Las penurias que vive la sociedad se pasan mejor con tintes solidarios con quienes más lo necesitan por los impedimentos derivados de una edad avanzada

No todo van a ser penas y eso  lo demuestra la bonita iniciativa que han tenido un grupo de niños que viven en la Avenida de los Derechos Humanos, en los números 16 y 20, con sus vecinos de la residencia de mayores Doña Sol que está justo debajo de ellos. Consiste en dedicarles unos dibujos que luego las madres, cuando van a trabajar o a comprar, pegan a la puerta para que los residentes las puedan ver desde dentro y se sientan acompañados, ya que no pueden salir a la calle durante bastante tiempo

«Esto merece que lo sepa todo el mundo y sobre todo que, con ello, se consiga que el resto del mundo tome ejemplo. Son niños que oscilan entre los dos y once años. Las lecciones no siempre las dan los adultos. Dejaron los dibujos terminados debajo de los felpudos de las casas», explican desde la residencia Doña Sol.

Por su parte, la iniciativa vecinal, que se sigue haciendo de forma indefinida, consiste en hacer más felices a los abuelos residentes, a los que sus familiares no pueden visitar y que puedan saber que no están solos. «Dibujaros bien guapos, poner vuestros nombres y vuestras mamás se encargarán del resto», según reza la iniciativa.