Ilia Galán

Ilia Galán


Indigencia helada

29/11/2021

Hallan el cadáver de un indigente en el campo, junto al Cristo del Otero... El frío parece ser la causa de la muerte, la oscura noche se tragó su vida de un modo triste, solitario, abandonado y despreciado por el mundo, demente. Era un semejante, un hermano, un ser humano como nosotros, un checo, de algo más de cincuenta años; fue a refugiarse al lado de la gran estatua de Victorio Macho que parece proteger Palencia, ojalá ese Jesús de Nazaret lo haya hecho entrar en los cielos, en esa dimensión donde esperamos la justicia que aquí no impera. No es la primera vez que esto sucede en nuestras tierras, que hace cuatro años dos rumanos se hallaron muertos en una casa de Villaluenga de la Vega, o el año anterior, otro en Venta de Baños, cumplidos los sesenta... El frío mata, por eso las gentes se protegen de las naturales inclemencias con viviendas.
Hay lugares de nuestra tierra que son infernales para quienes no se protegen de los invernales cielos, no hay caridad si es menester mendigar y, sin una residencia que acoja los mortales cuerpos, la inmortalidad parece que se acerca, pasándonos a la otra dimensión de la existencia. Pero no podemos ni debemos esperar a que el buen Dios haga justicia con las almas que han de estar en pena por lo egoístas y malas que un día fueran. Es obligación nuestra señalar y denunciar lo que ser no debiera, construir un mundo mejor para todos, impedir que el mal venza. Y la carencia, la pobreza, es un mal evidente que no ha de tener lugar en nuestras tierras. Vivimos con holgura, buen cordero, buenos vinos suelen aparecer en muchas mesas. La calefacción cada vez más cuesta y se ahorra ahora que no hay monedas, pero habría que evitar esa miseria energética que cada vez afecta a más familias, muchos que lloran sin que tengamos la noticia de sus quejas, con mantas que tapan su soledad, tal vez muriendo por un resfriado que en las estadísticas no deja apenas muestra.
Mucho gasta nuestra sociedad en fiestas y monsergas. Antes que iluminar el árbol de Navidad bien querría Jesús, el Mesías, que se calentara el pobre, que bien comiera ¿o acaso la parábola de Lázaro no se recuerda?