La A-73 avanza entre Pedrosa y Báscones de Valdivia

L.M.
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El tramo burgalés y palentino cuenta ya con 6,5 km. de guardarraíles y el resto se instala este mes, lo que podría adelantar el fin de los trabajos a antes del otoño

La A-73 avanza entre Pedrosa y Báscones de Valdivia - Foto: Alberto Rodrigo

Con la llegada de la primavera y el final de la época de lluvias, las obras del tramo de la autovía A-73 que comprende el municipio burgalés de Pedrosa de Valdelucio y el palentino de Báscones de Valdivia han contado con un acelerón importante.La pasada semana los operarios que colocan las biondas o guardarraíles alcanzaron la mitad de los casi 12 kilómetros que unen ambas localidades, a la altura de Llanillo de Valdelucio.En las dos o tres próximas semanas continuarán con los trabajos de instalación hasta llegar al cruce con Corralejo de Valdelucio, donde el Ministerio de Transportes está ejecutando el empalme provisional con la N-627.

Esta será la vía de entrada, una vez quede el trazado inaugurado, entre la actual carretera nacional y la nueva autovía. Cuando estén dispuestos todos los sistemas de seguridad llegará el turno de la extensión de la capa de rodadura definitiva, tanto en el tronco y como en los ramales de la autovía.Estos últimos serán los primeros, para posteriormente empezar una máquina por cada uno de los extremos del trazado.El equipo de asfalto del que dispone la empresa constructora es capaz de cubrir de una pasada todo el ancho -dos carriles y su correspondiente arcén- a un ritmo de aproximadamente 1,5 kilómetros al día.Así, según explican fuentes consultadas por este periódico, es factible que en agosto se pudiera entregar la obra, un mes antes de los cálculos que maneja desde Madrid el Ministerio de Transportes.

También se ha procedido a la hidrosiembra en los taludes que acompañan el recorrido, y los primeros brotes de verde ya se pueden observar.Además, se han excavado las zapatas de la señalización vertical, se han colocado las bajantes prefabricadas en terraplenes para canalizar las lluvias y se ha realizado el movimiento de tierras en los caminos de servicio y en la glorieta correspondiente a la conexión inicial. Por otro lado, se está finalizando la ejecución del revestimiento de las cunetas de mediana y de desmonte, a lo que se suma la finalización de todas las estructuras, del movimiento de tierras y del extendido de las primeras capas del firme del tronco y de los ramales de este tramo de autovía. También han quedado dispuestas varias rotondas de los enlaces con la BU-621 (Quintanas de Valdelucio), con Fuencaliente de Lucio y con Báscones de Valdivia.

Siguientes pasos. Una vez que el equipo de asfaltado concluya su trabajo, los operarios empezarán a colocar los elementos de señalización vertical o a pintar la señalización horizontal en la calzada (marcas viales). También se ha de completar el cerramiento perimetral para evitar que se cuelen animales salvajes en medio del trazado y culminar la plantación de elementos ornamentales y de césped en las rotondas y/o accesos a los ramales proyectados.

De los 50,2 millones de euros de presupuesto, en estos momentos se han ejecutado el 75%, dos décimas más que hace un mes y siete si lo comparamos con el 67% con el que arrancó el 2021 la construcción de la infraestructura. A lo largo de los cerca de 12 kilómetros (11,95 para ser más exactos) de recorrido entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia, ya en territorio de la provincia de Palencia, se han levantado nueve estructuras, cuatro de las cuales son pasos inferiores y cinco pasos superiores.

La ejecución de este tramo, que ahora parece por fin llegar a su fin, ha sido de todo menos sencilla, a pesar de ser el único que ha fructificado y completado todos los plazos administrativos para el inicio de las obras. En la primavera de 2009 fue adjudicada a la UTE formada por Ferrovial-Agroman y Arranz Acinas. El importe del contrato ascendió a 33,45 millones de euros, y durante los primeros meses apenas se llevaron a cabo catas y pequeñas explanaciones del terreno. En 2010 llegó el ‘tijeretazo’ por parte del Ministerio de Fomento a las infraestructuras con motivo de la crisis económica, y que conllevó la paralización de los trabajos de construcción.

La recesión provocó, además, la quiebra de muchas compañías, entre las que se encontró una de las dos de la UTE adjudicataria, la burgalesa Arranz Acinas. No fue hasta mayo de 2017 cuando se logró desbloquear el contrato, asumiendo Ferrovial-Agroman la ejecución íntegra del contrato.

Los tramos que faltan, en punto muerto

Mientras que las obras entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia ultiman sus últimos esfuerzos, los cuatro tramos aún pendientes tienen todos los visos de no correr la misma suerte. El más avanzado de todos ellos es el que empalmaría con el trazado de la A-73 ya ejecutado, a la altura de Quintanaortuño, y concluiría enMontorio. 

SegúnTransportes, una vez superada la fase de información pública se afanan en «algunos ajustes» sobre la conexión provisional del tramo con el siguiente de la N-627. Una vez concluyan estos trabajos, podría salir a licitación siempre y cuando cuente con partida económica. Los otros dos, el Montorio-Santa Cruz del Tozo y de esta última a Pedrosa de Valdelucio, «requieren actualización de los proyectos», siempre según fuentes oficiales del Ministerio. Peor está el de Báscones a Aguilar de Campoo, paralizado hace años al renunciar una empresa adjudicataria y haber quebrado la otra.