Nevadas guardadas en la retina

Rubén Abad
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Las últimas grandes nevadas en la capital se produjeron en los inviernos de 2018 y 2010, aunque nada comparable con los 50 centímetros acumulados en 1956. En la Montaña nadie olvida febrero de 2015

Nevadas guardadas en la retina - Foto: Óscar Navarro

Móvil en mano inmortalizaban cientos de palentinos las idílicas estampas que dejó la borrasca Filomena a su paso por la capital: la Dársena del Canal de Castilla completamente helada, fuentes congeladas, nieve en el Ribera Sur, y calles, plazas y monumentos cubiertos por un manto blanco pocas veces visto en la capital. 


Y es que aunque Palencia es tierra de nevadas abundantes, pues es habitual que se produzcan cada otoño e invierno en la Montaña Palentina, los copos tienden a huir de la ciudad. Y cuando llegan, pocas veces cuajan con la intensidad con la que lo hizo ayer, con espesores de hasta cinco centímetros.


Hay que remontarse al 28 de febrero de 2018 para encontrar la última nevada relevante. En aquella ocasión, cayeron 15 litros por metro cuadrado en forma de nieve durante la madrugada en la capital, según los datos facilitados por la Agencia Estatal de Meteorología. Una densa capa que movilizó a efectivos de Urbaser, Bomberos, Policía Local y Protección Civil y que dejó un balance de cinco personas atendidas por caídas y retrasos en los trenes Alvia.
Siete inviernos antes, el 3 de diciembre de 2010, también nevó de forma abundante en la capital, con espesores de entre 15 y 20 centímetros en la zona sur de la provincia. Un fenómeno poco habitual en la capital que se tradujo en varias muñecas, piernas y caderas rotas. 


NEVADA HISTÓRICA

Ambas fueron unas buenas nevadas, pero lejos de las históricas que se registraron en el año 1956. El 25 de febrero de 1956 se produjo una que alcanzó en la ciudad los 50 centímetros y que tuvo como consecuencia el colapso de las principales líneas de viajeros, tanto de tráfico rodado como de ferrocarril y la paralización de la ciudad. Al siguiente invierno, entre los días 24 y 25 de diciembre de 1956, las nevadas alcanzaron en la ciudad hasta un metro de espesor, paralizando la comunicación en la capital. 

 

INFIERNO BLANCO EN 2015

Ya han pasado casi seis años, pero en la Montaña Palentina nadie olvida la que hasta el momento sigue siendo la nevada más intensa de los últimos tiempos. La nieve comenzó a caer con suavidad el 1 de febrero de 2015, preludio de la serie de las catastróficas desdichas que se desataron en la madrugada del día 4 y que acabaron por convertir al norte de la provincia en el infierno blanco que incomunicó decenas de localidades y atrapó a cientos de personas, algunas durante interminables semanas.