Acítores: "Desde pequeño me han gustado las matemáticas"

A. Rodríguez
-

Hace menos de un mes, Álvaro Acítores terminaba su etapa preuniversitaria en el colegio Blanca de Castilla. Hoy, el joven se prepara para la fase internacional de la LVI Olimpiada Matemática de Bachillerato que tendrá lugar en septiembre.

Álvaro Acítores se ha convertido en el primer palentino en formar parte del Equipo Olímpico Matemático y representará a España en las Olimpiadas de septiembre - Foto: Juan Mellado

Álvaro Acítores ganó recientemente la medalla de oro en la fase nacional de la LVI Olimpiada Matemática de Bachillerato, lo que le catapulta a la competición internacional cinco años después de inscribirse por primera vez en este certamen. El joven palentino de 17 años ha demostrado su valía a lo largo de su etapa en el colegio Blanca de Castilla, popularmente conocido como Filipenses, finalizando su último curso de Bachillerato con una media de 10 y una puntuación de 13,65 sobre 14 en la EBAU. Acítores se autodefine como «un chico tranquilo, alegre y despreocupado» en general. Su mayor defecto, según él, es que es «muy despistado en el día a día» pero lo compensa con su talento y su personalidad. Más allá de su potencial, es «aficionado a ver la NBA, disputar partidos de baloncesto con sus amigos y jugar a la consola en su tiempo libre» aunque considera las matemáticas como «un hobby más». 

 

¿Cuándo se presentó por primera vez a la Olimpiada Matemática?
En 2º de la ESO fue la primera Olimpiada Matemática en la que me inscribí. En el caso de las olimpiadas de la ESO, el nivel es más bajo que el de Bachillerato. Antes de estos concursos me formé en el proyecto EsTalMat (Estímulo del Talento Matemático) de Palencia, que me ha ayudado mucho a mejorar. En 6º de Primaria hice el examen para poder acceder y fui uno de los 12 alumnos de la ciudad que entraron. En 1º de la ESO empecé a ir a las clases del proyecto todos los jueves y el tipo de contenido se basaba en el razonamiento matemático. 

 

¿En qué se basa el proyecto EsTalMat?
El proyecto EsTalMat es completamente altruista, lo cual es genial. Te dan clases muy distintas a las que recibes en el colegio, ya que no se basan en memorizar muchos conceptos, sino en aprender a razonar y a aplicar lo que ya sabemos de una manera diferente. Los problemas que nos plantean no consisten en teoría excesivamente complicada, sino que lo difícil radica en saber razonar para llegar a resolverlos. 

 

¿En qué nota la diferencia en la manera de dar clases en el proyecto EsTalMat? 
En clase nos enseñan, básicamente, a hacer exámenes. Es decir, te dan una teoría que tienes que aprender a hacer para poder resolver el problema en el examen final con el mismo procedimiento que te han enseñado antes pero con diferentes números. En EsTalMat, por el contrario, te plantean un problema que en un principio no sabes hacer y tienes que llegar a resolverlo utilizando un razonamiento, una lógica previa, y por ello cada problema es diferente. 

 

¿El profesorado del proyecto EsTalMat proviene de institutos de Palencia o son profesores específicos del proyecto?

Vienen de diferentes institutos de Palencia. Son profesores de Matemáticas que alternan y plantean las clases de una manera diferente a la que se da en la escuela. Este proyecto llegaba hasta 2º de la ESO, pero en mi año lo ampliaron hasta 3º de la ESO e incluyeron un apartado específico de preparación de cara a las Olimpiadas Matemáticas de Bachillerato. Guardo muy buen recuerdo de docentes como Miguel Ángel Curto y Antonio Martín, aunque todos son profesionales increíbles. 

 

¿La Olimpiada Matemática de este año era una espina que se quería sacar?
Tenía aspiraciones y me veía con posibilidades, ya que estuve en esta misma Olimpiada en 1º de Bachillerato, donde conseguí la medalla de plata y en la modalidad de la ESO en 2º y 4º, cuando logré el bronce. Este año creía que podía conseguir un mejor resultado puesto que, con el paso del tiempo, he aumentado mis conocimientos, aunque antes de las olimpiadas tampoco lo tenía muy claro a raíz del confinamiento. Estando en casa tampoco dediqué mucho tiempo a prepararme pues también tenía la EBAU en pocos días.

 

A raíz de la declaración del estado de alarma en marzo, ¿cómo se planteó la competición?
Una semana antes de que tuviera lugar la Olimpiada Matemática nos avisaron de su cancelación debido coronavirus y no sabía cuándo iba a poder celebrarse. Por eso sí que hice algo de matemáticas desde casa pero tampoco me pude preparar en exceso. Cuando nos confirmaron que iba a tener lugar tuvimos bastante suerte, ya que  nos coincidía con una prueba de acceso para una universidad de Barcelona. Al hablar con la organización nos permitieron hacer el examen de la olimpiada allí, en lugar de en Castilla y León. Fueron muy amables ya que además nos pagaron el alojamiento y estuvimos 4 días sin ningún problema. 

 

La nueva normalidad ha cambiado la vida de todos. ¿Cómo fue el desarrollo de la Olimpiada adaptada a las restricciones sociales?
En este caso, en las Olimpiadas no pudo haber convivencia con otros participantes. El examen fue parecido. Tiene lugar en la sede, a lo largo de dos días por la mañana, durante tres horas y media. A la hora de entrar en las aulas nos desinfectaban las manos y cumplíamos todas las medidas de seguridad. En las clases estábamos muy separados unos de otros para poder mantener la distancia social. Después de pasar todos los controles previos, nos dieron el examen y al terminar aprovechamos a conocer la ciudad. Fui acompañado de otros dos participantes de Castilla y León que también quedaron en muy buen puesto y, al igual que yo, iban a hacer una prueba de acceso a Barcelona.

 

Cuando contó que había conseguido el oro, ¿cómo fue la reacción de sus padres, amigos y profesores?
Todos me dieron la enhorabuena. Mis padres estaban muy ilusionados cuando lo supieron y me imagino que es un orgullo que tu hijo gane este certamen. Mi grupo de amigos me felicitaron también cuando se lo dije. Ya sabían que me gustan las matemáticas y que iba a presentarme,  así que cuando se lo comenté todos se alegraron. 

 

Comentaba que fue junto a dos alumnos de Castilla y León. ¿Ha podido conocer gente gracias a su afición por las matemáticas?
Sí, de hecho he conocido a mucha gente a través de las matemáticas. Los dos chicos vallisoletanos con los que fui a la Olimpiada se han convertido en buenos amigos. Les conozco desde la Olimpiada de 2º de la ESO y desde 4º nuestra amistad se ha afianzado. También he podido conocer a gente de otros puntos de España en las propias Olimpiadas, así como en los campamentos matemáticos. Allí acabas haciendo amigos que comparten tus aficiones y es algo que está genial.

 

Además de las Matemáticas, ¿tiene alguna otra afición?
Las matemáticas las considero como un hobby más, pero también me gusta ver la NBA y disputar con mis amigos algún partido de baloncesto en una cancha o ir a alguna casa a jugar a la consola.

 

Entonces, como aficionado a la NBA, ¿es más fan de Stephen Curry o de Lebron James?
Sinceramente, soy mas de Antetokounmpo, el ala-pivot de mi equipo favorito, los Milwakee Bucks. Entre Curry y LeBron no podría elegir, aunque ambos son muy buenos. 

 

Para muchas personas, alcanzar el éxito académico supone sacrificar tiempo libre, ¿diría que está disfrutando de su juventud?
La verdad es que tengo bastante tiempo libre. En el colegio apenas le dedico tiempo a las Matemáticas porque me resultan sencillas y las asignaturas de ciencias como Física o Química se me dan bien en cuanto a la teoría. Los concursos me quitan tiempo, sí, pero puedo salir con mis amigos igualmente y pasarlo bien. Para mí las matemáticas son un hobby más y en las olimpiadas también disfruto de la experiencia y de conocer gente nueva, aunque haya que hacer un examen.

 

Este oro que ha conseguido culmina una larga relación con los números, ¿se acuerda del año en el que se dio cuenta de que era realmente bueno en este campo?
Desde pequeño siempreme han gustado las matemáticas. Hacía cuentas inventadas de memoria porque me entretenía de esa manera. En 6º de Primaria mi profesora de Matemáticas me propuso unirme al proyecto EsTalMat. Fue entonces cuando me di cuenta de que era bueno.

 

¿Es complicado encontrar a gente que comparta su afición por las matemáticas?
Siempre hay gente a la que se le dan bien las matemáticas en el colegio y le gustan. Sin embargo, a nivel Olimpiadas es más difícil. Una compañera de Carrión de los Condes, Paula Amor, también competía pero, en general, dentro de los chicos de mi edad no hay tanta gente que le gustara a ese nivel.

 

Dicen que todo el mundo tiene un talón de Aquiles. ¿Hay alguna asignatura en particular que le parezca más difícil?
Difícil como tal, no. Dedico más tiempo a Historia y Literatura ya que son las que hay que estudiar puramente de cara al examen. En el caso de las asignaturas de ciencias y sintaxis, al entenderlo bien y saber cómo aplicar la teoría casi no les tuve que dedicar tiempo. Podría decir que mi fuerte como estudiante es comprender, razonar y aplicar conceptos teóricos a la práctica, y mi punto flaco sería memorizar sin más. De hecho, siempre he pensado que nos deberían enseñar con el objetivo de saber cómo utilizar los conocimientos teóricos en vez de aprender unos conceptos de cara a un examen ya que, en ese caso, es más fácil que olvidar lo que has estudiado en poco tiempo. Si comprendes el por qué de las cosas seguramente no se te olviden, o será más difícil al menos.

 

También se ha tenido que adaptar a la formación online, ¿cómo lo ha llevado?
Desde mi centro, Filipenses, creo que se han adaptado bastante bien. Nos pusieron un horario a seguir poco después de que se declarara el estado de alarma y los recursos esenciales para poder estudiar desde casa. Sinceramente pienso que los profesores han tenido que trabajar más con la implementación de las clases online y ese esfuerzo se agradece. Gracias a ello prácticamente no he perdido clase dadas las circunstancias. He echado de menos ver a mis profesores y compañeros en persona, pero lo he llevado bastante bien. Por otra parte, desde EsTalMat nos han enviado problemas matemáticos a lo largo del confinamiento. De esa manera he intentado mantener el nivel desde marzo.

 

Poco después de terminar el confinamiento ha tenido uno de los exámenes en los que los jóvenes suelen ponerse más nerviosos: la EBAU. ¿Cómo ha sido su experiencia?
No soy alguien que suela ponerse nervioso antes de los exámenes y por eso creo que me ha ido bastante bien y la experiencia ha sido buena. Quizá en Historia o Literatura es donde peor lo he pasado. Había estudiado, pero al fin y al cabo son muchos temas diferentes y pueden pedirte cualquiera de ellos, lo que hizo que estuviera algo nervioso pero al final salí contento. Después de hacer la selectividad fui a Barcelona para hacer la prueba de acceso al CFIS, el Centro de Formación Interdisciplinaria Superior, en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Tuve que hacer esta prueba extra para tener la posibilidad de matricularme en el doble grado de Matemáticas e Ingeniería Física. 

 

¿En qué consistía esa prueba de acceso?
Toda la prueba estaba divida en cuatro exámenes: Un test de matemáticas, uno de física, problemas de matemáticas y problemas de física. Las preguntas eran distintas a las habituales en selectividad para ver cómo actúas ante cuestiones más difíciles y extrañas. En el caso de esta prueba no pude prepararme ya que no sabía lo que podía encontrarme, así que fui con lo que había estudiado para bachillerato y selectividad. Salí contento de la prueba, aunque por otra parte soy consciente de que podía haberlo hecho mejor.

 

Dentro de poco se adentrará en la vida universitaria, ¿tiene pensado seguir presentándose a concursos matemáticos?
Es posible. El mundo de las Olimpiadas Matemáticas cambia rápido a medida que pasan los años y las universitarias son muy diferentes a lo que he hecho hasta ahora. Nunca se sabe. Lo más seguro es que me presente a algún certamen para probar y en base a eso veré si continúo en concursos y olimpiadas.

 

Se ve que tiene su futuro estudiantil claro. ¿Ha pensado cuál sería su puesto de trabajo ideal?
Seguramente en una empresa del sector privado como matemático o físico, aunque nunca lo he pensado mucho. Lo que sí tengo bastante claro es que no me veo dentro de la enseñanza. 

 

¿Ve posible poder trabajar en Palencia como matemático o físico?
No se cómo está el mercado laboral. Sí que me gustaría trabajar en Palencia, al fin y al cabo es la ciudad donde he nacido y he vivido siempre. Además, el tema de la despoblación es algo que me disgusta y creo que todos debemos intentar luchar contra ello, en la medida de nuestras posibilidades. Por ello, si pudiera finalizar mis estudios en Barcelona, si soy seleccionado finalmente, y volver a Palencia para trabajar de lo que me gusta, sería genial.

 

¿La decisión de estudiar en Barcelona ha sido porque no hay este grado en Castilla y León?
No. De hecho, si no fuera escogido allí me gustaría cursar el doble grado de Matemáticas y Física de la Universidad de Valladolid. La decisión de ir a la ciudad condal ha venido motivada por los campamentos que he ido los últimos años. Allí, además de convivir con otros jóvenes, nos enseñaban la ciudad y hablaron muy bien la UPC. Por ello pensé que sería una buena opción intentar ir alli a estudiar. Si me aceptan, tengo claro que, al fin y al cabo, la universidad es formación, y espero volver a mi ciudad en el futuro.

 

De los campamentos a los que ha acudido, ¿hay alguno que le haya marcado en particular?
He ido a dos, uno en San Petesburgo, en Rusia, y otro en Barcelona. De hecho las Olimpiadas este año iban a celebrarse en San Petesburgo pero al final no ha podido ser. En ambos me lo he pasado muy bien, he conocido a gente genial y la base de los campamentos son las matemáticas, que son mi mayor afición, así que ambos me han marcado por igual.

 

Después de haber estado en campamentos y olimpiadas, ¿ve parejo el número de chicos con el de chicas inscritas?
Con el paso del tiempo he visto que había menos chicas cada año, no sé si por estigma social o por qué motivo. En 2º de ESO sí que éramos más o menos mitad y mitad, pero al llegar a Bachillerato las chicas prácticamente desaparecen de este campo y es una pena. Seguro que hay compañeras que les gusta, pero tal vez piensan que es una profesión de chicos aunque se está fomentando que eso no sea así a través de diferentes fundaciones, no solo en matemáticas, sino también en el resto de carreras de ciencias.

 

Comentaba que la fase internacional de la Olimpiada Matemática de Bachillerato iba a ser en San Petesburgo, ¿saben la fecha en la que tendrá lugar?
De momento nos han comentado que está prevista para el 21 y el 22 de septiembre, aunque seguramente de manera telemática. Imagino que cada país tendrá que hacerlo desde su sede y que alguien del comité internacional asista a supervisar que se respeten todas las normas. Aún así nada es seguro. Si la situación actual empeora no se sabe si se volvería a posponer o si directamente se cancelaría. Por ahora, estamos a la espera y con las mismas ganas que antes, aunque tenga que ser online.

 

Detrás del ganador de la medalla de oro hay un joven que recientemente ha terminado su etapa escolar. ¿Cómo es Álvaro Acítores?
Algo despistado, incluso diría que bastante. También soy alguien despreocupado en general, tranquilo y alegre, me cuesta enfadarme con el resto de la gente.

 

Es común pensar que detrás de toda persona con éxito siempre hay otra que actúa como referente. En su caso, ¿quién sería esta persona?
Mi hermana me dijo que si me hacían esta pregunta respondiera que era ella, pero la verdad es que no hay una persona en concreto que sea mi referencia como tal. Toda mi familia y mis amigos me han apoyado, así que siempre les llevo en mis pensamientos. Además, no trato las Olimpiadas o los estudios como una competición pura, yo voy a pasármelo bien y a conocer a gente nueva.