La sorpresa ha sido la nota característica de la elección de los ocho largometrajes seleccionados en la categoría de Mejor Película en la 91 edición de los Oscar. En primer lugar, porque se ha colado entre ellos uno producido por la plataforma Netflix, Roma; porque hay dos musicales: Bohemian Rhapsody y Ha nacido una estrella (en toda la Historia de Hollywood solo nueve de este género han ganado la estatuilla en la categoría más importante) y, para finalizar, porque de nuevo las reivindicaciones de los grupos afroamericanos se han traducido en la presencia de tres cintas contra la discriminación racial: la genial Green Book, Infiltrado en el KKKlan y Black Panther. Además, como rareza, aparece en la lista el drama de época: La favorita, del cineasta Yorgos Lanthimos.

Si nos extendemos en ellas encontramos que Roma, del mexicano Alfonso Cuarón (ganador del Oscar a mejor película por Gravity en 2013), parte como favorita con 10 nominaciones y la paradoja de figurar en dos categorías que pueden solaparse: mejor película y mejor película de habla no inglesa. Cercana al docudrama, y rodada en blanco y negro, relata la biografía de la niñera y empleada doméstica del director durante su infancia. Una humilde y cariñosa indígena llamada Cleo. Esta se ha metido en el bolsillo a los millones de espectadores que han contemplado sus avatares cotidianos bien en el cine o mediante los diversos canales que ofrece Netflix.