La Casa Sacerdotal registra un tercer fallecido

Carlos H. Sanz
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El obispo confiesa su «dolor» por la muerte de sus «hermanos» y destaca «el trabajo heroico» del personal sanitario

La Casa Sacerdotal registra un tercer fallecido

El fallecimiento del sacerdote Germán García González, de 84 años, eleva a tres las víctimas por Covid-19 en la Casa Sacerdotal Nuestra Señora de Lebanza de la capital. Nacido en Autilla del Pino, el 24 de noviembre de 1935, fue ordenado sacerdote el 3 de julio de 1960, y desarrolló su vida sacerdotal como capellán castrense. 

Tras su jubilación pasó a residir en la Casa Sacerdotal, donde el Covid-19 ya ha causado la muerte de tres personas, ya que a la de ayer hay que sumar la del padre agustino Agustín Bécares y la del sacerdote David García.

Además, en la actualidad hay cuatro ingresados en el hospital Río Carrión, alguno con patologías previas muy severas, mientras que el resto de los 30 sacerdotes que residen en ella están aislados en sus habitaciones, según ha informado la Diócesis.

Cabe recordar que la Unidad Militar de Emergencias desinfectó recientemente tanto el acceso como varias dependencias de la Casa Sacerdotal, cuyo acceso se ha clausurado.

«dolor». Unas pérdidas humanas que el obispo Manuel Herrero, que se recupera del coronavirus en dicha Casa Sacerdotal, vive «con dolor porque son sus hermanos», y anuncia que «cuando se levante el estado de alarma se reunirá con sus familias». Para el obispo, es la muerte de tantas y tantas personas una de las tragedias de esta crisis sanitaria. «Y a parte de la muerte, está el morir solo y sin sentir una mano hermana y amiga, es muy doloroso», cometa.

Por ese motivo, pide a los sacerdotes que están en sus casa que «oren, cumplan las órdenes a rajatabla que dan las autoridades sanitarias, y si pueden celebrar la eucaristía, que recuerden a todos los fieles y se unan a ellos». «Debemos mantener la ilusión y la esperanza, no ser derrotistas ni pesimistas sino levantar el ánimo», resume el obispo.

A Manuel Herrero la enfermedad le sorprendió el pasado 21 de marzo, cuando durante la noche notó cómo le había subido la fiebre. «A la mañana siguiente, el enfermero me recomendó ir al hospital a hacerme la prueba, y di positivo, de ahí que me ingresaran», relata el obispo, que asegura que hoy en día está «muy bien», aunque sigue bajo control de su médico de cabecera.

Afirma que ha estado «muy bien atendido por los médicos, las enfermeras y por todo el personal sanitario». «El trabajo de estas personas es excelente y heroico. No solo por lo que hacen sino porque se exponen a lo que se exponen, afrontando la dificultad a pesar de todo. Les he visto trabajar, desvivirse, despreocuparse por cada enfermo», relata.

Semana Santa. El obispo de la Diócesis reconoce que esta Semana Santa será especial porque «llama [a los cristianos] a vivir la fe de una forma personal». Así, recomienda vivir estos próximos días «en comunión con el papa de Roma, con la iglesia de Palencia y con la familia». «Para ello, la Conferencia Episcopal, en su página web, ofrece una guía con todo el material para que lo podamos seguir», informa.

A los miles de cofrades que hay en Palencia, el obispo aconseja «profundizar en los que son las cofradías y las hermandades, en el amor fraterno». «Esa es la clave de la Pasión de Cristo, el amor de un Dios que se entrega por nosotros para acercarnos, para reunirnos, para que vivamos en su amor como hijos y hermanos», recuerda Herrero.

La Diócesis anunció ayer que que a partir de Jueves Santo -a través de su canal de Youtube- se retrasmitirán las misas de los momentos centrales de la de Semana Santa. Las misas estarán presididas por el propio Manuel Herrero desde una pequeña capilla que tiene en su habitación de la Casa Sacerdotal. En los próximos días se informará de los horarios concretos.

Respecto a trasladar algunos de los desfiles procesionales de estos días entorno al 14 de septiembre, cuando se celebra la Exaltación de la Santa Cruz, Manuel Herrero sostiene que no le parece mal, aunque todavía no le han transmitido ninguna iniciativa concreta. 

«El Papa así lo ha sugerido y no me opongo, sino que me parece buena iniciativa, aunque eso no excluye que sea la única. También sería muy bueno que antes o después tengamos una eucaristía en la catedral por todos los enfermos y fallecidos, por todos los que sufren o han sufrido en su cuerpo o espíritu el ataque del coronavirus», explica.

comuniones y confirmaciones. Finalmente, respecto a las comuniones y confirmaciones, el obispo avanza que en los próximos días enviará una carta a los párracos para que analicen cada situación. «Dialogando con los catequistas, con padres y madres y buscando una fecha oportuna, pero cumpliendo siempre las normas de las autoridades sanitarias. Si se impide la excesiva reunión de personas, que vean cómo lo pueden hacer porque dependerá de cada sitio. Igual con la confirmación, se pospone y ya se verá en septiembre, octubre o más adelante, el cómo y al cuándo», detalla. 

El obispo confía en que esta crisis sanitaria permita «construir un futuro donde reine la paz, la justicia y la solidaridad; donde se tenga en cuenta la moral y la ética a todos los niveles: científico, económico, personal, social, laboral...».

Y, por último, lanza un mensaje a los enfermos: «Sed valientes y confiad en el señor y en el personal sanitario que os atiende».