Encontrar la calma sin salir de casa

David del Olmo
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Juan José Mendoza, maestro de taichi y chi kung desde hace más de dos décadas, explica la utilidad de sus enseñanzas en el confinamiento. Dos disciplinas para la mente y el cuerpo, para todas las edades

Encontrar la calma sin salir de casa

El maestro Juan José Mendoza lleva más de 20 años dando clases en Palencia de taichi, disciplina a la que llegó después de aprender artes marciales (kung-fu) mientras cursaba sus estudios universitarios de Biológicas en Salamanca.

Poco a poco, a la vez que enseñaba kung fu a los palentinos, fue aumentando su pasión por el taichi, también arte marcial, al que acabó dedicándose por completo. A él une sus lecciones de chi kung, también de origen oriental, en este caso un arte  considerado de salud.

Este curso se rodeaba de «casi 300 alumnos», que hace un mes quedaban huérfanos de sus enseñanzas, recluidos en sus hogares. Para ellos y para todos aquellos palentinos que quieran unirse, el Patronato Municipal de los Deportes inició su campaña #EntrenamosenCasa, con vídeos de las diferentes actividades deportivas que oferta cada año. Los de las clases de chi kung y de taichi llevan su firma.

La actual situación de confinamiento en los hogares lo hace necesario, en su opinión: «Se van a generar ansiedad y estrés, que afectan a ciertas partes del cerebro, como la de la ira o el área de la depresión. Por contra, si hacemos relajación conseguimos lo contrario, y las técnicas del taichi y del chi kung nos llevan a ello».

Incide en que «se ha visto que con el estrés el sistema inmunológico baja, porque el cuerpo está preocupado por otras cosas y se olvida de cuidarse. Por eso a los estudiantes en época de exámenes les bajan las defensas. En las profesiones con más estrés, su sistema inmunológico está más bajo. Por eso el taichi y el chi kung nos ayudan a tenerlo más fuerte».

ASEQUIBLE. Los vídeos que ya están a disposición de los palentinos, contienen «ejercicios muy sencillos que voy explicando. El de taichi es un poco más complejo, porque es una disciplina más técnica. Siempre digo que quien aprende taichi aumenta su autoestima, porque en un principio piensa que nunca lo va a conseguir. Pero lo acaba logrando, porque son movimientos que se llevan a cabo muy despacio».

Los de chi kung «son para todo el mundo, incluso para quien no lo haya practicado nunca, para personas que puedan empezar de cero. Te va a ayudar a relajarte, pero si ya empiezas relajado, vas a poder hacerlo mejor técnicamente y eso te va a inducir a relajarte aún más».

HÁBITO. Es importante «buscar un momento del día destinado a la actividad. Lo ideal es que, aunque sea poco tiempo, se practique todos los días. Últimamente en mis clases me he dejado grabar algunos ejercicios por los alumnos, para que se los enviaran unos a otros, porque sé de la importancia de hacerlo más de uno o dos días a la semana. Aunque sean solo 5 o 10 minutos, todos los días, en casa. El cerebro cambia y la persona está mejor».

Y dos características más: tanto el taichi como el chi kung se dirigen a personas de cualquier edad; y, pese a lo que se pueda pensar de antemano, suponen un ejercicio de cierta exigencia.

«En las clases de taichi y chi kung llega a haber gente de 90 años. Hay personas que llevan conmigo 15 años y ahora tienen 88 u 89. Lo bueno de esta actividad es que cuanto más tiempo llevas, mejor te sale. Lo ideal es empezar cuanto antes, para trabajar cuerpo y mente. Y sí se trabaja, aunque no lo parezca. Muchas veces cuando volvemos de las vacaciones, los que no han practicado en todo el verano sienten el cansancio. Porque hay mucho movimiento, hay partes del chi kung con estiramientos, hay un trabajo físico».

Y, eliminando tabúes, resume lo que se va a encontrar el no iniciado: «Es un tipo de ejercicio muy suave que no es que se asocie con la tercera edad, sino que cuando llegas a esa edad lo puedes seguir practicando. Se trabajan tanto el ejercicio como la relajación y  meditación. Es decir, cuerpo y mente. Sobre todo porque hay mucho control de la respiración y esto hace que nos relajemos».