La residencia Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores que la Fundación Santa María la Real gestiona en Aguilar, retornó hace unos días a la infancia y a los juegos populares de un tiempo no tan lejano para despedirse del verano. Usuarios, familiares y visitantes pudieron jugar a la tuta, la rana, la petanca o el avión, una actividad con la que los residentes tuvieron la oportunidad de pasar una simpática tarde mejorando su autonomía y su relación con el entorno, a la vez que ejercitaron su cuerpo y su mente. "Nuestro objetivo era endulzar la tarde, despedir el verano y dar la bienvenida al otoño", explica Natalia García, trabajadora social de Tercera Actividad y una de las responsables de la fiesta.