El viaje más personal de Blanca Portillo

EFE
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La actriz encarna a la viuda de Juan Mari Jauregui, gobernador de Guipúzcoa asesinado por ETA, en 'Maixabel', una cinta que narra el encuentro de la mujer con el terrorista

Blanca Portillo (d), junto a Maixabel Lasa (c) e Iciar Bollaín, en un parón del rodaje. - Foto: Juan Herrero

A veces, sumergirse en el personaje de una película supone una catarsis personal que lleva al intérprete a una transformación interior. Eso es lo que le ha sucedido a la actriz Blanco Portillo, que encarna a Maixabel Lasa en la nueva película de Icíar Bollaín, Maixabel, una cinta que narra el encuentro que la viuda de Juan Mari Jauregui, exgobernador civil de Guipúzcoa asesinado por ETA en 2000, mantuvo con uno de los miembros de la banda terrorista que participó en el atentado. 

El rodaje, el undécimo de Bollaín, llegará a su fin el próximo sábado, tras siete semanas de grabación por distintas localizaciones del País Vasco.

«Imagino que ella no es consciente de hasta qué punto es transcendental lo que ha hecho, su carácter, su forma de concebir la vida y el mundo, su compromiso personal. Es una mujer que despierta una enorme admiración, es una figura importante y debemos dar gracias de que exista alguien así», destaca Portillo.

Blanca y Maixabel Lasa han protagonizado una escena muy poco común, ya que no es habitual en el cine que intérprete e interpretada tengan la posibilidad de estar juntas. Para Portillo fue «mágico» que Bollaín le propusiera este proyecto, porque «era algo que había seguido durante bastante tiempo».

«Yo le tenía mucha admiración previa, pero tenía que tener un encuentro personal, porque había que construir a ese ser humano. Fue una aproximación muy bonita. Se me quitó el miedo, no así el respeto. Me entró una especie de calma y serenidad porque la sentía cerca y al lado, como que íbamos de la mano», explica.

Hace 11 años, uno de los asesinos de Jáuregui pidió reunirse con Lasa en uno de los encuentros restaurativos entre víctimas y presos de ETA coordinados por la abogada penalista Esther Pascual.

«Yo siempre he defendido que la política penitenciaria debe ser la reinserción de los presos. A fin de cuentas, era poner en práctica todo lo que yo tenía en mi foro interno, lo que pensaba. A las personas que han hecho un recorrido personal de autocrítica de lo que hicieron en su día y que si ahora mismo volverían a nacer no volverían a caer en eso en lo que cayeron, se les debe dar otra oportunidad», señala Lasa.

Y añade: «Todos nos mereceremos una segunda oportunidad, incluyéndome yo misma», que por aquel entonces ocupaba el cargo de directora de la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco.

Según Lasa, ni Ibon Etxezarreta ni Luis María Carrasco, los asesinos del que fue su pareja desde los 16 años, son las personas que eran hace 21 años. «Estas dos personas no son el Ibon ni el Luis del año 2000, son otras personas distintas. Son valientes, que no han recibido beneficios penitenciarios por participar en el proyecto, y que han sabido o han podido enfrentarse a la organización, con lo que eso supone. Han pasado de ser héroes a ser traidores para su mundo, ese mundo en el que vivían», subraya.

Para Portillo ayer fue el último día de un rodaje que le ha supuesto una «fuerte» inmersión. «He llorado mucho, he reído mucho y he aprendido mucho». La actriz, que se siente una «privilegiada» por poder dedicarse al cine, asegura que este proyecto «se ha convertido en un viaje personal».

«Me iré distinta a como llegué, y creo que, en el fondo, eso es lo que produce el caso de Maixabel y de toda la gente que está trabajando desde ese lugar», concluye.