Una obra de Ramiro I

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Un nuevo libro de la Fundación Santa María la Real sostiene que la primera catedral del románico pleno en España sería la de Jaca. El catedrático Isidro G. Bango Torviso adelanta su cronología hasta 1060

Una obra de Ramiro I - Foto: OMEDES

La Fundación Santa María la Real acaba de publicar su libro Catedral de Jaca. Un edificio del siglo XI, con el que su autor, Isidro G. Bango Torviso, «cambiará la forma de ver esta emblemática construcción y obligará a repensar las cronologías de algunos de los edificios más importantes del románico pleno español», según ha explicado Pedro Luis Huerta, responsable de publicaciones de la Fundación.  

En los tres capítulos de esta monografía, el catedrático gallego, uno de los mayores especialistas en arte románico de nuestro país, da una respuesta lógica a los múltiples interrogantes que rodean a la construcción de la catedral de Jaca, «uno de los edificios más importantes del románico europeo». 

En su opinión, una visión superficial y rápida de esta obra nos transmite la falsa imagen de una idea unitaria y de su materialización, pero nada más lejos de la realidad. Para el autor no hay duda de que se trata de un proyecto ideado en época de Ramiro I «en el que trabaja un gran arquitecto al que más tarde se une un escultor». 

 A lo largo de los años, los historiadores han aportado diferentes visiones sobre la cronología de la fundación de la catedral de Jaca. Hay dos corrientes que discuten sobre si su construcción comenzó por encargo del rey Ramiro I o de su hijo, Sancho Ramírez. La diferencia no llegaría a dos décadas, pero para la historia supondría considerar la de Jaca como la primera catedral del románico pleno de España. 

A este respecto, Bango es tajante: «frente a lo que se viene diciendo en los últimos cincuenta años, no corresponde al rey Sancho Ramírez, sino que es obra de su padre, Ramiro I, y se habría iniciado posiblemente hacia el año 1060».

Entre sus razones para asegurar que la construcción de la catedral de Jaca se inició en el reinado de Ramiro I explica que «en 1072, cuando se erige la iglesia de Iguácel, los elementos fundamentales de la catedral de Jaca están ya perfectamente definidos. Iguácel se hace por un grupo de canteros locales interpretando las formas que están viendo en la catedral de Jaca». Además, Bango apunta otra razón para asegurar que el templo jaqués es anterior y habla de una serie de documentos en torno al Concilio de Jaca de 1063. 

En cuanto a la ley canónica que dice que una catedral sólo pudo fundarse en un enclave declarado ciudad, algo que fue otorgado en el Fuero de Jaca por el rey Sancho Ramírez, considera que «es verdad que el derecho canónico dice esto, pero lo que olvidan es que muchas catedrales españolas a lo largo del siglo XI, ocuparon sedes provisionales». En su tesis, la de Jaca fue fundada en una sede provisional.

El libro forma parte de la colección Emblemas del Románico y se encuentra ya a la venta al precio de 30 euros tanto en la tienda online de la Fundación Santa María la Real, como en librerías y tiendas especializadas.  A esta misma colección pertenecen Portadas románicas de Castilla y León, de Marta Poza Yagüe, que ofrece un estudio exhaustivo y sistemático, describiendo su tipología y los distintos elementos que las conforman; y Pórticos románicos en tierras de Castilla, de José Arturo Salgado Pantoja, que constituye el primer estudio sistemático y crítico al respecto, además de ahondar en cuestiones tan importantes como el origen de estas estructuras.