Arranca la reparación de la cubierta del Lecrác

Carlos H. Sanz
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Si las obras transcurren sin problemas, a finales de año el centro cultural tendrá solucionados los problemas de estanqueidad, seguridad y accesibilidad de su tejado

Arranca la reparación de la cubierta del Lecrác - Foto: Óscar Navarro

Más tarde de lo previsto inicialmente por la falta de materiales, pero con la intención de finalizar la actuación en un plazo máximo de cuatro meses, la empresa gallega Proyecon arrancó ayer las obras para la mejora de la estanqueidad, seguridad y accesibilidad de las cubiertas del centro cultural Lecrác.

Durante esta semana, los técnicos de la firma llevarán a cabo la instalación de los andamios necesarios para acceder al tejado de estas instalaciones municipales de la avenida de Valladolid, el cual necesita de una reparación urgente en la que la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo del Ministerio de Fomento invertirá 379.800 euros (IVA incluido).

Si todo marcha bien el Lecrác tendrá solucionado su mayor problema, la estanqueidad, seguridad y accesibilidad de sus cubiertas, para finales de año. El retraso en el inicio de las obras, ajeno al Ayuntamiento, impedirá salvar la temporada de lluvias, aunque el objetivo es que una vez se realice esta actuación no se vuelvan a reproducir las imágenes con el centro cultural lleno de cubos bajo las goteras.

El pasado 12 de marzo, la mesa de contratación de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo propuso la adjudicación de este contrato a la empresa Proyecon Galicia. Sin embargo, la pandemia del coronavirus y el estado de alarma paralizó el proceso de adjudicación, una suspensión que no se alzó hasta el pasado 17 de abril. 

En mayo, técnicos de Proyecon visitaron el centro cultural Lecrác con el objetivo de disponer de todo lo necesario para comenzar las obras en los días siguientes, pero la falta de los suministros ha obligado a retrasar ese comienzo hasta la jornada de ayer. 

Para solucionar el problema con las cubiertas del Lecrác, se van a convertir en inclinadas todas las que ahora son planas y favorecen la acumulación de agua con la lluvia, lo que unido a la falta de estanqueidad de los techos lleva años provocando goteras. 

Esta conversión se materializará en un plazo máximo de cuatro meses mediante una serie de subestructuras que deberán ser fabricadas en taller, para minimizar los tiempos de trabajo sobre las cubiertas. Cabe recordar que el Ayuntamiento reparó las mismas tanto del octógono -sobre el antiguo museo de la Policía Nacional- como del acceso a la sala de estudios. Entonces, ya se apostó por cubiertas inclinadas. Además, se garantizará el acceso a todos los tejados que ahora son accesibles, para lo que se diseñará e instalará una red de escalas, plataformas y líneas de vida que permitan la entrada regular a las cubiertas para poder llevar a cabo su mantenimiento.

punto y ¿final?. El inicio de las obras marca el principio de una actuación que lleva mucho tiempo siendo urgente, pero a la que le ha ocurrido todo lo malo que le podía ocurrir. A mediados del pasado año, el Ministerio de Fomento lanzó un concurso público para la ejecución de estas mismas obras, pero cuando se cerró el plazo de presentación de ofertas, ninguna empresa se había interesado por hacerse con el contrato. 

Las elecciones generales y el cambio de Gobierno demoraron aún más la tramitación, y no fue hasta enero de este año que se volvió a lanzar este concurso con unas exigencias muy similares, ya que las empresas interesadas en concurrir a este contrato debían estar clasificadas como de restauración de bienes inmuebles histórico-artísticos, entre otros criterios. 

El edificio se ha ganado a pulso la fama de problemático por las deficiencias que padece, y que han llegado a poner sobre la mesa incluso su cierre provisional. Con un diseño muy bonito, pero «incoherente e incongruente» se convirtió en «un desastre interno» que ha supuesto una piedra en el zapato tanto para la anterior corporación como para la actual.

El Consistorio invirtió 40.000 euros en obras urgentes, que permitieron la reparación parcial de la cubierta, con el objetivo de solventar los daños más graves, así como la creación de un acceso al tejado, hasta entonces inexistente. 

Ahora, se deberán solucionar las patologías de estanqueidad que presentan las cubiertas, de forma que los usuarios puedan disfrutar el 100% de las instalaciones del edificio -ahora solo se puede usar menos del 40%- y pueda mantener con mayor facilidad y menos costes, así como la adaptación a la nueva normativa del edificio. La pregunta que todavía cabe hacerse es si esta actuación solucionará definitivamente los problemas del Lecrác.