Cuidado con los alimentos frescos y algunos tipos de harinas

A. Benito
-

Los alergólogos del Caupa están viendo en los últimos años más casos de personas con alergia a ciertos productos. La recomendación es excluirlos ante el primer síntoma de sensibilización

Cuidado con los alimentos frescos y algunos tipos de harinas

Desde hace varios años los profesionales están viendo más casos de personas alérgicas a alimentos frescos como las frutas o los frutos secos. «También a la leche, al huevo, a los mariscos, al pescado y, últimamente, están empezando a dar guerra algunas harinas», explica Susana Cabrerizo. «Parece que nuestro cuerpo pelea contra todo aquello que no está procesado con mayor facilidad que antes», añade.

En este sentido, es importante diferenciar intolerancias y alergias. «A una persona intolerante a la lactosa la ven en Digestivo. Otra cosa son los pacientes alérgicos a las proteínas de la vaca. Lo mismo pasa con la celiaquía y la alergia al gluten», detalla la jefa del Servicio de Alergología. 

La doctora también explica que «el alérgico no nace, sino que se hace», de modo que cuanto más contactemos con un determinado alimento o producto, más posibilidades tendremos de hacernos alérgicos a él. «Por ejemplo, una persona puede tolerar el kiwi 37 veces y, a la vez 38, tras haber desarrollado unas defensas contra la proteína que contiene, presentar unos determinados síntomas», señala. Por eso, ante la más mínima señal, lo más recomendable es evitar dicho producto y contárselo a nuestro médico de cabecera. 

Asimismo, existen las reactividades cruzadas. «El kiwi comparte proteínas con el melón, el plátano, la castaña o el aguacate. El cuerpo no sabe distinguirlos y, por eso, es fácil que la alergia a uno de ellos se haga extensiva a los otros», explica Cabrerizo. Afirma, además, que hay alimentos más proclives a reacciones severas, como los mariscos o los frutos secos. «Otros son más ligeros, pero cada paciente es un mundo», manifiesta. «En cualquier caso, ante la menor duda de sensibilización ante algún producto, lo que hay que hacer es excluirlo y dejar el tema en manos de los profesionales», insiste.  

Y es que el susto puede llegar a ser «demasiado importante», ya que lo que comienza como un hormigueo en la boca, urticaria o hinchazón en los labios, la lengua, el rostro o la garganta puede acabar en un shock anafiláctico e, incluso, en la muerte. «Aunque no es especialmente frecuente, la alergia mata», asevera la especialista del Complejo Asistencial Universitario de Palencia.

Respecto a si una persona puede dejar de ser alérgica, Susana Cabrerizo indica que los niños con alergia a la leche y al huevo pueden llegar a tolerarlo, «no al 100%, pero prácticamente». El resto de alimentos es más complicado. «Por el contrario, con bastante frecuencia después de una alergia vienen otras», concluye la alergóloga.