El yoga como instrumento contra el miedo y la ansiedad

David del Olmo
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Las profesoras Inma Martín y Carmen Granados imparten las clases online del Patronato para llegar hasta sus alumnos desde sus casas

El yoga como instrumento contra el miedo y la ansiedad

Carmen Granados e Inma Martín son las dos maestras de yoga (casi dos décadas de experiencia enseñando entre ambas) del Patronato Municipal de los Deportes que estos días ofrecen sus clases online a los palentinos (en https://www.pmdpalencia.com/static.php?c=76).

Una actividad que puede ayudar en estos tiempos de confinamiento. Como explica Carmen Granados, «vivimos en un mundo muy hacia afuera, hacia lo externo, muy pendiente de lo material. Y hemos olvidado lo fundamental que es mirar hacia dentro». Es ahí donde «todos los principios y herramientas del yoga nos llevan a trabajar esa conexión con nosotros mismos y a conectar con la esencia, con la paz, la alegría, la calma. Por eso la importancia en estos momentos de meditar, hacer relajación, practicar asanas (posturas del yoga) y realizar respiración controlada (pranayama)».

Acabando la cuarta semana de la cuarentena «están apareciendo muchos miedos y ansiedades. Y qué mejor momento para seguir practicando yoga. Es lo que intentamos transmitir a nuestros alumnos estos días a través de las clases online».

El yoga como instrumento contra el miedo y la ansiedadEl yoga como instrumento contra el miedo y la ansiedadSin olvidar a «todas las personas que nunca han experimentado lo que se siente. Les invito a que lo prueben. Que se den ese tiempo para sentirse. Es para todo el mundo, gente físicamente válida, o que tenga alguna discapacidad o problemas de movilidad. Cada uno desde donde esté puede hacerlo, porque va directamente a nuestra mente». «Cada uno en la medida de sus posibilidades -añade la profesora-, escuchando y respetando nuestro cuerpo, que es uno de sus principios. También yoga en familia, cada uno a su ritmo, por supuesto».

RELAJACIÓN. En ello incide Inma Martín, que considera que el yoga ofrece la posibilidad de «relajarse, respirar más despacio, controlar, vivir el aquí y ahora».

Destaca que a los alumnos que ahora se encuentran en casa «les gusta mucho  también cuando hablo con ellos, les mando algún audio animándoles. Que vivan el día a día, sin pensar más allá, sin agobiarse. Les viene bien, porque están acostumbrados a ir a clase y al escucharme otra vez, les sienta bien».

El yoga puede servir como instrumento en momentos de ansiedad: «el miedo es lo peor que podemos tener, ese miedo a lo desconocido. Y hay que saber frenarlo y cambiar el chip. Aprender a manejar tu mente en situaciones como esta, que ninguno hemos vivido antes, nos viene bien».

Ahora en casa, no hay «esa energía que se genera en las clases, pero que nos vean les ayuda. No se necesita mucho. Una esterilla, un cojín cómodo por si haces meditación y tu cuerpo. Solo. Y cuantas menos distracciones, mejor». Y cuenta una anécdota: «una alumna a cuyo marido antes le parecía una tontería, ahora dice que hacen yoga juntos por la mañana y por la tarde».