CyL es la segunda que más aumenta el precio de la tierra

P. Velasco
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El valor de las parcelas para uso agrícola en Castilla y León creció un 1,3 por ciento durante el año pasado, con mayores aumentos en el secano y el viñedo, y un ligero repunte del regadío

Un tractor con remolque circula junto a varias tierras de cultivo de una localidad de la provincia burgalesa. - Foto: Miguel Ángel Valdivieso

El precio medio de la tierra de cultivo en Castilla y León no para de crecer y mantiene una subida constante desde el año 2012, por lo que se convierte en la segunda Comunidad que más contribuye al aumento del valor de los terrenos agrícolas en España, por detrás de Andalucía. El precio medio de la tierra para uso agrario en la región aumentó 74 euros por hectárea desde los 5.787 en 2017 a los 5.861 en 2018, lo que supone un 1,3 por ciento más, mientras que a nivel nacional creció también un 1,3 con 126 euros más por hectárea.

Según los datos que publica de forma anual el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a través de la ‘Encuesta de precios de la tierra’, Castilla y León no es la única comunidad en la que se incrementa el precio de las parcelas agrícolas y ganaderas, además de encontrarse en la zona baja de las subidas, ya que en 2018 aumentó en once de las 17 comunidades, las cuales recogen el 72 por ciento de la superficie que se analiza. En este sentido, merecen especial atención los incrementos de La Rioja (9,2%), Galicia (4,1%), Aragón (3,0%), Andalucía (2,5%) y Extremadura (2,3%). Por otro lado, se producen descensos en Asturias, Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.

En Castilla y León, el mayor incremento se produjo en el viñedo de transformación de secano, con una subida del 2,9 por ciento, pasando de los 19.293 euros por hectárea en 2017 a los 19.856 del año pasado. A nivel nacional, el aumento fue de un 6,3 por ciento, por debajo de lo que se paga en la Comunidad con 14.424 euros de precio medio.

El comportamiento del secano en la región fue mejor que el del regadío, con un incremento del 1,7 por ciento en el primer caso y tan solo del 0,1 por ciento en el segundo. En el caso de las parcelas de labor de regadío se pasó de los 12.597 euros por hectárea en 2017 a los 12.612, mientras que a nivel nacional el valor se situó el año pasado en los 17.360 euros.

Los precios tampoco descendieron en los prados y praderas permanentes y otras superficies para pastos, como sí había ocurrido en anteriores periodos, valorados en el año 2017 en 3.194 euros por hectárea mientras que en 2018 tuvieron un coste medio de 3.221, lo que supuso una subida del 0,8 por ciento frente al descenso del 0,4 por ciento que se registró a nivel nacional.

Por categorías

Por categorías de cultivos, Castilla y León es una de las más significativas. En el caso de los cultivos herbáceos de secano más barbecho es la primera con más peso -el 31,5 por ciento- seguida de Castilla-La Mancha (24,9%), Andalucía (12,7%) y Aragón (12,1%).

La situación se repite en el caso de los cultivos herbáceos de regadío, como recoge la mismas encuesta, en los que las cinco comunidades con más importancia en esta tipología son: Castilla yLeón (29%), Aragón (20,7%), Andalucía (14,4%), Castilla-La Mancha (13%) y Cataluña (8,1%). Además, se da la circunstancia de que el precio sube en todas ellas.

Castilla y León también es líder en otra de las tipologías, la de aprovechamientos -prados y praderas permanentes y otras superficies para pastos- en la que las que tienen más importancia son la nuestra, con un 24 por ciento, seguida de Extremadura (19,7%), Andalucía (14,9%), Castilla-La Mancha (8,4%), Aragón (8,1%) y Galicia (5,7%).

La Comunidad únicamente se queda más retrasada en el caso de la uva de vinificación de secano, donde aporta el 6,5 por ciento, muy por detrás de Castilla-La Mancha (47,8%), Extremadura (9,1%), Cataluña (8,5%), la Comunidad Valenciana (6,6%) y La Rioja (5%).

Desde Asaja Castilla y León, su presidente, Donaciano Dujo, aseguró que las tierras de cultivo están «sobrevaloradas» en la Comunidad porque son «más caras de lo que tendrían que ser dada la rentabilidad de las mismas». «En los próximos años tiene que bajar del precio, sobre todo en las que dependen directamente de la climatología porque hay muchas fincas donde no se puede asegurar la producción», indicó Dujo, que apuntó también las diferencias existentes entre provincias y cultivos, así como la cantidad de explotaciones que todavía están en manos de personas que no son profesionales del campo.

Por su parte, Aurelio González, coordinador regional de UPA, consideró que «hay que poner un control» con el tema de las ayudas y el precio de las tierras, «porque hay un mercado demencial y muchas veces es complicado que los agricultores y ganaderos accedan a los terrenos por el intrusismo que existe». «Se debería controlar más todo este tema porque los agricultores y ganaderos van a salir perjudicados siempre», valoró Aurelio González.