«La Justicia resuelve en base a la ley, sin importar siglas»

A. Benito
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Arturo Carrillo afronta otros 5 años como fiscal jefe de Palencia con «ilusiones renovadas». Del mandato anterior destaca la modernización de la Fiscalía y del que acaba de empezar el desafío que supone la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal

«La Justicia resuelve en base a la ley, sin importar siglas» - Foto: Juan Mellado

El Consejo de Ministros, por Real Decreto, nombró el pasado mes de enero a Arturo Carrillo Álvarez fiscal jefe de la Fiscalía Provincial de Palencia, tras refrendar la oficialidad del nombramiento, ya que fue propuesto por la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, para renovar su cargo por otros cinco años. Para Diario Palentino, Carrillo hace balance de su labor y repasa los principales retos de los próximos años.

Ha renovado un cargo al que accedió por primera vez en el año 2015. ¿Cómo asume este nuevo reto?

En primer lugar, renuevo las ilusiones. Obviamente, el haber recibido el apoyo del Consejo Fiscal General del Estado para mi renovación es importante, aunque me pilla al final de mi carrera profesional. 

«La Justicia resuelve en base a la ley, sin importar siglas»«La Justicia resuelve en base a la ley, sin importar siglas» - Foto: Juan MelladoLa experiencia profesional a lo largo de los últimos cinco años como fiscal jefe ha sido buena. Los retos que hemos tenido durante este período han sido importantes, puesto que la Administración de Justicia tiende a su modernización. Concretamente, en lo que afecta a esta Fiscalía Territorial, se ha llevado a cabo la implantación plena del expediente digital y también se ha instaurado el nuevo modelo de oficina fiscal. Evidentemente, queda mucho por hacer en cuanto al primer apartado, ya que la adaptación a dicho sistema ha supuesto un enorme esfuerzo por parte de los funcionarios y de los fiscales, pero va funcionando, se van arreglando los problemas iniciales y, al final, vamos mejorando el servicio. Al fin y a la postre, estos cambios suponen una serie de notables ventajas en lo que a tramitación se refiere, particularmente en el trasiego de papel de unas sedes judiciales a otras. 

La oficina fiscal también se ha creado con un nuevo modelo de trabajo en equipo bajo el prisma de la transmisibildad, de tal forma que no existe una determinación o una concreción de trabajo, sino que todos hacen de todo dentro de su esfera de trabajo y responsabilidad.  

¿Cuáles son sus principales objetivos para este nuevo mandato?

«La Justicia resuelve en base a la ley, sin importar siglas»«La Justicia resuelve en base a la ley, sin importar siglas» - Foto: Juan MelladoLos retos futuros a los que nos enfrentamos son también de importancia y de calado. En primer lugar está la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, un proyecto que se encuentra en estudio y que da un paso muy importante en cuanto a la asunción por parte de la Fiscalía de la instrucción de las causas penales. Es un objetivo que siempre hemos tenido los fiscales, asumir la instrucción y suprimir la dualidad de papeles en ese trámite. Eso redundará, indudablemente, en una agilidad en la Administración de Justicia y en el mejor funcionamiento de esta para los justiciables. 

La asunción de la instrucción de las causas por la Fiscalía era una vieja reivindicación, aunque no lo veía con muy buenos ojos el estamento de la Magistratura

Habría que preguntarles a ellos cuáles son sus reticencias. Yo llevo 35 años de fiscal y desde que ingresé en la carrera, siempre se ha hablado del tema de la instrucción por parte del fiscal. Al principio, incluso había ciertas reticencias en la propia Fiscalía, sobre todo en fiscales veteranos para los que el cambio iba a suponer una variación de su trabajo. Lo que sí es obvio es que hay que hacer las cosas bien y creo que es en eso en lo que se está trabajando, en la determinación de una nueva plantilla orgánica, tanto de las fiscalías ante las nuevas necesidades, como del propio modelo de organización de las mismas, puesto que cada una funciona de una forma distinta; no es lo mismo una Fiscalía de Madrid o de Barcelona, que una pequeña como la de Palencia, cuyas necesidades son diferentes. 

En cualquier caso, va a haber una incidencia importante en la planta de los órganos judiciales, puesto que desaparecerían los juzgados de Instrucción -quedaría el juez de Garantías- y esto, indudablemente, requiere un estudio profundo en cuanto a lo que va a ser la nueva organización, tanto judicial como fiscal. También se está trabajando en dotar a la Fiscalía General de un nuevo estatuto único y de un reglamento, puesto que los vigentes ya son añosos y requieren una adaptación a las nuevas necesidades.

Aunque es natural de Cuenca y también ejerció como fiscal en Badajoz, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en Palencia. ¿Qué puede decir de esta ciudad?

Nací en Cuenca, pero yo venía de Valladolid, ciudad en la que estudié y en la que viví durante 20 años. Sin embargo, me considero palentino de adopción, porque llevo 35 años aquí. Cuando llegué a Palencia en 1986, vine con una idea de provisionalidad total y absoluta. De hecho, estuvimos una temporada viviendo en Valladolid hasta que empezamos a tener familia. Fue entonces cuando decidimos asentarnos aquí. 

Palencia es una ciudad tranquila y muy agradable para vivir con niños pequeños, y para nosotros supuso un aliciente. Siempre hemos sido muy bien acogidos, hemos estado muy a gusto. Por desgracia, mi mujer falleció, pero estaba encantada en Palencia, igual que yo y los chavales. Salvo que cambien las circunstancias, no tengo idea de irme a otro sitio.

Al asumir el cargo de fiscal jefe en el año 2015 reivindicaba la necesidad de aumentar los medios materiales y humanos para poder ejercer la labor de los fiscales de forma adecuada. ¿Ha sido atendida esa petición?

La plantilla de fiscales no ha sido incrementada. Podría sugerirse, y así se está haciendo en las memorias, la creación de una nueva plaza, si se creara el órgano judicial que por parte de la Administración de Justicia se está estudiando. Es decir, la puesta en marcha de un nuevo juzgado en Palencia determinaría, a nuestro entender, la necesidad de tener un fiscal más, pero, de momento, creo que las atenciones de fiscales existentes son adecuadas, aunque nunca vendría mal una plaza nueva. 

Lo que sí se ha producido es un incremento de las plazas de funcionario, de hecho, la plantilla de secretaría es una de las más nutridas a nivel regional en relación al número de fiscales. La anterior fiscal provincial logró la designación de dos funcionarios de refuerzo que han sido consolidados al crearse la nueva planta de la oficina fiscal. En ese sentido, hemos incrementado o hecho definitiva la implantación de ambas plazas. Por el momento, creo que es una situación favorable y ventajosa.

Respecto a los medios materiales, se han implantado en la Fiscalía las dobles pantallas y a los fiscales se nos han suministrado unas surfaces para el teletrabajo y los juicios por videoconferencia. Es decir, que por parte del Ministerio sí que se han atendido, en cierta medida, las necesidades.

¿Cuántos funcionarios y fiscales hay ahora mismo?

Fiscales somos diez y funcionarios doce.

¿Cree usted que la Justicia es algo cercano al ciudadano? ¿Y es igual para todos?

La Justicia es el canal ciudadano y es igual para todos, porque todos somos iguales ante la ley. El tema es que, muchas veces, el ciudadano ve a la Administración de Justicia con una cierta distancia. Yo creo que la propia institución genera un sentimiento de respeto, podríamos decir, pero la Administración de Justicia está ahí para lo que el ciudadano quiera y, evidentemente, para acudir a ella a solventar sus problemas. 

Lo que habría que hacer es algo más de cara al ciudadano para divulgar cuáles son las funciones de lo que es un juzgado o la Fiscalía. A lo mejor eso es lo que se puede apreciar, una falta de información al ciudadano. Quizás así la sociedad tuviera más esa sensación de puertas abiertas y de comunicación con la institución. 

En cualquier caso, la Fiscalía General apuesta por la transparencia y siempre tiende a dar información sobre su funcionamiento cuando el procedimiento no lo impide.

¿Hasta qué punto la política influye en la labor de jueces y fiscales?

La Administración de Justicia no está politizada, lo que sí es cierto es que se pretende, a través de denuncias que pueden ser interesadas, politizar a la Justicia. Sin embargo, esta solo resuelve dentro de los criterios de la ley, que no pueden ser más que el respeto a esta sin tener en cuenta ningún tipo de siglas ni de opiniones. 

Muchas veces se habla del colapso en los juzgados. ¿Se da también esta situación en la Fiscalía?

La Fiscalía, evidentemente, no incide en el colapso de los juzgados. En lo que sí puede incidir el trabajo de la Fiscalía es en hacer un seguimiento especial de aquellos juzgados que se encuentren con problemas de sacar adelante el trabajo pendiente.

Evidentemente, el fiscal debe tomar iniciativa en ese sentido, pero la Fiscalía trabaja puntualmente. Puede haber un retraso en cuanto al despacho de papeles por trabajo de los fiscales, pero normalmente este se desarrolla con una elevada agilidad y celeridad. Como digo, no incide en cuanto al retraso en la Administración de Justicia, que es debido a otros motivos como al cauce de los procedimientos en las fases intermedias o que el instructor no lo agiliza.

¿En qué ha afectado la actual crisis sanitaria al funcionamiento de la Justicia en Palencia?

La crisis sanitaria, en un primer momento, supuso un cierre total de la Administración de Justicia, cuando se instituyó el estado de alarma en marzo del año pasado. La situación en aquellos momentos era grave y por eso se estableció un sistema de servicios esenciales, de tal forma que solo se tramitaron las causas urgentes. Evidentemente, el trabajo se redujo y eso provocó un cierto retraso o colapso en cuanto al funcionamiento y al desarrollo del trabajo, pero derivado de esas restricciones acordadas con el Ministerio de Justicia y ajustadas a la situación de aquel momento.  

Durante la primera y segunda olas, llegó a la Fiscalía el asunto de las residencias

Ese es el otro punto de vista. La influencia de la crisis sanitaria supuso, como digo, esa paralización en un primer momento, y después una serie de denuncias nuevas o sobre aspectos nuevos en la vida de las personas, como las residencias de mayores. Hubo varias denuncias en un primer momento, las cuales fueron archivadas dado que carecían de entidad penal suficiente, particularmente por su carácter genérico, abstracto e indeterminado. No ha habido una incidencia grande en cuanto al número de diligencias abiertas, queda alguna en tramitación y de lo que se trata es de analizar caso por caso, pero, por regla general, hasta ahora no han tenido un desarrollo posterior en cuanto a la posible exigencia de responsabilidades.

En Palencia, según los datos de la Fiscalía, ¿cuáles son los casos más sensibles?

Como he dicho antes, Palencia es una ciudad muy tranquila y los delitos son, fundamentalmente, contra el patrimonio y la seguridad vial, así como del ámbito de la violencia de género. 

También son importantes los delitos contra el medio ambiente, que suponen un seguimiento muy particularizado por parte del fiscal delegado y del especialista en su implementación. Pero la incidencia fundamental, como digo, son esos tres tipos de delitos. 

Cambiando de tema, ¿qué le hizo decantarse por ser ?scal y cómo ha evolucionado la profesión desde sus comienzos?

Cuando empecé a estudiar la carrera de Derecho tenía claro que quería ser juez, porque cuando uno está estudiando la idea de fiscal no existe. Al menos en mi caso, no llegué a tener constancia de lo que es la figura real del Ministerio Fiscal hasta después. 

Como digo quería ser juez porque las circunstancias me llevaron a ello. En ese momento había oposiciones separadas, no es como ahora, que es única, y yo aprobé para fiscales pero no pasé el corte para juez. Por tanto, mi vocación como fiscal vino dada, de alguna manera, por este azar de la vida, pero no me arrepiento en absoluto y si volviera a optar por juez o fiscal, no dudaría nunca en quedarme con la segunda porque es una carrera apasionante.

Habrá percibido que la incorporación de las mujeres a la carrera judicial es cada vez mayor. ¿Diría usted que se ha alcanzado la igualdad o aún queda camino por recorrer?

Es verdad que el acceso de la mujer a la Justicia fue tardío, pero ahora su incorporación es plena. La igualdad, realmente, viene dada por el valor de las personas, no por su sexo. Hay muchas mujeres con una formación extraordinaria y, en este caso, en Fiscalía ya hay más personas del sexo femenino que masculino. Como digo, lo importante son las personas, su formación y sus capacidades. 

Si ahora mismo fuera fiscal general del Estado y tuviera la potestad de hacer los cambios que quisiera, ¿qué reformaría para que la profesión fuera mejor?

Afortunadamente no lo soy, pero creo que a lo largo de la entrevista ya he contestado a esa pregunta. Es evidente que lo que se persigue es una agilidad de la función del fiscal, un mayor conocimiento de dicha figura y una mayor autonomía del Ministerio Público. Es una antigua reivindicación y siempre se ha perseguido dotar de una autonomía presupuestaria al Ministerio Fiscal, que carece de la misma, así como que la designación del fiscal general del Estado no dependa del Gobierno de turno. Creo que el mandato debería estar supeditado a un plazo o una duración determinada, pero independientemente del Gobierno que le designa. En estos momentos el fiscal general cesa con el Gobierno que le propone. Cambiar eso es una reivindicación en la carrera para potenciar su independencia.

Ha sido el fiscal jefe de los últimos cinco años y lo será de los próximos cinco. ¿Tiene entre sus antecesores alguna figura a la que admire especialmente?

Cuando llegué a Palencia estaba Jaime Gago Sevilla, un fiscal ya fallecido extraordinario y con una magnífica formación profesional. En ese primer momento fue mi modelo, pero yo también destacaría a Manuel Martín Granizo, que estuvo 15 años en la Fiscalía y a Lourdes Rodríguez Rey, que estuvo otros cinco. Esther Pérez Jerez y Ricardo González Cerrón estuvieron tan solo un año, no les dio tiempo a dejar su impronta en la Fiscalía. Manuel Martín Granizo, por el tiempo que estuvo y por la idea de modernización de la Fiscalía y del trabajo de los fiscales que impuso, es un mito en Palencia y un modelo que se ha mantenido a lo largo del tiempo.