Ecologistas en Acción recordó que tal día como ayer, justo hace 20 años, el 17 de junio de 2001, se recogieron los restos del primer oso envenenado en la zona de Lastra en Palencia, una hembra, y con su muerte comenzaron, a su juicio, «oficialmente dos décadas de cadáveres». Así, señaló que en este tiempo hubo más envenenamientos, disparos y persecuciones directas, «y todo ha quedado en nada, ni culpables ni responsables, impunidad total». 

La organización conservacionista explicó que todo se ve favorecido por un Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta que «ha depurado su técnica de circos y huertos consiguiendo que necropsias y análisis deriven ahora hacia traumatismos, peleas entre osos o muertos de viejos».

En su opinión, las primeras diligencias judiciales de hace 20 años demostraron que los responsables del Servicio Territorial de Medio Ambiente, Dirección del Parque Natural y Dirección de la Reserva Regional de Caza, que a día de hoy siguen siendo los mismos, «gestionaron la muerte de forma poco profesional y rayando el esperpento, empeñándose en que los restos no eran los de una osa cantábrica, y que podría tratarse de algún ejemplar que se había escapado de algún circo, como si eso fuera un eximente del delito de envenenamiento, obviando que tenía Aldicarb en dosis muy elevadas, como citaba el análisis toxicológico».