Homenaje al guardia civil asesinado por ETA, Adrián González

DP
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El cementerio de Cillamayor albergó un sencillo acto por parte de veteranos del GAR, acompañados de familiares, amigos y la AVT

Homenaje al guardia civil asesinado por ETA, Adrián González

El cementerio de Cillamayor acogió ayer un emotivo homenaje a Adrián González Revilla, guardia civil e hijo del pueblo que perdió la vida a manos de la banda terrorista ETA un 26 de julio de 1986 junto a su compañero, el teniente de la Guardia Civil Ignacio Mateu Istúriz. 

Más de treinta años, 33 para ser exactos, que no han hecho mella en la memoria de sus familiares y amigos, quienes junto a parte de veteranos del Grupo Antiterrorista Rural (GAR) y las autoridades, entre ellas los senadores del PP, Rodrigo Mediavilla y Jorge Domingo Martínez, cumplieron con una tradición que se repite año tras año.

El delegado en Palencia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y también guardia civil, Ángel Gutiérrez, dio la bienvenida a los asistentes a un sencillo acto en el que Francisco Javier Sáenz, también víctima del terrorismo, dio lectura a un emotivo texto en homenaje a los fallecidos. Los presentes entonaron La muerte no es el final y, para acabar, Inmaculada González depositó un ramo de flores en la tumba de su hermano y pronunció unas palabras de agradecimiento a los asistentes.

Adrián González, que también da nombre a una calle de su localidad natal, perdió la vida en un atentado perpetrado por la banda terrorista ETA en la localidad guipuzcoana de Aretxabaleta. A las 8 horas de aquel fatídico 26 de julio de 1986, los asesinos hacían estallar una bomba-trampa oculta entre la hierba en un campo próximo a la localidad guipuzcoana. 

Todo estaba calculado. Esa misma madrugada, los etarras habían lanzado dos granadas contra la casa-cuartel de la Guardia Civil. No causaron daños pero sí obligaron a los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) a inspeccionar la zona. Fue entonces cuando estalló la bomba-trampa que acabó con la vida del guardia primero Adrián González y del teniente Ignacio Mateu. Adrián González Revilla tenía 29 años y pertenecía a la Benemérita desde hacía cinco años.