La Asociación Cultural Universitaria Palentina (ACUP) ofrece a todos los estudiantes de los campus de Valladolid y Palencia, una serie de actividades alternativas de interior. Entre ellas se encuentra unos juegos que cada vez están más demandados por el público joven, los wargames, una serie de guerra con miniaturas. Es una rama de rol donde se encuentra uno de los más populares, el Warhammer 40.000, un evento que tiene mucho trasfondo. «Son peleas entre dos equipos. Y a cada uno de estos, lo maneja una persona. Al principio de cada partida, cada jugador elige tres objetivos, y una vez que los consigue y si obtiene más puntos que el contrario, gana la partida. «Suelen durar más o menos tres horas», comenta Raúl Becerril, uno de los jugadores habituales de estas miniaturas. 

Es un juego «más fácil de lo que parece», interpreta. «Se organiza por unidades, por miniaturas y, para mover cada una de ellas, se usa un dado normal y corriente», desarrolla. «A cada unidad se le asigna un número que es su atributo y, posteriormente, se usará para mover a esta, para disparar, etc. Por eso, si una tiene tres de disparo, debe sacar un tres o más para impactar en la figura del contrario. Si sacas menos, no le das. Lo mismo pasa cuando mueves cualquier figura. Tienes que sacar el número correspondiente o mayor para poder avanzar. Es un juego que se mide en pulgadas», expresa Becerril.

Warhammer se basa en el enfrentamiento de dos ejércitos que ocurre en un supuesto futuro de ciencia ficción -suceden en el año 40.000-. «Hay un total de veinte facciones: entre ellas se encuentran los humanos; los súper humanos, que serían una especie de capitanes América y los humanos renegados, como podrían ser los piratas. Otra facción son los demonios; otra son los eldas, unos elfos del futuro; otra raza son los T’au, creados hace quince años, más parecido al manga y  los orcos y tiránidos, una facción muy parecida a los aliens», explica Gonzalo Martín, uno de los jugadores habituales.

Wargames, diversión en miniatura - Foto: Alicia VallejoTambién alega que «no es un juego difícil», porque cuenta con 18 páginas de instrucciones, aunque si se quiere, cada jugador puede crear sus propias reglas. «Al no tener cartas, se convierte en algo más simple», declara Martín.

comprar, pintar y jugar. «Hay gente que solo juega, pero cuando compras las figuras, te vienen vírgenes, por así decirlo, las tienes que pintar tú a mano o, incluso, puedes mandarlas pintar, pero te sale mucho más caro», comenta Raúl Becerríl. «Hay gente para todo. Existen personas a las que no les gusta para nada jugar, sino que lo que hacen es pintar y luego coleccionan las figuras. Es algo bastante raro, pero también se hace», expresa Becerril.

Otro jugador de ACUP, Guillermo Guerrero, explica a Diario Palentino que también existen aficionados que solo juegan y lee libros, pero no pinta. «Estoy en un grupo de Whatsapp en el que solamente hablan de libros y nadie pasa ninguna foto sobre cómo pintan sus figuras. A veces es desesperante», asevera Guerrero.

Wargames, diversión en miniatura - Foto: Alicia VallejoY es que, tras el confinamiento, el juego se ha hecho muy popular entre los jóvenes: «Con el confinamiento despegó y no ha hecho más que subir por la cantidad de incondicionales que ha comprado figuras y atrezzo».  

no muy caro para empezar. Si usted, lector de Diario Palentino, desea pertenecer a este mundo de rol, debe comprar un paquete de para principiantes que no cuesta más 25 euros. «Puedes empezar a jugar con un paquete de inicio muy simple de ocho miniaturas, pero hay que recordar que están sin pintar, puesto que el gasto de pintura y pinceles es a mayores. Cuesta 25 euros. Si a la gente le gusta, puede ir adquiriendo unidades nuevas para mejorar el plantel de juego inicial, aunque existen paquetes más avanzados», refleja. 

Además, es una disciplina en la que también se realizan torneos a nivel nacional y mundial. «El pasado 18 de julio celebramos un certamen en las instalaciones de ACUP, el cual ha sido el primero después de que la pandemia nos privara disfrutarlo», revela Guerrero.