de Cardaño, en Peña Lampa, Pico Murcia y Piedrasluengas.

Las causas que los motivaron fueron accidentes que provocaron heridas físicas (cuatro), extravío o desorientación (tres) y situaciones en las que el montañero o senderista queda enriscado (uno).

Cara a cara con la montañaCara a cara con la montañaVidal Rioja, bombero del cuerpo de la Diputación de Valladolid y experto montañero en la provincia palentina, asegura que, a raíz de la pandemia, el número de usuarios de la montaña ha aumentado y, con él, el de los accidentes. «Es cuestión de estadística. A más gente, más probabilidad de que haya incidentes. Y si sumas una menor formación, dicha probabilidad aumenta», explicaRioja, quien considera que en España se es mucho de «tengo un amigo que sabe de esto» y se descuida la formación. 

«Se hacen muy pocos cursos de iniciación y cartografía. Muchos no se toman muy en serio el medio por el que se mueven y desconocen los peligros que entraña», añade. 

«Hace 30 años, era habitual apuntarse a un club de montaña y formarse. Ahora, se infravalora el material básico a llevar y los peligros objetivos del medio, como puede ser la niebla, la luz solar, la caída de piedras o la desorientación por motivos del propio camino», explica el experto montañero. 

Cara a cara con la montañaCara a cara con la montaña«Se llevan mucho los tracks por el móvil y se descuidan los mapas tradicionales que, teniendo un poco de ojo, sabes por dónde te mueves. Se quedan sin cobertura o batería y se ven perdidos en medio de ninguna parte. La tecnología es una herramienta muy buena, tenemos muchísima información a un click gracias a aplicaciones como Wikiloc, pero te puede generar una falsa sensación de seguridad», opina.

«El principal consejo es formarse, no sobrevalorarse y ser consciente de hasta dónde se puede llegar. Hay que empezar por la base, conocer bien el medio e ir poco a poco. Tener la suficiente preparación y saber que siempre hay probabilidades de meterse en un lío», concluye.

Por su parte, Amaia Rodríguez, presidenta del Club Peña Torquilla de Guardo, destaca la importancia de que la afición por la montaña aumente. «Es fenomenal porque acaba repercutiendo en toda la zona, especialmente en las que están deshabitadas y olvidadas», explica Rodríguez al mismo tiempo que critica la falta de conocimiento y el no cumplimiento de reglas básicas de seguridad por parte de la gente inexperta.

Cara a cara con la montañaCara a cara con la montaña«Buenas zapatillas, una mochila con hidratación, comida y un botiquín. Bastones para la gente un poco más mayor. Cosas básicas que la gente se salta a la torera pensando que va a ser un paseo», añade. También recuerda la necesidad de estudiar el itinerario. «Nuestra montaña está muy bien señalizada, pero la gente se pierde y no sabe ni dónde está. En el móvil tienen los mapas del Instituto Geográfico Nacional, por ejemplo. Siempre hay que llevar el móvil con batería y datos», recuerda Rodríguez.

Asimismo, señala la importancia de llevar calzado adecuado y prendas que transpiren para evitar golpes de calor, así como la necesidad de más formación y preparación porque «incluso sabiendo bien por dónde vas, pasan cosas».

La experta señala que las mejores rutas para iniciarse son Mazobres, que es «muy familiar», y los cuatro lagos: Curavacas, Fuentes Carrionas, Lomas y los del Ves. «Te refrescas y comes tranquilamente. Entrañan muy pocos peligros y son muy asequibles», señala.

Cara a cara con la montañaCara a cara con la montañaPor último, Vicky Alonso, optometrista de profesión y experta aficionada a la Montaña Palentina, asegura que esta es un «medio hostil» para los nuevos montañeros que ha traído la pandemia.

«No hay preparación ni física ni mental», explica Alonso, quien ve como principales errores la falta de estudio de la meteorología, la ausencia de ropa termorreguladora o la escasa hidratación.

«El error gravísimo es no consultar el recorrido, ya que tampoco saben orientación. Te los encuentras subiendo a Peña Prieta cuando querían ir al Pico Murcia. Esto, antes de la pandemia, no pasaba. Estos son los factores que hacen que ocurran accidentes», añade.

«Lo ideal para quien se inicia son paseos y senderos de baja montaña. Nuestra red de senderos está totalmente indicada y marcada. Vete a dar un paseo desde Puente Agudín hasta Cardaño de Arriba, por ejemplo, que es precioso», concluye.

 

Greim. Forma parte de una unidad de diez personas que arriesgan sus vidas para salvar las de otros. Enrique Ferrero Rodríguez es el sargento primero del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de la Guardia Civil, con base en Sabero (León) y cuyo radio de acción incluye la Montaña Palentina.

El experto señala a DP que el mayor error que cometen los más inexpertos es «sobreeestimarse» a uno mismo. «En un 55% de los casos, la gente hace actividades que no están acordes a su preparación física y técnica. Cada uno tiene que conocer sus posibilidades», asegura Ferrero, quien subraya que el 80% de los rescates son evitables debido a malas planificaciones. 

«Se debe principalmente a la inexperiencia e imprudencia. Tanto en 2020 como en 2021, la gente se ha tirado al monte buscando zonas seguras libres de Covid pero los conocimientos de montaña son los justos y la preparación, muy escasa. Se saltan la progresión, es decir, primero rutas fáciles, luego media y alta montaña, para luego poder crestear. Y, si puede ser a través de un club federado, mejor», explica.

«Muchos creen que por hacer deporte en la ciudad van a saber moverse por el monte, pero no es lo mismo correr siete kilómetros en llano que subir pendientes que no son seguras o desniveles de 1.600 metros. Es un error medir las rutas en kilómetros, se debe hacer en desnivel y requerimientos», añade.

«Llevar un botiquín básico, aprender a usar aplicaciones de rutas en el móvil y adecuar la actividad al eslabón más débil» son sus principales consejos.