Al son del 'Hydraulis'

David Herrero (Ical)
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El Taller de Organería y Arte Acitores está diseñando un tipo de instrumento, muy popular en el imperio romano, gracias al encargo de la Diputación y con el objetivo de ser incluido en la Villa Romana La Olmeda

Al son del ‘Hydraulis’ - Foto: Bragimo

La Villa Romana La Olmeda, localizada en Pedrosa de la Vega, sumará próximamente una joya más a su conjunto de la mano del trabajo y la experiencia del Taller de Organería y Arte Acitores, que dotará al centro cultural y turístico de un órgano hydraulis. Un instrumento que se popularizó en la antigua Roma, cuyo uso se extendió por todo su imperio como acompañamiento musical en representaciones en teatros, anfiteatros y circos, así como en reuniones sociales y litúrgicas.

El órgano tiene un pedestal octogonal como base y, a ambos lados de la misma, hay dos barriletes donde están las bombas que bombeaban aire dentro de un conducto que va a un depósito de agua, en el cual existía un embudo, explica en declaraciones a la Agencia Ical el director y fundador del taller ubicado en Torquemada, Federico Acitores.

«Al introducir aire en ese embudo se va desalojando el agua que está debajo, lo que provoca que haya un desnivel entre el agua de dentro y el de fuera. Es decir, el agua de fuera sube y la del embudo baja», apunta. 

Al son del ‘Hydraulis’Al son del ‘Hydraulis’ - Foto: BragimoEsta diferencia «genera más o menos una presión constante en el aire, de ahí su nombre de hydraulis, pero no porque el agua produzca el sonido, sino que el fluido se empleaba como una manera de presionar el aire y estabilizar la presión», detalla Acitores.

Aspecto sonoro. «Hay que dejar de pensar en los órganos que conocemos, porque este caso es diferente. Los tubos del hydraulis casi no tienen progresión de diámetro, sin embargo, en los órganos posteriores, la progresión, tanto de longitud como de diámetro, es constante para mantener el mismo color sonoro», añade. La fila de tubos «no sigue el concepto de registros que se conocen, sino que las filas se organizan según los modos griegos, que comenzaban en Re, Fa y La. Pero de manera que se puedan tocar todos juntos, por lo que la idea no pasa por armónicos, sino por modos melódicos, ya que con ellos se toca música de un único sonido», aclara.

Señala que los hydraulis son órganos de muy pocas notas, con 15, 13, 12 u ocho notas, como las liras de los romanos, al ser de cuatro u ocho cuerdas como mucho. El sonido «es muy distinto a lo que se pueda esperar, similar a los silbatos de vapor de los trenes, a modo fuerte y estridente».

En este tipo de instrumento «no se va a poder interpretar la música del Renacimiento ni la del Barroco, sino música modal al estilo de como imaginemos que era la música de griegos y romanos», y reconoce que «está orientado para especialistas», aunque, evidentemente, como objeto de la época en la Villa Romana La Olmeda es muy importante, sentencia Acitores.

Taller y experiencia. La administración provincial va a contar con la experiencia acreditada del Taller de Organería y Arte Acitores para rescatar del olvido el singular instrumento musical, de cuya existencia hay numerosas pruebas documentales, incluidos los testimonios escritos de Nerón, Cicerón y Quintiliano, entre otros. 

Además del órgano expositivo, se hará otro ejemplar más pequeño e interactivo, a modo demostrativo para explicar su funcionamiento con cortes y cristal. Y es que el proyecto también incluye la elaboración de material de difusión y didáctico, con una recreación en vídeo e imágenes en tres dimensiones que faciliten esa comprensión del mecanismo.

Los orígenes del órgano se remontan a sus antecesoras las flautas, cuyos primeros vestigios conocidos aparecen en la época del neolítico. Son instrumentos monofónicos, es decir, solo son capaces de emitir un sonido cada vez. El interés por reproducir varios sonidos simultáneamente, lo que se conoce como instrumentos polifónicos, da paso a las flautas de pan y, posteriormente, al órgano.

En la época romana, hay constancia de un instrumento asociado a la vida palaciega de los emperadores llamado hydraulis. No se conserva ningún órgano de estas características, aunque sí restos arqueológicos, grabados, monedas y documentos que representan su funcionamiento.

Su invención se atribuye a Ctesibios de Alejandría, un barbero, mecánico e inventor que vivió en tiempo de Tolomeo Evergetes I (246-221) en el siglo III antes de Cristo, quien, ayudado por su esposa, aplicó a distintas máquinas la fuerza del aire, en las que el agua desempeñaba un gran papel. 

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