María Sancha (Santibáñez de la Peña, 30-10-2001) se convertía hace tres semanas en jugadora del Atlético Guardés, equipo de la máxima categoría del balonmano español tras una excelente campaña en el Cleba leonés, con quien fue la máxima goleadora de la División de Honor Plata.
Un fichaje que supone para la joven central palentina «un salto de calidad increíble, pasar a División de Honor y encima auno de los mejores equipos de España, subcampeón de Liga, jugó la Copa y la Challenge Cup. Me hace muchísima ilusión». Un salto que implicará mucho trabajo «para ganarme los minutos» tras haber sido protagonista tanto en el Fuentes Carrionas hasta juveniles como los dos últimos años en el Cleba. «Es el máximo nivel de exigencia, debes estar siempre al 100%. Trabajar cada día debe ser algo estricto, no es una opción. Sé que voy a sufrir, porque el deporte no son todo rosas, pero voy con el máximo de ilusión. Porque juego al balonmano porque quiero y me gusta. El sacrificio lo hago con gusto».
En el Guardés hay «jugadoras que llevan muchos años en la categoría, de mucha experiencia.Como referencia tengo a Paula Arcos, de mi edad, que ha sido la MVPde la Liga este año y ha participado en concentraciones de la selección absoluta».
Su técnico será José Ignacio Prades (que también es segundo de Carlos Viver en la selección española): «Me dio muchísima alegría que me llamara. Porque él, que se fija en jugadoras para darles proyección, si se fija en mí es por algo. Sé que voy a tener que trabajar muchísimo y demostrar muchas cosas, y muchas veces también sufrir».
Y como sueño, porqué no, la selección: «Sí, todas las jugadoras lo dicen, ojalá, ojalá. Creo que el trabajo que estoy haciendo, el que voy a hacer cuando vaya a La Guardia es claramente para llegar a un objetivo, a la selección. Es un sueño, obviamente, que espero que pueda llegar a cumplirse como el de jugar en División de Honor. Siempre digo, aunque sea una convocatoria para poder disfrutar y aprender. Porque a la selección no vas de fiesta, vas a entrenar duro».
ESTILO. María es una central a la que le «gusta jugar rápido. Al ser pequeña no voy a tirar mucho de fuera. Ni soy muy alta ni la más fuerte.Me gusta correr. Ya que no puedo imponerme por fuerza, lo intento por rapidez. Tienes que aprovechar las cualidades. Y en defensa me gusta defender abierto, 5:1, subir a tocar, sacar faltas en ataque. Prefiero ganar por rapidez, por tratar de ser más lista», se define la de Santibáñez.
«Prades me dijo que quería una jugadora que defendiese y atacase. Me gustan las dos cosas, no solo meter goles, también sacar faltas en ataque. Me sale el instinto de ponerme delante. Creo que me adaptaré bien, porque el equipo juega rápido, en estático también tiene jugadas. Se divierten jugando».
Cambiará León (donde acabó el Grado Superior de Tafad -Educación Física-) por La Guardia (Pontevedra), donde iniciará Magisterio a distancia. Estará «a cinco horas de mi pueblo, con lo que me gusta venir. Pero, bueno, aprovecharé para disfrutar más cuando venga». Deja el Cleba con el «sabor agridulce de no haber podido entrar en la fase de ascenso» (cayó por un gol en el cruce previo ante el Sporting La Rioja), porque «jugábamos genial. Hicimos una piña, me he divertido mucho jugando al balonmano y sobre todo he aprendido mucho», por lo cual se siente muy agradecida a Juan Moreno, de quien «he aprendido muchísimo, es uno de los motivos por los que me ha llamado el Guardés».
Y echará de menos a su compañera y amiga, la velillense Ania Ramos, con quien vivía en León (han jugado juntas desde los 10-11 años), sobre todo en el difícil año de la pandemia y sus cuarentenas. Otra jugadora formada en el Fuentes Carrionas, aprendiendo junto a Goyo Casado, hacia quien también expresa su agradecimiento la risueña deportista norteña, que promete esfuerzo en el ilusionante reto que afronta.